El Pensamiento Cartesiano en el Siglo XVII

René Descartes (D) buscó la verdad en medio de la crisis del pensamiento del siglo XVII. Para ello, utilizó un método que refleja la unidad del ser humano y la dependencia de todos los conocimientos con respecto a la metafísica, como las ramas de un árbol que surgen de un tronco sólido. Este simil del árbol representa el conocimiento para D.

El Método Cartesiano

El método cartesiano se inspira en las matemáticas y la filosofía, fuentes deductivas que le permiten a D buscar la certeza en la filosofía, tal como se alcanza en las matemáticas. Las reglas del método buscan descubrir nuevas verdades.

Reglas del Método

1. Evidencia: Se basa en la intuición intelectual, la captación de una verdad evidente por sí misma. No se acepta nada como verdadero hasta que la idea se presente a la inteligencia de manera clara (inmediata) y distinta (con límites definidos).
2. Análisis: Reduce las partes complejas a partes simples para captarlas con claridad y distinción.
3. Síntesis: Ordena los pensamientos de lo más simple a lo más complejo, deduciendo verdades relativas a partir de las verdades absolutas encontradas por análisis.
4. Revisión y Enumeración: Revisa y ordena los procesos anteriores para comprobar errores u omisiones.

La Duda Metódica

La duda es la incertidumbre que impide decidir entre la verdad y la falsedad sin pruebas razonables. Existen diferentes tipos de duda:

• Positiva: Hay razones para no asentir.
• Negativa: No hay razones suficientes para asentir.
• Parcial: Tiene límites.
• Universal: Se extiende a todo.
• Real: Se duda con sinceridad.
• Ficticia: Se finge la duda.
• Metódica: Se utiliza como método para llegar a la verdad.

La duda metódica cartesiana es hiperbólica, real, positiva, ficticia, voluntaria, universal (duda de todo para llegar a la verdad) y parcial (exceptuando la fe cristiana, la moral y las ideas claras y distintas). D utiliza a Dios como garante de las evidencias. Los niveles de duda incluyen los sentidos, los sueños y el genio maligno.

Las Tres Evidencias

1. Res cogitans (Yo): El atributo del yo es el pensamiento. «Cogito ergo sum» (pienso, luego existo) se basa en que si se puede dudar, se debe existir para poder dudar. La duda, como forma de pensamiento, implica la existencia. El cogito, una intuición clara y distinta, es la base del sistema cartesiano. Hay tres tipos de ideas: innatas, adventicias y facticias.
2. Res infinita (Dios): Fundamento de las otras dos evidencias. Dios, existente por sí mismo, garantiza el criterio de verdad por su veracidad infinita. Los argumentos para su existencia incluyen la idea de perfección, la idea de un ser infinito y la contingencia de nuestra existencia.
3. Res extensa (Mundo): Se conoce a través de la extensión (longitud, anchura y profundidad). Es matematizable, con cualidades físicas como el movimiento y la figura. El problema del puente surge de la aparente independencia entre mente y cuerpo, que Descartes intenta solucionar con la glándula pineal. El mecanicismo, la doctrina que describe la naturaleza en constante cambio y movimiento gobernado por leyes, implica el determinismo, donde todo está determinado por Dios desde la creación del mundo. Las tres leyes del movimiento incluyen el principio de inercia, la conservación del movimiento y el movimiento en línea recta.

Ética Cartesiana

Descartes propone una moral provisional: seguir las reglas y costumbres del país.

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