03 Sep
Enfermedades Autoinmunes
Todas las células animales tienen antígenos proteicos en la superficie de su membrana que son características de los tejidos a los que pertenecen. Estos se llaman antígenos de histocompatibilidad. En las personas, se llaman proteínas HLA y son las que determinan qué procesos de las moléculas de los microorganismos son presentados a los linfocitos T para que se activen y comiencen la respuesta inmune.
La mayoría de las enfermedades autoinmunes las sufren personas con proteínas HLA anómalas que se unen a fragmentos miméticos del microorganismo y los presentan a los linfocitos T, siendo a partir de aquí incapaces de reconocer a moléculas propias. Los efectos de estas enfermedades van desde la destrucción de organismos hasta la hiperproducción de hormonas, pasando por la destrucción de uniones musculares. Las principales enfermedades son la esclerosis múltiple, esclerosis lateral amiotrófica, lupus eritematoso y artritis reumatoide.
Hipersensibilidad
Es la reacción excesiva del sistema inmune de un animal ante la exposición de un antígeno inocuo o poco peligroso. El término alergia es usado comúnmente para referirse a ciertas reacciones de hipersensibilidad como el polen, esporas, algunas proteínas, determinadas sustancias de alimentos como huevos, nueces y guisantes, ciertos medicamentos y pelo de animales. Hay dos tipos de hipersensibilidad en función del momento de aparición de los efectos nocivos.
A) Hipersensibilidad Inmediata
El primer contacto entre el alérgeno y el sistema inmune no produce ningún síntoma externo, pero sí induce mecanismos bioquímicos que permanecen en estado latente hasta el segundo contacto, lo que se llama sensibilización.
Proceso de Hipersensibilidad:
- 1er Contacto: Los alérgenos son captados por los macrófagos, que los degradan y exponen parte de sus moléculas unidas a proteínas HLA. Los linfocitos T los reconocen y segregan interleucina 4 (IL-4) que estimula la activación de linfocitos B. Estos maduran a células plasmáticas y segregan inmunoglobulinas E que se unen a mastocitos y basófilos.
- 2º Contacto: El alérgeno se une a las inmunoglobulinas E que estaban unidas a mastocitos y basófilos, haciendo que estos segreguen mediadores alérgicos que producen efectos nocivos, como la histamina, serotonina, prostaglandina D, bradiquinina y el factor activador de plaquetas. Los efectos que causan estas sustancias son inflamaciones cutáneas, rinitis, conjuntivitis, asma…
B) Choque Anafiláctico
La hipersensibilidad del organismo ante determinadas sustancias orgánicas en un segundo contacto produce efectos graves e incluso la muerte. Esta reacción se llama anafilaxis. También se produce por mediadores alérgicos a los pocos minutos de la segunda exposición. Producen constricción de bronquios, obstrucción de capilares pulmonares por trombos, urticaria, hemorragias intestinales e insuficiencia cardiaca.
C) Hipersensibilidad Retardada
Cuando los síntomas se producen al cabo de horas o días de la segunda exposición. Esta mediada por linfocitos T que segregan varios tipos de interleucinas e interferón gamma que activan a los macrófagos, que tienden a adherirse unos con otros formándose nódulos granulosos y liberándose enzimas hidrolíticas que pueden destruir tejidos circundantes. Producen estos efectos el bacilo de Koch, el de la lepra, herpes…
La Inmunodeficiencia
Es la incapacidad del sistema inmune de actuar contra las infecciones. Las causas pueden ser trastornos genéticos, fallos en el desarrollo de los órganos linfoides o infecciones víricas.
Inmunodeficiencia Primaria o Congénita
Es una anomalía de tipo genético. Sus síntomas son ciertas enfermedades graves y de tipo repetitivo. Si el fallo es por la incapacidad de producir anticuerpos, la inmunodeficiencia aparece a partir de los 6 meses de vida, cuando se han perdido la mayoría de las IgG de la madre. Si el fallo es por linfocitos T, es desde el momento del nacimiento. Los tratamientos pueden ser terapia con agentes antimicrobianos específicos (antibióticos, antimicóticos, inyección periódica de gamma globulinas, aislamiento del enfermo en habitaciones estériles o trasplante de médula ósea).
Inmunodeficiencia Secundaria o Adquirida
Se alcanza después del nacimiento tras una enfermedad microbiana o autoinmune. Muchos tipos de cáncer inducen a un estado de inmunodeficiencia, como las leucemias o linfomas (cáncer de ganglios linfáticos).
El SIDA y sus Efectos en el Sistema Inmune
El SIDA o Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida es una enfermedad grave causada por un virus que ataca a los linfocitos T colaboradores, reduciendo y destruyendo el sistema inmune. La persona infectada queda indefensa ante una gran cantidad de infecciones y ve aumentada la incidencia de algunos tipos de cáncer. A veces el virus entra en un ciclo lisogénico.
El Cáncer y el Reconocimiento Inmunológico
A veces sucede que un grupo de células se reproduce anárquicamente, originando un núcleo de células anormales. Esto implica que el órgano donde están quede afectado morfológicamente en tamaño y fisiología, y que las células normales queden dañadas. Esto se denomina tumor o neoplasia. Si es una masa localizada es benigno, si puede invadir otros tejidos es maligno, y si es capaz de emigrar por vías sanguíneas, puede desarrollar tumores en cualquier otro órgano, lo que se conoce como metástasis.
Las células sanas pueden hacerse cancerosas por mutaciones en su material genético o por la acción de ciertos virus que determinan la expresión de genes promotores de cáncer, los oncogenes. Las células cancerosas tienen en su membrana antígenos tumorales específicos para cada tipo de células cancerosas que ponen en marcha el sistema inmune. Sin embargo, la respuesta inmune es en muchos casos ineficaz. Los mecanismos por los que se escapan a la acción del sistema inmune no están nada claros; se postula que sean capaces de esconder los antígenos tumorales en presencia de anticuerpos específicos, no siendo reconocidos como células extrañas.
Los Trasplantes y los Fenómenos de Rechazo
El procedimiento que permite sustituir determinados órganos o tejidos enfermos de una persona por los de otra se llama trasplante o injerto. A la persona que recibe el trasplante se llama receptor y a la que lo dona, donante, que pueden estar vivos o muertos. Según la procedencia del órgano tenemos: autoinjerto (de la misma persona), isoinjerto (de otra persona pero genéticamente iguales), aloinjerto (una persona distinta) y xenoinjerto (de una especie diferente).
Cuando se trasplanta un órgano se producen una serie de fenómenos que pueden conducir a que sea rechazado. El grado de respuesta inmunológica depende de la procedencia; hay un progresivo aumento de rechazo desde los autoinjertos a los xenoinjertos. En los autoinjertos e isoinjertos no hay ningún tipo de rechazo. Tampoco en tejidos sin irrigación como la córnea. La principal causa de los rechazos se debe a los antígenos de histocompatibilidad, ya que están formados por una inmensa variabilidad de proteínas estructurales, así que estos son reconocidos por las células de su sistema inmune pero no las de otro. Las moléculas de histocompatibilidad del tejido trasplantado actúan como antígenos extraños desencadenando el proceso de rechazo, que puede ser hiperagudo (a los pocos minutos, pues existen anticuerpos en la sangre del receptor), agudo (desde varios días a un mes) y tardío o crónico (a los 3 meses).
Inmunoterapia
Es la puesta en marcha de procedimientos para combatir microorganismos infecciosos, suplir deficiencias del sistema inmune o evitar el rechazo de trasplantes. La inmunoterapia contra las anomalías de autoinmunidad se centra en la reducción de la respuesta inmune, afectando por tanto a la respuesta normal. Están las drogas inmunosupresoras como los corticoides, que disminuyen la proliferación de linfocitos, y sustancias bloqueantes. El rechazo de órganos se trata con agentes inmunosupresores o con radiaciones de rayos X de los órganos linfoides que reducen la población de linfocitos y, por tanto, la probabilidad de rechazo. La inmunoterapia del cáncer se basa en técnicas que tienden a aumentar los mecanismos de defensa del organismo, como la actuación de macrófagos y la producción de interleucinas, y la terapia genética que inhibe la actividad de los oncogenes.
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