07 Jul

EL TEATRO DE JUAN MAYORGA Biografía

Juan Mayorga nació en Madrid en 1965. Realizó sus estudios superiores de Filosofía en la UNED y de Matemáticas en la UAM. Ha estudiado Dramaturgia con Marco Antonio de la Parra, José Sanchis Sinisterra y en la Royal Court Theatre International Summer School de Londres. Ha sido profesor de Matemáticas en Madrid y Alcalá de Henares, profesor de Dramaturgia y de Filosofía en la Real Escuela Superior de Arte Dramático de Madrid y director del seminario Memoria y pensamiento en el teatro contemporáneo en el Instituto de Filosofía del CSIC. Ha dado talleres de dramaturgia y conferencias sobre teatro y filosofía en diversos países. Actualmente es Director de la Cátedra de Artes Escénicas de la Universidad Carlos III de Madrid. Entre otros ha obtenido los premios Nacional de Teatro (2007), Nacional de Literatura Dramática (2013). Es autor de los siguientes textos teatrales: “Siete hombres buenos”, “Novus”, “Cartas de amor a Stalin”, “Últimas palabras de Copito de Nieve”, “Job”, “Hamelin”, “El chico de la última fila”. En 2011 Juan Mayorga funda la compañía La Loca de la Casa, con la que en 2012 puso en escena su obra “La lengua en pedazos”, en 2015 “Reikiavik” y en 2016 “El cartógrafo“. Su obra ‘El chico de la última fila’ ha sido llevada a la gran pantalla en 2012 de la mano de François Ozon con el título de ‘En la casa’ (Dans la maison). La película consiguió, entre otros premios, la Concha de Oro a la Mejor Película y al Mejor Guión en el Festival de San Sebastián. Actualmente Paula Ortiz prepara la adaptación de ‘El arte de la entrevista‘ y de ‘La lengua en pedazos‘. El teatro de Juan Mayorga es un teatro de palabra y de pensamiento, que se disfruta viéndolo y también leyéndolo. ‘Mi padre lee en voz alta‘

Características de su obra dramática

La tesis doctoral de la obra dramática de Juan Mayorga (1989-2009), de la que es autora Carmen Abizanda Losada, aborda el estudio de la obra de este dramaturgo entre 1989 y 2009 y la clasifica en tres apartados: «Teatro histórico-político: textos clave», «Teatro político-social: textos breves» y «Teatro social: textos extensos».

a) Los textos clave

Comprenden cuatro obras del autor: Siete hombres buenos, El jardín quemado, Cartas de amor a Stalin y Camino del cielo. En ellas se hace presente la lucha del ser humano contra el poder que trata de aniquilarlo.

b) Sus piezas breves

Que se incluyen en el teatro político-social, condensan el imaginario del autor, sus grandes temas como la lucha entre opresores y oprimidos o el racismo hacia el que es diferente.

c) Obras extensas

Como El sueño de Ginebra o La paz perpetua son dos ejemplos de las doce obras se incluyen en el apartado de «Teatro social: textos extensos». Parte de estos textos extensos reflejan un tema central en la producción dramática de Mayorga que es el tema de la corrupción. También en algunos de ellos el autor recurre a la humanización para acercarnos de modo más preciso a los conflictos del ser humano. Este trabajo recoge cómo Mayorga se refiere a los espectadores, a los supervivientes de la historia como responsables de sentido y al drama como proceso comunicativo.

Para Mayorga el contenido informativo es lo de menos y esto lo extrapola a cualquier forma artística. No se trata de transmitir información al espectador, sino de que este haga experiencia. El autor considera que el tiempo pasado está ante nosotros tan abierto como el futuro. Mayorga señala cómo lo interesante del teatro histórico es contar lo que los historiadores no han visto y contarlo desde otra perspectiva, desde abajo, y esto es lo que lleva a cabo en sus obras llamadas más claramente teatro histórico. Los personajes, temas e intriga tienen raíces históricas pero también políticas. Y es político porque ese pasado histórico conlleva un presente político. Casi todos sus textos denuncian la violencia, pero especialmente su teatro histórico. El autor considera que la violencia contamina la vida social cuando alguien trata de anular a otro. Mayorga considera como tarea moral del arte en general y del teatro en particular mostrar esa violencia. La crítica a la violencia y la defensa del pacifismo se ponen también de manifiesto en sus textos breves, en un teatro que refleja el compromiso social. Mayorga manifiesta que el valor de la obra teatral no depende de su extensión, sino de su capacidad para transmitir experiencia y de su intensidad.

El Teatro de Alejandro Casona

Podemos enmarcar la obra de Alejandro Casona dentro de la línea conservadora existente en el teatro anterior a la Guerra Civil española. Casona era republicano y por ello se va al exilio, pero cuando su teatro vuelve a triunfar aquí, el público de izquierdas le exige un teatro comprometido con esa ideología. Se le exigía un teatro contra el dictador, pero su obra no cumplía dicha circunstancia política. Su obra: Hay mucho de espíritu didáctico en su teatro. De hecho, en la república, colaboraba en labores de difusión del teatro. Inventa las misiones pedagógicas, y dentro de ellas el teatro ambulante, del pueblo. Su teatro ha planteado la discusión de si estamos ante un teatro escapista, evasionista, etc., o no. No estamos ante un autor cuyo teatro sea una fuga. Por encima de todo, sus obras están marcadas por un afán pedagógico. Difunde un mensaje de filantropía. La sirena varada presenta mundos híbridos entre la realidad y la fantasía. La obra que le dotó de cierto cariz izquierdista fue Nuestra Natacha. En La dama del alba encontramos el folclore asturiano. La tercera palabra es una especie de realización del mito del buen salvaje, Prohibido suicidarse en primavera fue escrita en el exilio. Presenta la anécdota de una residencia/hotel presidido por el doctor Ariel, cuyos antepasados se suicidaron. Los árboles mueren de pie es la creación de un magnífico personaje femenino cargado de dramatismo, la abuela. El caballero de las espuelas de oro es la última obra que escribe y lo hace tras regresar del exilio. Lo hace para contestar a los críticos de izquierdas que lo acusan de no comprometerse con la ideología.

La figura de Buero Vallejo en el Teatro Español Posterior a la Guerra Civil

El teatro español posterior a la Guerra civil presenta una evolución semejante a la que hemos visto para la poesía y la narrativa: hasta los años 60, el teatro adopta un lenguaje realista y comprometido; mientras que en los años 70 se inicia una época de experimentación formal y de búsqueda de nuevos caminos. El teatro español hasta 1949: la comedia absurda Tras el fin de la Guerra Civil, el teatro se vio afectado, más que los demás géneros si cabe, por la nueva situación política. A ello hay que añadir que la censura del régimen franquista era particularmente dura con los escritores teatrales, que sufrieron la prohibición de representar cualquier obra que pudiera ser interpretada como un ataque a los gobernantes. El teatro realista (años 50 y 60): Antonio Buero Vallejo En el año 1949 se estrena Historia de una escalera, y obtiene un éxito resonante. Esta obra constituye el comienzo del teatro social. Ya desde Historia de una escalera su teatro muestra las características que lo definirán durante el resto de su vida literaria: la preocupación humanista por el ser humano y por su sufrimiento. la perspectiva moral. Buero rechaza una visión de buenos y malos. el compromiso social. Sus obras suelen estar protagonizadas por personajes que representan a las clases más desfavorecidas de la sociedad. formalmente, su teatro es tradicional (respetuoso con las convenciones realistas), pero no renuncia al uso de técnicas dramáticas innovadoras sobre todo en los años 70. carácter simbólico de la acción. Un rasgo formal muy típico del teatro de Buero Vallejo es su carácter simbólico. El éxito de Historia de una escalera abrió los teatros españoles a un teatro realista y de temas sociales: había que retratar la triste realidad de los hombres de a pie, de los que fracasan, de los que emigran. Su teatro suele dividirse en tres etapas, que sintetizamos a continuación: a. hasta 1955 → teatro de tipo existencial: centrado en la meditación sobre el sentido de la vida, sobre la condición humana y sus paradojas trágicas. b. hasta 1970 → teatro de tipo social: las mismas preocupaciones de su teatro inicial se presentan ahora intentando mostrar las causas sociales del sufrimiento humano pueblo, a partir de 1970 → sus obras adoptan un matiz cada vez más político: la cárcel, la tortura, la pena de muerte, la represión policial, el mundo de la delincuencia ocupan un lugar relevante en las obras de esta época.

EL TEATRO ANTERIOR A 1939: TENDENCIAS, AUTORES Y OBRAS PRINCIPALES. VALLE- INCLÁN, GARCÍA LORCA.

INTRODUCCIÓN. PANORAMA DEL TEATRO ANTES DE 1939 En las primeras décadas del XX se produjeron diversos intentos de renovación de un panorama teatral dominado al final de la centuria anterior por el drama realista y las obras de Echegaray, de un romanticismo trasnochado y caracterizadas por un gran apasionamiento verbal y gestual. Pero son los gustos del público – un público burgués que acudía al teatro en busca de diversión exclusivamente – los que determinan en gran medida la orientación del teatro anterior a 1936. Además de las tendencias que vamos a desarrollar a continuación, conviven con ellas el teatro social, de trasfondo socialista o anarquista, y los grupos vanguardistas, que intentaron crear un nuevo concepto del drama en España. 1. EL TEATRO COMERCIAL Suele hablarse de dos tendencias dentro del teatro anterior a la guerra: el teatro de éxito comercial y el renovador. El primero, destinado a satisfacer las exigencias del público, es, en general, un teatro costumbrista, cómico o melodramático, que continúa con las formas dramáticas tradicionales, como veremos a continuación. 1.1. LA COMEDIA BURGUESA DE BENAVENTE Junto con Gregorio Martínez Sierra o Manuel Linares Rivas, Jacinto Benavente (Madrid, 1866-1954) es la figura más representativa. Sus obras se mantuvieron desde entonces en la línea de la “comedia de salón”, o alta comedia, con la excepción de Los intereses creados (1907), su obra maestra, farsa que utiliza el ambiente y personajes de la vieja comedia dell’arte en una sátira de carácter universal. Buen conocedor del oficio teatral, sus obras se caracterizan por el dominio de los recursos escénicos y la habilidad y el ingenio en los diálogos (a él le corresponde el mérito de haber desterrado del teatro el estilo grandilocuente del drama posromántico). La mayor parte de su producción, que tiene como escenario los salones y ambientes de la burguesía y la alta sociedad, plantea como tema la crítica amable, irónica y superficial de algunos vicios y defectos de las costumbres burguesas. 1.2. EL TEATRO “POÉTICO” En los primeros años del siglo tuvo también gran aceptación el denominado teatro poético. De estilo modernista, en verso, sonoro y musical, sus temas son de carácter histórico (exaltaciones de grandes hechos o personajes del pasado) o fantástico. Se trata de un teatro de ideología tradicional. Los principales cultivadores de esta tendencia fueron Francisco Villaespesa (La leona de Castilla) y Eduardo Marquina. 1.3. EL TEATRO CÓMICO Un gran éxito de público obtuvo también este teatro, cuya finalidad era el entretenimiento, basado casi siempre en la presentación de costumbres y tipos populares, a la manera de los sainetes del siglo XVIII o el género chico del XIX. Los autores más representativos son: Carlos Arniches (1866-1943). Con dos vertientes en su teatro: por una parte, sus sainetes Por otra, lo que él llamó tragedias grotescas, en las que se reúnen lo caricaturesco y lo conmovedor, las injusticias: La señorita de Trevélez (1916). Los hermanos Álvarez Quintero (Serafín y Joaquín). Llevan a escena una Andalucía tópica. Pedro Muñoz Seca, creador de un subgénero cómico, el astracán (o astracanada), que se basa en situaciones disparatadas y en juegos de palabras, con el fin de provocar la risa. 2. EL TEATRO RENOVADOR A contracorriente de los gustos de la época, renovador en las formas y en los temas, hubo de esperar muchos años para ser valorado en su justa medida. 2.1. INTENTOS DE RENOVACIÓN: TENDENCIAS Y AUTORES SIGNIFICATIVOS El teatro desnudo de Unamuno: Unamuno cultivó el teatro como un cauce más para presentar sus inquietudes espirituales y filosóficas. El antirrealismo de Azorín, que incorporó el simbolismo, lo onírico y lo maravilloso, combatiendo la estética naturalista. Sus temas básicos son la felicidad, el tiempo y la muerte. . Jacinto Grau se dedicó exclusivamente al teatro. Su obra, poco extensa, se interesa especialmente por grandes mitos o temas literarios. En la segunda generación del siglo hay experiencias más audaces, con la figura del pionero del vanguardismo español: Ramón Gómez de la Serna. Dentro de la generación del 27 Alejandro Casona, que mezcla humor y lirismo en La sirena varada y Otra vez el diablo, y continúa después su producción en el exilio: La dama del alba es su mejor obra. Destacan en él la habilidad constructiva y la equilibrada combinación de realidad y fantasía. Sin embargo, el teatro español de las primeras décadas del XX solo alcanzó la cima con la obra de Valle-Inclán y García Lorca.

La Obra Teatral de Federico García Lorca

El tema central de sus obras se ha definido de varias formas: el mito del deseo imposible, el conflicto entre la realidad y el deseo, el enfrentamiento entre el principio de autoridad y el principio de libertad, la frustración. Creó un verdadero teatro poético: «El teatro es poesía que se levanta del libro y se hace humana», dijo. En su producción, además del lenguaje, cargado de connotaciones, cobran importancia otros componentes como la música, la danza y la escenografía.

La Trayectoria Dramática de Ramón María del Valle-Inclán

 Ramón José Simón Valle Peña, conocido como Ramón María del Valle-Inclán, nació en Villanueva de Arosa (Pontevedra)
en 1866. En 1892 abandonó sus estudios de Derecho y marchó a México y Cuba. De vuelta en España se instaló en Madrid, donde llevó una vida bohemia.Desde La Celestina y el teatro español del Siglo de Oro no había vuelto a darse en España una creación teatral de tan poderosa fuerza ni de tanta novedad en forma y significado como la dramaturgia de Valle. Constituye un auténtico acto revolucionario en la historia del teatro español contemporáneo y lleva en sí las semillas de las nuevas vías abiertas en el teatro actual. etapa decadentista sufrió Valle de joven la influencia del decadentismo que predominaba en la literatura europea del siglo XIX .  Etapa modernista (simbolista) Hacia principios del siglo XX evolucionó hacia el simbolismo.  Etapa expresionista. Los esperpentos Es bastante evidente en esta etapa (década de 1920 a 1930) la influencia de la tradición literaria del Barroco, fundamentalmente Cervantes y Quevedo, y de la novela picaresca. dentro de esta etapa de Valle son los esperpentos los que más han atraído la atención de la crítica: Los cuernos de don Friolera, La hija del capitán, Las galas del difunto y, sobre todo, Luces de bohemia, con la que nace para la vida literaria este nuevo término, esperpento, una voz extraída del habla popular que designa lo feo, lo ridículo, lo llamativo por escaparse de la norma hacia lo grotesco y monstruoso.

3. EL TEATRO DESDE LOS AÑOS SESENTA Y SETENTA HASTA LA ACTUALIDAD.
Un grupo de autores jóvenes, siguiendo los planteamientos realistas iniciados por Buero y Sastre, ofrecen a lo largo de la década siguiente una propuesta teatral con una clara actitud de denuncia de las injusticias sociales y de la alienación del individuo, con las limitaciones de la censura. Se vale de un realismo directo y  crítico Pero a la vez, y ya decididamente hacia 1970, otros dramaturgos se han lanzado a una renovación de la expresión dramática. En este teatro experimental predominan los elementos simbólicos y vanguardistas, lo grotesco y lo imaginativo, con una influencia notable de Valle-Inclán, Entre los autores de esta corriente, podemos señalar a los vanguardistas, los simbolistas y el teatro independiente. Entre los primeros encontramos a Fernando Arrabal y Francisco Nieva 
Las obras de Arrabal podrían situarse entre el esperpento, el surrealismo y el teatro del absurdo, Francisco Nieva, según él mismo, escribió tres tipos de teatro: teatro furioso (Pelo de tormenta,
1973), teatro de farsa y calamidad (Malditas sean Coronada y sus hijas), y teatro de crónica y estampa Los simbolistas se caracterizan por un marcado pesimismo y el frecuente uso de la simbología
animal. Es recurrente el tema del poder opresor y emplean elementos provocadores como la sexualidad, un lenguaje escatológico y agresivo, y la violencia física y verbal. En cuanto al llamado teatro independiente, hay que destacar el trabajo de grupos, compañías estables que potencian el elemento coreográfico, plástico, mímico o musical, tanto como el literario, lo que disminuye la presencia del autor tradicional. Por otro lado, también a partir de los años 70, desarrollaron su labor autores como Antonio Gala (que ya había empezado a estrenar en los años 60: Los verdes campos del Edén, 1963) o Ana Diosdado (Los ochenta son nuestros, 1988), que muestran predilección por la obra de tesis Surge, por último, un teatro que aborda realidades muy actuales (situación de los jóvenes, droga, delincuencia, etc.) y traza vivos retratos sociales con un nuevo costumbrismo, con un matiz irónico revitalizando antiguos géneros populares,como la COMEDIA NEORREALISTA,

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