01 Dic
Primer Periodo: Hasta 1939
Durante la primera mitad del siglo XX, el teatro español se divide en dos corrientes principales:
- Teatro Triunfante: Caracterizado por su apego al público y su estilo poco renovador.
- Teatro Innovador: Enfocado en la renovación de las formas dramáticas.
El Teatro Triunfante
Este grupo se subdivide en tres tendencias:
- Teatro Continuador del Realismo: Jacinto Benavente, su principal exponente, renovó algunos aspectos del realismo decimonónico. Su obra El nido ajeno, inicialmente criticada por la burguesía, marcó un punto de inflexión en su carrera. Benavente, ganador del Premio Nobel, se centró en la crítica de vicios menores, evitando confrontaciones radicales. Destacan sus obras Los intereses creados y La Malquerida.
- Teatro Poético en Verso: De carácter conservador y tradicional, esta corriente mezcla elementos del Romanticismo y el Modernismo, con referencias a las glorias pasadas del Imperio español. Destacan autores como Francisco Villaespesa y Eduardo Marquina.
- Teatro Cómico: Con el objetivo principal de entretener, este género utiliza recursos humorísticos como equívocos, juegos de palabras y regionalismos. Los hermanos Álvarez Quintero son sus representantes más destacados.
El Teatro Innovador
Las figuras más relevantes de esta corriente son Ramón María del Valle-Inclán y Federico García Lorca. Otros autores importantes son:
- Miguel de Unamuno: Su teatro de ideas se centra en el conflicto interno de los personajes, minimizando la acción y los elementos escénicos. Destacan sus obras Fedra y El Otro.
- Pedro Salinas y Rafael Alberti: Miembros de la Generación del 27, estos autores aportaron una visión renovadora al teatro.
- Enrique Jardiel Poncela y Miguel Mihura: Figuras clave de la Generación del 27, renovaron el teatro humorístico.
Ramón María del Valle-Inclán
Considerado uno de los autores más controvertidos y originales de la literatura española, Valle-Inclán transitó por diferentes etapas: desde el Modernismo, con sus Sonatas, hasta el esperpento, con obras como Divinas palabras y Luces de bohemia. Sus Comedias bárbaras, una mezcla de novela y drama, representan una etapa intermedia en su evolución literaria.
Federico García Lorca
Lorca representa la cima de la dramaturgia española moderna. Su obra, en constante búsqueda de la pureza del lenguaje, incorpora elementos vanguardistas y se acerca al público. La mujer, protagonista principal en su teatro, simboliza el ansia de libertad en una sociedad opresiva. Sus obras más destacadas, Bodas de sangre, Yerma y La casa de Bernarda Alba, exploran temas como el amor frustrado, la maternidad imposible y la lucha contra la autoridad.
Segundo Periodo: Desde 1940 hasta la Actualidad
La posguerra, marcada por la censura y la competencia del cine, dificultó la producción teatral.
Teatro Triunfante de Posguerra
Esta corriente, continuadora de las formas previas a la Guerra Civil, se centra en la alta comedia, sin grandes innovaciones. Destacan:
- Enrique Jardiel Poncela: Su humor absurdo, aunque innovador, no siempre fue bien recibido por el público.
- Miguel Mihura: Su obra Tres sombreros de copa, con un fuerte componente crítico, tuvo dificultades para ser representada.
Teatro Social de los 50
En la década de 1950 surge un teatro social, comprometido con los problemas del ser humano. Sus principales exponentes son:
- Antonio Buero Vallejo: Su»teatro de la inmersió» permite al espectador experimentar la historia desde la perspectiva de un personaje. Destacan obras como El tragaluz e Historia de una escalera.
- Alfonso Sastre: Representante del»imposibilism», Sastre denuncia la condición humana y su relación con la sociedad a través de un teatro trágico y de protesta.
Teatro a partir de los 60
A partir de los años 60, el teatro español continúa una línea tradicional, basada en el diálogo. Destaca la figura de:
- Fernando Arrabal: Su obra, inicialmente rechazada, adquiere tintes políticos y fue prohibida en España hasta la llegada de la democracia.
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