30 May

El teatro español desde la posguerra a la actualidad

Cuando termina la Guerra Civil, el teatro español había perdido autores muy importantes como Valle-Inclán, Lorca o Unamuno, y otros estaban en el exilio. Más aún, las obras de Alberti y Alejandro Casona no se conocerán hasta dentro de muchos años. Mientras el teatro europeo representaba obras muy novedosas, la escena española estaba invadida por el teatro burgués convencional destinado a entretener al público conservador. La censura impedía las obras que atentaran contra los valores establecidos. Esto ocurrirá hasta 1949, año en que se estrena Historia de una escalera de Buero Vallejo, que inicia el camino hacia la renovación.

El teatro de inmediata posguerra

Se representa en los teatros de las ciudades y se representan piezas escritas para el público burgués. Los dramaturgos de este teatro, como Joaquín Calvo Sotelo y José María Pemán, escriben sobre temas que se convierten en acontecimientos sociales. Este teatro continúa en la línea de la comedia de salón de principios de siglo: diálogos fluidos, sorpresas, etc. Hay distintas obras:

  • Comedia de enredo: José Pérez Rubio (Premio Nacional del Teatro en 1954, todos sus estrenos fueron éxitos: La otra orilla, Celos del aire, etc.). Este es el mejor género.
  • Costumbrismo: José María Pemán, La viudita naviera.
  • Las obras de tema histórico: Luca de Tena, ¿Dónde vas, Alfonso XII?
  • El humor absurdo: Comedia de humor y muy innovadora. Integra lo inverosímil y lo absurdo. Jardiel Poncela: Inverosimilitud y fantástico, Eloísa está debajo de un almendro. Miguel Mihura rompió los esquemas del teatro cómico y se burla del resto de cosas.

El teatro existencial y el realismo social

Antonio Buero Vallejo siempre adaptó sus obras a las corrientes de la época, por eso se dice que se resume en sus obras la trayectoria del teatro español. Sus obras indagan sobre la condición humana y sus personajes viven en un interrogante, pero apoyados en la esperanza, con el fin de que el espectador reflexione sobre lo que vive y lo conmueva: Historia de una escalera, En la ardiente oscuridad. En las dos siguientes décadas se apunta al teatro social: Tragaluz y Las Meninas.

Alfonso Sastre se caracteriza por una actitud de denuncia social con intentos de renovar técnicas dramáticas. Fundó un grupo de teatro llamado Arte Nuevo y más tarde TAS, que representaban obras de Bertolt Brecht y otros autores europeos y americanos, pero no tuvo gran éxito. Publicó artículos exponiendo su teoría del «arte social», que serviría para agitar las diversas esferas de la vida española: Escuadra hacia la muerte y La mordaza.

Antonio Gala inicia su andadura teatral enlazando la comedia de salón y un teatro existencial y simbolista. Era más apreciado por el público que por la crítica, ya que no saben clasificarlo: ¿Por qué corres, Ulises?, El cementerio de los pájaros.

El teatro experimental y renovador (1968-1975)

Las innovaciones europeas poco a poco llegan a España. En 1970 se produce una renovación teatral basada en el espectáculo, la escenografía y técnicas audiovisuales. Casi se destruye la acción y se usa la alegoría, los símbolos y los tractos, y a esto se le llama teatro subterráneo. Son autores y grupos disconformes con el sistema y se expresan a través del teatro. Se crean los grupos de teatro TEI, Tábano… también catalanes: Dagoll Dagom y Els Comediants. Fernando Arrabal propuso una «revolución total» en la línea vanguardista creando el «teatro pánico», estrenado en Francia, con rasgos del surrealismo y el esperpento. Actitud de rebeldía ante lo que se considera absurdo: Pic-nic y Róbame un billoncito.

El teatro desde 1975

La restauración de las libertades posibilitó la llegada de buena parte del teatro que estaba oculto. Nos encontramos gran diversidad de tendencias:

  • Obras de técnica y orientación realista: Obras de tema histórico y tema crítico: ¡Ay, Carmela! de José Sanchis Sinisterra y Las bicicletas son para el verano de Fernando Fernán Gómez, frente a otras más comerciales que continúan las formas de comedia de salón pero adaptadas: Fermín Cabal, Tú estás loco, Briones.
  • Obras de técnica vanguardista: Continúan las experimentaciones del periodo anterior: Francisco Nieva, Fernando Arrabal y grupos de teatro independiente.
  • La comedia de costumbres: José Luis Alonso de Santos, ambientada en las ciudades modernas y sus problemas: Vallecas y Bajarse al moro.
  • Nuevas obras de autores ya consagrados: Se ha olvidado de los vestuarios elaborados, las escenografías que intentaban ser realistas. La escena contemporánea no intentaba representar la realidad, sino que intenta crear su propia realidad.

Teatro español anterior a 1939

Sobre el teatro influyen unos condicionamientos comerciales: locales, split, privados… que cumplen los gustos del público burgués. Las consecuencias son ideológicas y en el terreno estético. Esto se da principalmente en la primera mitad del siglo XX. España estaba aislada en comparación con el resto de la cultura europea, y los sistemas económicos de los empresarios teatrales no se arriesgaban a montar obras vanguardistas que no se acercaran al gusto del público ni a su mentalidad. Esto condiciona el teatro español, que se resiste a evolucionar. Los dramaturgos: ceden ante los gustos o resignarse a que su producción solo llegue a leerse.

Teatro comercial de principios de siglo

El teatro que triunfa es continuador del que predomina a finales del XIX.

  • Alta comedia: Crítica suave a los conflictos de la burguesía y el objetivo era entretener al público burgués. Jacinto Benavente: este va eliminando los excesos románticos para hacer una obra de calidad como la construcción dramática, lujosas decoraciones y lenguaje decorado. Se defienden los valores morales tradicionales y con sátira suave, pero resulta conservador y escapista. Sus obras se mantendrán en la línea de la comedia de salón: Señora Ama.
  • Teatro poético: Tiene un tono romántico y aportaciones del Modernismo. Está escrito en verso y mezcla de drama histórico romántico con lenguaje modernista superficial y sensorial. Tiene unas ideologías tradicionalistas: exalta los ideales nobiliarios y grandes hechos del pasado. Francisco Villaespesa y Eduardo Marquina.
  • Teatro costumbrista: La comedia costumbrista y el sainete abordan temas superficiales, tramas fáciles y con resolución favorable, personajes populares y chascarrillos divertidos por su lenguaje. Hermanos Álvarez Quintero: Andalucía tópica y sin problemas más que sentimentales, ligereza y diálogo intrascendente: El patio y Las de Caín. Carlos Arniches: más interés de la crítica, sainetes de ambiente madrileño y habla castiza en la que se basa la gracia: La chica del gato, El astracán (utilizado por Pedro Muñoz, son piezas descabelladas que narran la carcajada, La venganza de Don Mendo).

El teatro innovador

Durante el primer tercio del siglo, el teatro convive con autores influidos por corrientes europeas y escribe un teatro que pretende innovar con nuevas técnicas y nuevos enfoques.

  • Teatro del 98 y sus coetáneos: Unamuno cultivó el teatro como un cruce para presentar conflictos e ideas del momento: teatro filosófico, sin acción y con diálogo denso, sin ceder a exigencias escénicas: Fedra y El otro. Azorín hizo experimentos teatrales que estaban en la línea de lo irreal y lo simbólico. Daba importancia a la palabra y muestra obsesión por el paso del tiempo: Lo invisible. Ramón María del Valle-Inclán no se le puede encasillar por su originalidad, pero la crítica lo mete en la Generación del 98. Su visión estética lo aleja de este grupo. Trabaja cuentos, novelas, teatro, poesía… pero el teatro ha sido el de mayor potencia. Se distinguen diferentes etapas:
    • ETAPA MODERNISTA: Se le nota la influencia de Rubén Darío, con el lenguaje cuidado y refinado: Marqués de Bradomín.
    • ETAPA DE TRANSICIÓN: 1907, con un tono más crítico y agresivo, y un lenguaje que, sin alejarse del Modernismo, se vuelve más duro. Algunas obras son la trilogía Águila de blasón, Romance de lobos y Cara de plata.
    • ÉPOCA DE LOS ESPERPENTOS: 1920, es una estética deformadora que resaltaba lo grotesco y supone la superación del dolor y la risa, es decir, que muestra la realidad contemporánea de forma humorística y cruel. A través de este hace una crítica a la España y a las instituciones de la época y muestra un mundo absurdo en el que está todo al revés: Luces de Bohemia y Divinas palabras y Farsa y licencia de la reina castiza. Esto lo hace a través de:
      • La deformación caricaturesca de la realidad y los personajes.
      • Creación de situaciones absurdas y exageradas.
      • Utilización de la ironía y la sátira.
      • Uso de lenguaje coloquial.
    Jacinto Grau: su teatro llamó la atención en París y Londres, y fracasó en España. Se interesa por grandes mitos o temas literarios: Conde Alarcos. Ramón Gómez de la Serna (Generación del 14) escribe obras vanguardistas con lenguaje difícil que la mayoría quedaron sin representar.
  • Teatro de humor intelectual: En 1920 inició su carrera teatral Jardiel Poncela. Juega con el lenguaje y situaciones grotescas. Miguel Mihura: teatro del absurdo: Tres sombreros de copa, que estrena 20 años más tarde.
  • Teatro de la Generación del 27: Depuración del teatro poético, incorporación de formas de vanguardia, propósito de acercar el teatro al pueblo. Rafael Alberti: teatro vanguardista que evoluciona hacia el compromiso: El hombre deshabitado y Fermín Galán. Seguirá cultivando un teatro político: Noche de guerra en el Museo del Prado. Miguel Hernández se sitúa entre la Generación del 27 y la del 36. Escribe un teatro reivindicativo y comprometido, de trama sencilla. Alejandro Casona sitúa sus obras, de tono lírico, en el mundo irreal de los sueños. Aporta aliento poético a su dramaturgia, como por ejemplo con la obra Nuestra Natacha. También escribe en el exilio: Los árboles mueren de pie. Max Aub (1923-1935) escribe comedias de vanguardia, impropias en España. El tema principal es la incapacidad del hombre para comprenderse, para comprender la realidad y para comunicarse. Durante la guerra contribuye al teatro político y épico, obras como por ejemplo Terroristas y No. García Lorca ofrece un doble rostro: por un lado, su vitalidad, alegría y simpatía, y por otro lado, su íntimo malestar, dolor de vivir, un sentimiento de frustración. Esto se encuentra en toda la obra, pero con un tono más juguetón y gracioso. Las principales características son:
    1. La división del teatro como obra social y práctica. Por ello creó el grupo «La Barraca», que pretendía difundir el legado del teatro clásico por los pueblos de España.
    2. El tratamiento de un tema básico tanto en sus obras menores o farsas como en sus tragedias: el enfrentamiento entre el deseo y la realidad. El destino final de sus personajes es la muerte trágica, y Lorca lleva a escena amores condenados a la soledad o a la muerte, casi siempre encarnados en mujeres. Pero el alcance es mucho más amplio que en el teatro feminista: se trata de la tragedia de la persona condenada a una vida estéril, a la frustración vital por fuerzas que se sitúan unas veces en un plano metafísico y otras en un plano social.
    3. La poetización constante de elementos de la vida cotidiana. Se consigue a través de la fragmentación poética cargada de simbolismo que interrumpen el diálogo en prosa, alegorías y símbolos que tienen un significado preciso, personajes genéricos sin nombre propio y que representan un estereotipo, y músicas y elementos populares.
    4. La tradición popular está también muy presente en su producción dramática. No son los personajes, el lenguaje, la ambientación rural… sino en su interés por el teatro de títeres. Lorca escribió farsas para guiñol y farsas para personas. En todas ellas la imaginación y la ternura poética son rasgos dominantes.
    5. La evolución: evoluciona hacia una mayor densidad dramática, una dimensión más universal. Sus dramas se enraízan cada vez más en la realidad española. Combina el verso y la prosa, pero poco a poco el verso se reserva para momentos de especial intensidad o para canciones populares que ahondan el clima dramático. En su última obra domina una prosa descarnada llena de patetismo. Cada vez se interesa más por los problemas colectivos: el teatro de dimensión social.
    ETAPAS
    1. La primera etapa, en la década de los años 20, le llega el éxito con Mariana Pineda.
    2. La segunda etapa, igual que en poesía, tras su viaje a Nueva York, el lenguaje surrealista irrumpe también en su teatro con la obra El público y Así que pasen cinco años.
    3. Tercera etapa, de 1933 a 1936, escribe sus dramas más importantes, protagonizados por mujeres, en los que lo popular cobra mayor relevancia: Doña Rosita la soltera o El lenguaje de las flores. Lorca combina las técnicas surrealistas, especialmente en el lenguaje, con la temática tradicional y popular. Respecto a la temática profunda de sus obras, asombra por su unidad, y no es distinta de la que vertebran su poesía.

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