04 Ene

El Viaje a Emaús: Un Camino de Transformación

El relato del Camino a Emaús narra la historia de dos discípulos que, desanimados tras la crucifixión de su maestro, se dirigían a Emaús, un pueblo cercano a Jerusalén. Su viaje se convierte en una metáfora del paso del pesimismo a la alegría, del encuentro con el resucitado y de la transformación personal.

El Camino del Fracaso

Inicialmente, los discípulos caminaban con tristeza, interpretando la crucifixión como un fracaso. Sus expectativas de un Mesías liberador se habían desvanecido, y el temor a ser reconocidos y sufrir el mismo destino que Jesús los embargaba. Este camino a Emaús es un reflejo de la desilusión y las esperanzas rotas.

La Sorpresa de una Presencia Diferente

Jesús se hace presente en su camino, tomando la iniciativa de acercarse, escuchar y dialogar con ellos. Esta presencia, aunque familiar, es diferente a la que conocían en vida, lo que les impide reconocerlo de inmediato. Este encuentro personal es el punto de partida de la experiencia cristiana.

Un Encuentro de Personas

El encuentro con Jesús resucitado es un encuentro personal, donde él se acerca de manera tangible para ser reconocido. Este encuentro busca lo más íntimo y profundo del ser humano.

Síntesis de la Vida de Jesús

La vida de Jesús, desde su nacimiento en Belén hasta su crucifixión y resurrección, es un camino de entrega y amor. Su vida pública, su predicación y su sacrificio son fundamentales para comprender su mensaje.

La Recuperación de la Memoria

Jesús no solo se acerca a los discípulos, sino que también les ayuda a recordar y comprender las Escrituras. Les reprocha su falta de fe y les invita a repasar su vida compartida, revelando cómo las Escrituras se referían a él. Este diálogo es clave para la comprensión de los seguidores de Jesús.

La experiencia cristiana del encuentro personal supone:

  • Reconocer e interpretar los signos.
  • Abrirse a Dios.
  • Desearle.

La Mesa del Reconocimiento

El momento culminante del relato es cuando los discípulos reconocen a Jesús al partir el pan, evocando la Última Cena y la institución de la Eucaristía. Este reconocimiento revela que el compañero de camino es el mismo Jesús crucificado, ahora resucitado. La Eucaristía se convierte en el lugar preeminente del encuentro con Jesús resucitado.

Para los cristianos, la Eucaristía es:

  • El lugar preeminente del encuentro con Jesús resucitado.
  • Alimento y sustento; pan de vida y bebida de salvación.
  • Ayuda en su vida; suplemento primordial para edificar la comunidad cristiana.
  • Esperanza compartida: confirma que la promesa de Dios se cumplirá.

Los cristianos se reúnen para celebrar la Eucaristía como:

  • Memorial de renovación de la Última Cena.
  • Memorial de sacrificio, que hace presente el sacrificio redentor de Jesús en la cruz.
  • Presencia bajo el pan y el vino.
  • Acción de gracias.

La celebración de la Eucaristía:

  • Produce la unión con Cristo.
  • Purifica de los pecados leves cometidos.
  • Hace la Iglesia.
  • Entraña un compromiso a favor de los pobres.

El Cambio de Ruta

Tras reconocer a Jesús, los discípulos cambian su rumbo y regresan a Jerusalén para compartir su experiencia con los demás. Este cambio simboliza la transformación que produce el encuentro con el resucitado y la formación de la Iglesia.

La Iglesia se forma porque:

  • Se realiza el encuentro con Jesús resucitado.
  • Se hace presente Jesús en el mundo.
  • Tiene como centro a Jesucristo.
  • La forman todos los hombres que quieren seguirle.
  • Su ley es el mandamiento del amor.
  • Su finalidad es hacer crecer el reino de Dios.

La Fe como Experiencia de un Encuentro Personal

El encuentro personal con Jesucristo es el fundamento de la fe cristiana. Él toma la iniciativa, se da a conocer y el ser humano responde libremente a esta llamada. Este encuentro se hace posible mediante la oración y los sacramentos.

Oración

La oración es el encuentro personal del ser humano con Dios, un diálogo de amistad que transforma la vida.

Sacramentos

Los sacramentos, especialmente la Eucaristía, son encuentros que acercan a Cristo y permiten una comunicación plena con él, siendo una ayuda en la vida del cristiano.

La Fe como Integración en una Comunidad

La fe no se vive en solitario, sino en comunidad. La incorporación a la comunidad de los testigos de Jesús es esencial para el crecimiento en la fe. En la Iglesia, los cristianos reciben el don de la fe, la alimentan y la comparten.

Desde los inicios, las primeras comunidades cristianas:

  • Se reunían para compartir sus experiencias y su fe en Jesús.
  • Elaboraron los credos.
  • Transmitieron no solo el contenido de la fe, sino también cómo ha de ser la vida en el seno de la Iglesia.

La Fe como Cambio de Vida y Exigencia de Compromiso

La fe implica una conversión y un cambio de vida, una elección personal por Jesús y su mensaje. Este cambio se concreta en el compromiso de prolongar la misión de Jesús, especialmente su servicio a los más necesitados.

El compromiso:

  • Es una tarea personal o colectiva, aceptada desde la libertad.
  • Es necesaria la acción, no solo las palabras.
  • El grupo de cristianos comprometidos forma la comunidad de creyentes.
  • Es una exigencia de fe.

La Fe como Estilo de Vida

La fe ayuda a comprender el sentido de las cosas, desde el corazón y la razón. La sabiduría de la fe muestra que el amor es más fuerte que el sufrimiento y que la vida va más allá de la muerte. La fe cristiana siempre va unida a la esperanza y al amor.

Exigencias de la fe en Jesús:

  • Identificarse con él.
  • Vivir y alimentar la fe en el seno de la Iglesia.
  • Adoptar un estilo de vida que esté de acuerdo con su fe.

Comunión

La comunión, o koinomia, implica compartir bienes y afectos, participando en la unión y caridad de Jesús. Es participar de manera activa por la fe y los sacramentos.

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