03 Oct
El Vitalismo de Nietzsche: Un Análisis Profundo
¿Qué es el vitalismo de Nietzsche?
El vitalismo es uno de los aspectos capitales de la filosofía de Nietzsche. Su filosofía se considera vitalista ya que considera la vida humana como el elemento central de sus reflexiones y el concepto clave para sus explicaciones. En esta filosofía, la vida humana es entendida como naturaleza bruta, vitalidad, corporeidad, impulso, instinto, irracionalidad, desmesura; pero, sobre todo, es considerada como el valor absoluto.
En su evolución filosófica, Nietzsche contrapone a Dioniso y Apolo, ambos sintetizados en la tragedia griega. En ella, el elemento principal es la vida, representada por Dioniso, mientras que lo apolíneo es la forma bella en que se presenta.
Posteriormente, la aparición de Sócrates rompe el equilibrio de la cultura griega. Para Nietzsche, Sócrates es el hombre que busca el conocimiento como valor primordial, eliminando al hombre trágico. Así, el diálogo platónico sustituye la tragedia griega.
En la etapa final, Dioniso es sustituido por Zaratustra, quien es presentado por Nietzsche como inmoralista. Zaratustra, reconociendo su error de haber creado la moral, se sitúa más allá del bien y del mal. «La autosuperación de la moral por veracidad, la autosuperación del moralista en su antítesis –en mí– es lo que significa en mi boca el nombre Zaratustra». Zaratustra se convierte en el nuevo símbolo del vitalismo.
Este vitalismo radical se concreta en los conceptos fundamentales de la filosofía de Nietzsche.
Voluntad de Poder
Nietzsche trabajó en una obra que no llegó a concluir en la que buscó exponer su filosofía y cuyo nombre sería «Voluntad de poder».
Para Nietzsche, lo único que existe de la realidad es el devenir continuo, resultado de un conjunto de fuerzas ciegas que pugnan por imponerse unas sobre otras, a lo que Nietzsche llama voluntad de poder. El mundo, el hombre, la vida son voluntad de poder, voluntad de ser más, de superarse. Más que una facultad humana, es el conjunto de pulsiones y fuerzas que se dirigen hacia el poder.
En el capítulo «De la superación de sí mismo», Nietzsche argumenta que tanto el hombre como toda la realidad y el cosmos son voluntad de poder, que es la fuerza vital. En el hombre, vivir es querer ser más, es la búsqueda constante de superación, es voluntad de crear. Y no sólo el hombre, sino todo el cosmos tiene en la voluntad de poder su núcleo, su realidad última.
La Transvaloración y el Superhombre
Nietzsche afirma lo dionisíaco, la voluntad, el sentimiento, la vida como pulsión irracional, sin finalidad, sin orden, sin Dios. Esto le lleva a negar todos los valores tradicionales y anunciar una nueva realidad que cuestiona si lo que se considera «bueno» puede ser en realidad perjudicial. En su obra, el dragón simboliza los valores y por eso hay que destronarlo. De esa negación de los valores y la afirmación de otros nuevos surge el superhombre, un nuevo hombre que afirma su voluntad de poder, su «yo quiero» y que está más allá del bien y del mal, que supera la vieja moral.
Sin embargo, Nietzsche no explica cómo surge el superhombre, aunque se observa a través de sus metáforas:
- El camello (el hombre que carga con toda la moral, el «yo debo») se transforma en león (rompe con la moral, afirma «yo quiero»), pero éste no es capaz de crear valores.
- Por eso, el espíritu debe transformarse en niño (inocente, capaz de un nuevo comienzo).
El superhombre es inocente como un niño, no lleva carga, es impulso vital, puede ser el protagonista de un nuevo comienzo, donde lo antiguo ya no existe y es capaz de crear nuevos valores, de vivir fieles a la tierra.
La Muerte de Dios y el Nihilismo
Un punto central de la transvaloración de Nietzsche es la crítica a la religión, concretada en la necesidad de reconocer que Dios ha muerto. Argumenta que todas las morales, incluso la pura ética filosófica, exigen la existencia de Dios como condición necesaria. Por eso, para destruir la moral es necesario destruir a Dios, pues si Dios no existe, ya no hay ningún ser superior que nos pueda imponer sus leyes, sus límites, su orden y el hombre ya no tiene que dar cuenta a nadie, por lo que puede alcanzar la condición de superhombre.
Textos y Resúmenes
Texto 1: La idiosincrasia de los filósofos: el miedo al devenir
En este texto, en primer lugar, Nietzsche expone cuál es la idiosincrasia de los filósofos: su falta de sentido histórico, su odio al devenir, su egipticismo. Ese odio les ha llevado a deshistorizar la realidad sub specie aeterni, a momificarla. En segundo lugar, dice que, desde hace milenios, los filósofos:
- Han matado la realidad convirtiéndola en momias conceptuales.
- Han adorado, idolatrado, a los conceptos.
- Han creado una oposición excluyente entre el ser y el devenir: lo que es no deviene, lo que deviene no es…
- Han intentado apoderarse del ser, pero, como no lo consiguen, han culpado a la sensibilidad de ello, diciendo que les engaña.
- También acusan a la sensibilidad de ser fuente de inmoralidad y llaman pueblo a los que creen en los sentidos.
Finalmente, acusa a los filósofos de ser momias, de parecer sepultureros y a su filosofía de monótono-teísmo y de estar obsesionada por el rechazo de los sentidos.
Texto 2: La otra idiosincrasia de los filósofos: la filosofía como teología
Resumen 2
En el texto que comentamos, Nietzsche explica la otra idiosincrasia de los filósofos que consiste en «confundir lo último con lo primero». Según Nietzsche, los filósofos consideran que lo superior no puede ser causado por algo anterior o inferior, es decir, por algo distinto de sí mismo; por eso, lo superior ha de ser causa de sí mismo. En consecuencia, los filósofos ponen los conceptos supremos (lo existente, lo incondicionado, lo bueno, lo verdadero), como lo primero, es decir, como causa de toda la realidad y, por tanto, anteriores a la realidad. Además, para los filósofos, como todos los conceptos son supremos, son todos iguales y se identifican con el concepto de Dios que, para Nietzsche, es el más vacío de todos los conceptos. Finalmente, afirma que toda la humanidad ha padecido las consecuencias de las dolencias cerebrales, de los errores, de los filósofos.
Texto 3: Cuatro tesis
En este texto, Nietzsche resume la aportación de su filosofía en cuatro tesis:
- El mundo que los filósofos llaman aparente es el único real.
- El mundo que los filósofos llaman verdadero es nihilista, porque se ha construido negando el ser auténticamente real.
- La causa de haber creado otro mundo distinto del real es el instinto de calumnia, de recelo frente a la vida, constituye una venganza.
- La duplicación del mundo hecha por los filósofos es un síntoma de decadencia, mientras que el mundo creado por el artista trágico no es «otra» realidad, sino que, asumiendo la única realidad, la presenta seleccionada, reforzada, corregida. El artista trágico es el artista dionisíaco.
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