18 Mar
El Bienio de derechas (CONSERVADOR)
3.1. Las elecciones de 1933
El 19 de noviembre de 1933 se celebraron
las elecciones, las primeras en que la mujer votó en España. Contaron con una
participación del 67,46%, cifra elevada, si se considera que los anarquistas
preconizaron la abstención. El electorado se decantó por las candidaturas de la
derecha y del centro. La derecha totalizó 204 diputados, de los que 115
correspondieron a la CEDA. El centro obtuvo 168 diputados (102 del Partido
Radical) y la izquierda solo 94, de los cuales 64 eran socialistas.// Las
razones del triunfo de la derecha
fueron muy variada: la difícil coyuntura económica, el desgaste del Gobierno
reformista, la abstención anarquista, la dispersión electoral de la izquierda y
el temor ante el incremento de la conflictividad social.
3.2. Los gobiernos de Centro Derecha
El presidente Niceto Alcalá Zamora, receloso de José María
Gil Robles, que no se había manifestado públicamente en favor de la República,
nombró al radical Alejandro Lerroux como presidente de un Gobierno sin
cedistas. El Nuevo Gobierno frenó las reformas del Bienio progresista y concedió
la amnistía a los sublevados de la Sanjurjada. La protesta por esta medida
provocó la dimisión de Lerroux, que fue sustituido por el radical Ricardo
Samper, quien tuvo que hacer frente a la huelga anarquista de Zaragoza.
3.3. Octubre de 1934
A comienzos de octubre,la exigencia de Gil Robles de participar en el Gobierno condujo a una
crisis gubernamental resuelta con el regreso de Lerroux y la inclusión de tres
cedistas en el nuevo ejecutivo. Los planes de alzamiento insurreccional de los
socialistas se activaron y el 5 de octubre se declaró una huelga general revolucionaria con desigual incidencia en toda
España.
1.Las operaciones militares
1.1.Alzamiento militar y comienzo de la guerra
En la
tarde del 17 de julio de 1936, las guarniciones de Melilla, Ceuta y Tetuán se
sublevaron contra la República. Durante la siguiente madrugada, el comandante
militar de Canarias, Francisco Franco,
se adhirió al golpe de Estado.
El 18 de julio el alzamiento se extendió por la Península. Algunas guarniciones se sublevaron, otras permanecieron fieles al Gobierno y en algunos lugares la resistencia de los grupos obreros derrotó a los golpistas. En Castilla y León, Canarias, Galicia, Navarra, el norte de Extremadura, el oeste de Aragón y Andalucía, Granada, Álava y Oviedo, así como en el Protectorado, se impusieron los rebeldes.
En
muchos lugares, ante la conmoción del golpe, desapareció el Estado y se produjo
un vacío de poder.
El presidente del
Gobierno Casares Quiroga, desbordado por la situación, y contrario al reparto
de armas exigido por las organizaciones obreras para combatir a los sublevados,
dimitió aquella misma noche. Fue sustituido por Diego Martínez Barrio para que negociase con el general Mola,
director de la conspiración y sublevado en Pamplona, pero las conversaciones
fracasaron. Martínez Barrio abandonó y José
Giral ocupó su lugar. Este cedió a las peticiones de los partidos y
sindicatos obreros y repartió armas al
pueblo.
El 21de julio la situación se estabilizó y España quedó dividida entre una zona fiel a la República y otra a la sublevación. El golpe de Estado del 17 y 17 de julio daba paso así a una larga contienda en la que se enfrentaron dos bandos:
LLa España republicana, constituida por 21 capitales de provincia (entre ellas Madrid, Barcelona, Valencia y Bilbao), unos 300.000 Km2 y 14 millones de habitantes. Conservaba toda la industria pesada y textil, la minería, la producción de frutas de exportación y las reservas de oro del Banco de España.
LLa España nacional, formada por 29 capitales de provincia (con Sevilla y Zaragoza entre las principales), unos 225.000 Km2 incluyendo el Protectorado, y unos 11 millones de habitantes. Poseía la producción de cereales de Castilla y la cabaña ganadera gallega. Recibió el apoyo económico de los grandes hombres de negocios españoles. (Marx)
4. Consecuencias de la Guerra Civil
4.1. Las víctimas
Se ha discutido mucho en torno
al número de víctimas, combatientes y civiles, causado por la Guerra Civil
española. Los primeros cálculos establecieron la cifra alrededor de 1.000.000
de muertos pero posteriores investigaciones la han reducido, situándola entre 600.000 y 625.000 según las fuentes.
Ninguna nación europea había sufrido unamerma de población tan considerable. A los fallecidos debe añadirse
la generación de españoles que dejó de nacer a causa de las incertidumbres de
la guerra y del alejamiento de las familias. Cientos de miles de personas
tuvieron que marchar al exilio durante o tras la contienda. En abril de 1939
Francia acogió a 450.000 exiliados republicanos, muchos hacinados en campos de
concentración. Desengañados por el trato recibido y sin otra opción, 100.000
regresaron o fueron devueltos a las autoridades franquistas. La Unión Soviética albergó a
2.000 comunistas y a 5.000 niños, en su mayoría vascos, enviados
provisionalmente para alejarlos de la guerra y que no pudieron regresar. Iberoamérica recibió 50.000
exiliados. En México, el presidente Lázaro Cárdenas facilitó la acogida de
20.000 republicanos españoles. Entre ellos se encontraban algunos de los
mejores intelectuales de la época, que dieron un poderoso impulso a las
instituciones culturales y educativas del país. Esta situación se repitió en
Argentina, Cuba, la República Dominicana y Chile, cuyos Gobiernos mostraron su
generosidad con los españoles republicanos exiliados.
4.2. Consecuencias económicas, sociales y políticas
Los daños en viviendas e infraestructuras fueron cuantiosos. Miles de casas, pueblos enteros y barrios de las grandes ciudades desaparecieron como efecto de los bombardeos artilleros y aéreos.
-La producción del sector agrario de 1939 bajó un 20% con relación a los años anteriores a la contienda y la cabaña ganadera española se redujo un 30%. (HAMBRE)
-El sector industrial conservó casi toda su infraestructura, aunque la
producción se contrajo un 30%.
El índice
del coste de la vida aumentó y hasta 1954 la renta per cápita no volvió a
sobrepasar los niveles anteriores a la guerra.
La paz se instauró en España mediante la imposición de un bando sobre otro, al margen de cualquier modelo de reconciliación nacional y sin buscarla. La represión, al amparo de la Ley de responsabilidades políticas, dirigida por severos tribunales militares, fue implacable con los derrotados. En 1939 se estimaba que el número de presos alcanzaba los 270.000, de los cuales miles fueron sometidos a procesos y ejecutados. Se llevó a cabo la depuración de funcionarios públicos (especialmente los vinculados con la enseñanza) y la proscripción social afectó a muchos colaboradores de la República, que vieron cómo sus carreras profesionales y sus vidas se arruinaban.
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