04 Ene

En las elecciones de noviembre de 1933, las mujeres ejercieron el voto por primera vez. La derecha, unida en la Unión de Derechas, obtuvo un éxito notable, compartido con el centro representado por el Partido Radical de Lerroux.

A pesar de que la CEDA era el grupo mayoritario, Alcalá Zamora, en su función moderadora, llamó a Lerroux a formar gobierno, buscando evitar un mayor desplazamiento hacia la derecha y la consiguiente reacción de las izquierdas. El nuevo gobierno de Lerroux paralizó las reformas del bienio social azañista, dotó de presupuesto al clero y aprobó una Ley de Amnistía para los sublevados durante la Sanjurjada.

Este giro conservador radicalizó al PSOE y la UGT. Francisco Largo Caballero, frente a un sector más moderado liderado por Indalecio Prieto, comenzó a entender la política en términos de conflicto social. La proliferación de huelgas y conflictos llevó a la CEDA a endurecer su postura y exigir más contundencia en materia de orden público, reclamando su participación en el gobierno.

La izquierda interpretó la entrada de la CEDA en el gobierno como un camino hacia el fascismo. En octubre de 1934, la UGT promovió huelgas generales en las grandes ciudades, con escasa participación de la CNT. El movimiento fracasó por falta de coordinación y la respuesta del estado de guerra, aunque tuvo un amplio seguimiento en Asturias y Cataluña.

La Revolución de Asturias

En Asturias, los mineros protagonizaron una revolución social, uniendo a socialistas, anarquistas y comunistas. Durante dos semanas, destituyeron a las autoridades, conquistaron Oviedo y nombraron comités de gobierno. El Gobierno entregó plenos poderes militares al general Franco, quien trajo a la Legión. Tras tomar Oviedo y la cuenca minera, se ejerció una dura represión.

La Proclamación de la República Catalana

En Cataluña, Companys, con el apoyo del PSOE, UGT y comunistas, proclamó el 6 de octubre la República catalana dentro de la República federal española. El ejército abortó el intento, que duró solo 10 horas. El balance de octubre de 1934 fue trágico: más de mil muertos, 30.000 encarcelados (incluyendo a Azaña, Companys y Largo Caballero), suspensión de la autonomía catalana y una nueva Ley de Reforma Agraria que significó una contrarreforma.

Tras la revolución de octubre, la CEDA aumentó su influencia en el gobierno, abogando por aplicar las condenas con rigor y endurecer la política. Se presentó un anteproyecto para modificar la Constitución en julio de 1935. La campaña proamnistía para los presos de octubre unió a la izquierda, que comenzó a reclamar la disolución de las Cortes y nuevas elecciones.

En las elecciones de noviembre de 1933, las mujeres ejercieron el voto por primera vez. La derecha, unida en la Unión de Derechas, obtuvo un éxito notable, compartido con el centro representado por el Partido Radical de Lerroux.

A pesar de que la CEDA era el grupo mayoritario, Alcalá Zamora, en su función moderadora, llamó a Lerroux a formar gobierno, buscando evitar un mayor desplazamiento hacia la derecha y la consiguiente reacción de las izquierdas. El nuevo gobierno de Lerroux paralizó las reformas del bienio social azañista, dotó de presupuesto al clero y aprobó una Ley de Amnistía para los sublevados durante la Sanjurjada.

Este giro conservador radicalizó al PSOE y la UGT. Francisco Largo Caballero, frente a un sector más moderado liderado por Indalecio Prieto, comenzó a entender la política en términos de conflicto social. La proliferación de huelgas y conflictos llevó a la CEDA a endurecer su postura y exigir más contundencia en materia de orden público, reclamando su participación en el gobierno.

La izquierda interpretó la entrada de la CEDA en el gobierno como un camino hacia el fascismo. En octubre de 1934, la UGT promovió huelgas generales en las grandes ciudades, con escasa participación de la CNT. El movimiento fracasó por falta de coordinación y la respuesta del estado de guerra, aunque tuvo un amplio seguimiento en Asturias y Cataluña.

La Revolución de Asturias

En Asturias, los mineros protagonizaron una revolución social, uniendo a socialistas, anarquistas y comunistas. Durante dos semanas, destituyeron a las autoridades, conquistaron Oviedo y nombraron comités de gobierno. El Gobierno entregó plenos poderes militares al general Franco, quien trajo a la Legión. Tras tomar Oviedo y la cuenca minera, se ejerció una dura represión.

La Proclamación de la República Catalana

En Cataluña, Companys, con el apoyo del PSOE, UGT y comunistas, proclamó el 6 de octubre la República catalana dentro de la República federal española. El ejército abortó el intento, que duró solo 10 horas. El balance de octubre de 1934 fue trágico: más de mil muertos, 30.000 encarcelados (incluyendo a Azaña, Companys y Largo Caballero), suspensión de la autonomía catalana y una nueva Ley de Reforma Agraria que significó una contrarreforma.

Tras la revolución de octubre, la CEDA aumentó su influencia en el gobierno, abogando por aplicar las condenas con rigor y endurecer la política. Se presentó un anteproyecto para modificar la Constitución en julio de 1935. La campaña proamnistía para los presos de octubre unió a la izquierda, que comenzó a reclamar la disolución de las Cortes y nuevas elecciones.

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