10 Nov

Pensamiento y cultura en la 2ª mitad del S.XIX: el Realismo y el Naturalismo:


A mediados del Siglo XIX predominan en los medios artísticos los principios estéticos del Realismo. Para el positivismo no existe mas realidad de los hechos perceptibles ni es posible otra investigación que no sea la del estudio empírico. La experiencia es el instrumento esencial de la filosofía positivista. El evolucionismo propuesto por Charles Darwin, según el cual los seres vivos resultan de la evolución y selección natural de los mejor adaptados al medio ambiente, a través de la lucha por la existencia y gracias a la herencia. El marxismo, Karl Max estudia la sociedad capitalista, sujeta a unas leyes específicas. Marx afirma que el motor del desarrollo histórico es la lucha de clases y explica las causas de las revoluciones burguesas y las contradicciones de la nueva sociedad capitalista, contradicciones que proporcionan nuevas revoluciones. La filosofía marxista no se limita a interpretar el mundo si no que propone transformarlo. La repercusión de todas estas ideas en la literatura es decisiva, como se comprueba en los siguientes rasgos:

Observación y descripción precisa de la realidad:es el principio básico del Realismo, los escritores llegan a documentarse sobre personajes o ambientes de los que extraen la información precisa. La vida real se convierte así en objeto estético.-Ubicación próxima de los hechos: Los autores realistas escriben sobre lo que conocen con lo que sitúan sus obras en el presente y lugares próximos, lo cotidiano, eliminando la fantasía e imaginación.-Frecuente propósito de critica social y política:Los autores conservadores describen la realidad para mostrar su degradación. Los progresistas también muestran las lacras sociales.-Estilo sencillo y sobrio:Los realistas no solo abandonan los temas legendarios del Romanticismo, sino que rechazan la retorica ROMántica. El ideal es la claridad y exactitud. -Predilección por la novela:El género literario por excelencia fue la novela. Según los realistas la prosa narrativa era el género adecuado para reflejar la realidad en su totalidad. Los rasgos típicos de la novela realista son:

-Verosimilitud

Las historias son como fragmentos de realidad, aunque inventadas por su autor, se basan en la experiencia cotidiana y los personajes y ambientes son creíbles.

-Protagonistas individuales o colectivos

Los protagonistas son o individuos que se relacionan problemáticamente con su mundo o grupos sociales que permiten dar una visión global de la sociedad.

-Narrador omnisciente

El narrador maneja los hilos del relato, sabe lo que va a suceder, conoce los pensamientos de los personajes.

-Didactismo

Los autores pretenden ofrecer una lección moral o social.

-Estructura lineal:

los hechos transcurren de forma lineal en el tiempo, sin embargo, también hay vueltas atrás en la historia.

-Descripciones minuciosas:

Las descripciones de interiores y exteriores y de los personajes son detalladas.

-Aproximación del lenguaje al uso coloquial:

Los autores se esfuerzan en adecuar el lenguaje a la naturaleza de los personajes que hablan con arreglo a su condición social. El Naturalismo se conoce como una corriente literaria que se desarrollo durante el último tercio del Siglo XIX en Francia, y que tuvo como principal impulsor a Emile Zola, quien pretende que la literatura se convierta en otra ciencia cuyo objeto de estudio es el medio social.

La poesía:


Rosalía de Castro

Es junto a Bécquer la gran figura de este tipo de poesía intimista. Nacíó en Santiago de Compostela en 1837 y tuvo una existencia difícil y penosa. Pasó parte de su vida en Castilla pero siempre echó de menos a Galicia, donde volvíó mas tarde y donde murió en 1885. Destaca sobre todo como poetisa. Compuso (Cantares gallegos), (Follas novas) y (en las orillas del Sar). Con Rosalía nos encontramos muy cerca de la poesía contemporánea, aflora de forma directa el mundo interior, se manifiesta la subjetividad, no envuelta en el tono declamatorio y superficial del Romanticismo externo. En las orillas del Sar, Rosalía de castro alcanza momentos de emoción y de expresión de una intimidad conflictiva. También su maestría en el uso de los recursos poéticos, sus innovaciones métricas y exuberancia formal. La expresión de la intimidad permite que sus versos transmitan sensación de autenticidad y verdad, y que confiese en ellos sus inquietudes sociales y su conciencia de mujer oprimida.

-Gustavo Adolfo Bécquer

Nacíó en Sevilla en 1836, con la mayoría de edad marcho a Madrid para estudiar una carrera literaria. Desde 1860 su trabajo como periodista fue creciendo y llego a ser director del periódico conservador El Contemporáneo. En 1861 contrajo matrimonio con Casta Esteban. Perdíó el empleo con la revolución del 68, se fue a vivir con su hermano y rescribió su obra poética que había reunido tiempo atrás, pero ese manuscrito se había perdido. Bécquer murió en Madrid a finales de 1870. Hay muchos datos para pensar que su comportamiento fue el carácterístico de un escritor de su tiempo ya que se marcha a Madrid en busca de éxito para ganarse la vida, tiene contactos con la política, etc. Como prosista Bécquer escribíó «Historia de los templos de España», «Cartas literarias a una mujer», «Cartas desde mi celda» y «leyendas». Las leyendas son un conjunto de relatos cortos de carácter fantástico y ambientación ROMántica, se encuentran cerca del Romanticismo tradicional, por los procedentes del genero (zorrilla, Espronceda, duque de Rivas), por los temas que desarrollan y por los personajes y ambientes legendarios. Pero Bécquer acierta a crear un nuevo género, el de la leyenda lírica. La prosa Becqueriana destaca en las leyendas por sus valores rítmicos y musicales y por sus calidades pictóricas que preludian ya las narraciones modernistas. Las composiciones en verso de Bécquer apenas vieron la luz en vida de su autor. Su éxito fue notable. La primera edición de sus textos poéticos se publico con el titulo de Rimas. Las rimas recogen todos los poemas que contiene el «libro de los gorriones» salvo tres. Las rimas se presentan como un largo poema unitario que tras la exposición de unos principios estéticos desarrolla una historia amorosa que va de la ilusión inicial al fracaso amoroso que sume al poeta en el desengaño y soledad. Lo que conocemos de su proceso de composición y la ordenación del «libro de los gorriones» permiten afirmar que las rimas no son una autobiografía amorosa, sino la expresión lírica de las ideas generales del poeta sobre el amor. Los temas de Las Rimas son el amor y la poesía. Se trata en realidad de una concepción ROMántica de la literatura, frente a la idea clásica del arte como elaboración meditada. Sus poemas se caracterizan por una dicción sencilla en apariencia apoyándose en referencias a objetos materiales, intentan expresar aquellas ideas como la belleza que se resiste a ser formulada con palabras. El amor se identifica con la mujer, expresión máxima de la belleza. Pero la mujer becqueriana es poco más que un ideal, porque se muestra inaccesible. El resultado final es la desilusión la angustia y soledad. Los poemas de Bécquer suelen ser breves y parecen quedar truncados al cerrarse con un verso quebrado que condensa la idea expresada y abre nuevas sugerencias. Son habituales las metáforas y los símiles. Sin embargo lo más importante del léxico de Bécquer es su capacidad de sugerencia más allá de su significado denotativo: los elementos de la realidad se corresponden con emociones íntimas Esta es la razón por la que se puede considerar a Bécquer como un poeta presimbolista.

España a comienzos del Siglo XX:

a finales del XIX se produce el Desastre de 1898, fecha en la que España, derrotada por EU, pierde los restos dispersos de su antiguo Imperio. Las críticas de las clases medias se acentuaron, y acabó por plantearse la cuestión de la crisis del Estado. Se extendíó el movimiento regeneracionista, una corriente ideológica reformista que reclamaba la modernización de España en lo económico y político.

Modernismo y 98:

el término Modernismo fue aceptado por los autores nuevos entendido de modo positivo, como culto a la belleza, búsqueda del ideal, rechazo de la mediocridad… El Modernismo literario renuncia a la retórica del Romanticismo hispanoamericano con la búsqueda de una nueva expresión que se halla en la literatura europea contemporánea y recuperación del trascendentalismo ROMántico europeo. Su florecimiento vendrá de la mano de Rubén Darío y José Martí. Se distinguen 2 fases en el Modernismo español: el militante o polémico y el asimilado o domesticado. Comenzaría con la llegada a España de Rubén Darío en 1892 o la celebración de la primera Festa modernista de Sitges en 1894, y se extendería hasta 1904 cuando finaliza su publicación la revista Helios. Los primero años de siglo el Modernismo llega a su esplendor. El Modernismo asimilado es cuando los autores modernistas pasan a ocupar un lugar central en el mercado editorial y en los escenarios teatrales y son integrados como parte de una moda que se extiende más allá de la literatura. A partir de 1913, Azorín utilizó el concepto de Generación del 98 para referirse a los nuevos escritores en los que se distinguen los que se refugiaban en el esteticismo como rechazo del mundo y aquellos que, como Unamuno, Baroja o Azorín, mostraban una actitud crítica ante la realidad, defendían la necesidad de cambios y adoptaban un compromiso social y político explícito. Sin embargo ambos grupos mantuvieron una relación personal y literaria constante. Los nuevos escritores tienen una actitud rebelde: el socialismo de Unamuno y Maeztu, el anarquismo de Martínez Ruiz y Baroja, el carlismo de Valle-Inclán… Se oponen a la mediocridad de la sociedad española de la Restauración. Es la época del anarquista literario, del bohemio, del dandy, del escritor maldito. Con el paso de los años desaparece ese radicalismo de juventud. Es entonces cuando muchos de estos escritores muestran rasgo de desconfianza en la razón, aristocratismo, propensión al individualismo, visión literaturizada de la vida, pesimismo, etc. Todo ellos se trata de un fenómeno general en las letras europeas de esta época.

Rasgos generales de la literatura de principio de siglo:

de estos escritores destaca su afán por ser originales y a veces llegar a la rareza y la extravagancia, en lo que pretende ser una demostración externa de su desprecio por las convenciones, la mesura y el término medio. El modernista manifestaba su oposición al asfixiante conformismo. El artista se sentía al margen de la sociedad, rebelde ante ella y protestaba contra el orden burgués rechazando la indeseable realidad. Existe un paralelismo entre la rebelión ROMántica contra la sociedad posterior a la primera revolución industrial y su expresión en el campo de las ideas, el pensamiento de la Ilustración y el positivismo en filosofía y el Realismo en el terreno estético. Este primitivismo lleva a los modernistas a revalorizar lo antiguo, lo intemporal, negando de la Historia y deseando encontrar la verdad en lo imperecedero. Los escritores del fin de siglo defienden un nuevo miro: el de la antimercantil, austera y espiritual Castilla, en la que ven la esencia de España y donde buscan antiguos valores en trance de desaparición con el desarrollo de la sociedad burguesa y urbana. El gusto por refugiarse en un pasado decadente se advierte en el motivo de la ciudad muerta. No por casualidad es Toledo escenario de 2 de las novelas más representativas: “camino de perfección”, de Baroja, y “La voluntad” de Azorín. Estas ciudades manifiestan la conciencia de decadencia y la fascinación ejercida por la idea de la muerte. El decadentismo es otro rasgo del arte modernista. Hay una especie de complacencia en lo mortecino y ruinoso. Esa impresión de decadencia es un síntoma del llamado “mal del siglo”, que afecta a los nuevos escritores. Se extiende una sensación de hastío vital, que se expresa en el escepticismo, etc. Esta exacerbación sentimental choca con los ideales racionalistas propios de la sociedad burguesa. Es carácterístico en los textos de los escritores el enfrentamiento entre intelectualismo y vitalismo. Los protagonistas de las novelas tiendes a evitar el sufrimiento. El erotismo es la expresión máxima del anhelado vitalismo. El amor puede ser apacible y el sexo concebirse delicadamente. Se entremezcla erotismo con decadencia y malditismo. Esto explica la fascinación por lo ambiguo, lo híbrido y lo equívoco. Y la atracción hacia lo marginal prostitutas, bebedores, etc. El rechazo de la vulgaridad se manifiesta en el gusto de muchos de los artistas por lo exótico. Ese deseo de huir de la mediocridad está en la base de otro rasgo carácterístico de estos escritores: el cosmopolitismo. La insatisfacción con el mundo es también la cusa de la angustia que lleva a estos escritores a buscar lo trascendente más allá de lo aparente, un espiritualismo torturado en al identificación de Dios con la Naturales, en el interés por los fenómenos inconscientes o subconscientes y en la curiosa afición a las doctrinas esotéricas. El esteticismo es un culto casi religioso a la belleza. La poesía se considera el arte supremo, capaz de reunir mediante la palabra la capacidad y riqueza expresiva del resto de las artes. El poeta pretende plasmar en sus textos la pintura, la cultura y la música.

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