18 Mar
Entorno y Competencia Empresarial
El entorno de una empresa está compuesto por variables internas y externas que influyen en su funcionamiento, pero que no puede controlar. Se divide en dos tipos: el microentorno, que se refiere a los factores cercanos a la empresa, como proveedores, distribuidores y clientes, y el macroentorno, que abarca variables más amplias, como aspectos demográficos, económicos, tecnológicos, sociales, legales y políticos.
Dentro del microentorno, las acciones de los proveedores, distribuidores y clientes tienen una influencia directa sobre la empresa. Por otro lado, el macroentorno incluye elementos más generales que afectan a todas las actividades sociales y humanas, como cambios en la economía o la legislación.
Aunque no se pueden controlar, es clave que las empresas monitoreen estos cambios para adaptarse rápidamente y tomar decisiones estratégicas. La dirección del entorno implica actuar de manera proactiva ante las amenazas y oportunidades externas. En lugar de solo reaccionar, la empresa debe anticiparse a los cambios para minimizar riesgos y aprovechar las oportunidades que surjan, lo cual es fundamental para tener una ventaja competitiva.
Análisis de la Competencia
El análisis de la competencia se refiere a la identificación de los competidores, no solo directos, sino también indirectos. La competencia puede analizarse en tres niveles:
- Nivel de mercado: Empresas que satisfacen la misma necesidad.
- Nivel de industria: Empresas que fabrican el mismo producto utilizando tecnologías similares.
- Nivel de producto-mercado: Competidores directos que ofrecen el mismo producto al mismo grupo de consumidores.
Competidores Beneficiosos
Aunque se suele ver a los competidores como enemigos, algunos, llamados competidores buenos o deseables, pueden ser beneficiosos. Según Porter, es estratégico contar con ellos para mantener un mercado equilibrado y dinámico.
Los competidores buenos permiten que una empresa se diferencie, ya que las comparaciones resaltan su valor. Ayudan a manejar la demanda al cubrir picos estacionales y atender segmentos menos atractivos, evitando que otros competidores entren al mercado. Además, al fijar precios altos por sus costos, facilitan que la empresa líder obtenga más ganancias, aunque esto puede atraer nuevos competidores si no hay barreras de entrada. También reducen el riesgo de acusaciones por monopolio y mejoran el mercado al aumentar la demanda global con campañas publicitarias o productos complementarios. Ofrecen alternativas en la cadena de suministro, reduciendo riesgos de depender de un único proveedor.
En nuevos mercados, comparten costos de desarrollo, ayudan a popularizar tecnologías y mejoran la imagen del sector. También dificultan la entrada de competidores no deseados al saturar los canales de distribución. Un buen competidor debe tener puntos débiles que no intenta mejorar, ser creíble para los consumidores, realista sobre sus capacidades y evitar riesgos grandes, conformándose con su posición actual.
Dimensiones de la Demanda
La demanda es la cantidad que los consumidores están dispuestos a comprar de un producto en un lugar y tiempo determinados, considerando factores externos y los esfuerzos comerciales de las empresas. Sus principales dimensiones son:
- Producto: Puede analizarse la demanda de una industria completa (cosmética), un producto específico (crema Nivea) o una línea de productos (cuidado de la piel).
- Consumidores: Incluye desde individuos hasta segmentos amplios, como jóvenes de 17 a 35 años o mujeres.
- Lugar: Se mide a nivel local, regional, nacional o internacional.
- Período de tiempo: Se evalúa en distintos lapsos, como meses o años.
- Valor: Puede cuantificarse en unidades físicas (litros, metros) o monetarias (euros, dólares).
Existen dos tipos de demanda:
- Final: Realizada por los consumidores que usan el producto.
- Derivada: Hecha por empresas para fabricar bienes o servicios que atiendan la demanda final.
Clase de Productos
Los productos pueden ser bienes (tangibles, como electrodomésticos) o servicios (intangibles, como asesorías legales). Pueden clasificarse como bienes de consumo (comprados por usuarios finales) o industriales (usados para producir o revender). Según su duración, pueden ser duraderos (como coches o televisores) o no duraderos (como alimentos). También se dividen en bienes de conveniencia (compra frecuente y rápida, como leche o chicles), compra normal (menos frecuente y más reflexiva, como muebles) y bienes especiales (únicos, como coches de lujo, con distribución selectiva o exclusiva).
El riesgo de compra puede ser económico (mayor en productos caros) o social (influido por la opinión de otros). La distribución puede ser intensiva (muchos puntos de venta), selectiva (pocos intermediarios) o exclusiva (solo un distribuidor en un área). Finalmente, la marca identifica y diferencia los productos de una empresa de los de la competencia.
Ciclo de Vida del Producto
El ciclo de vida del producto explica cómo evolucionan las ventas de un producto a lo largo del tiempo, dividiéndolo en cuatro fases: introducción, crecimiento, madurez y declive. Cada fase tiene características y dinámicas distintas que afectan tanto a la producción como a la comercialización.
Fases del Ciclo de Vida
- Introducción: El producto es nuevo y hay mucha incertidumbre sobre cómo será aceptado. La producción está en una etapa temprana, lo que genera altos costes. La estrategia de marketing se enfoca en dar a conocer el producto, y los precios pueden ser bajos para penetrar rápidamente el mercado o altos para aprovechar a los consumidores dispuestos a pagar más.
- Crecimiento: Las ventas comienzan a despegar gracias a la mayor aceptación del producto. La producción se estandariza y los costes disminuyen debido a las economías de escala y la mejora de los procesos productivos. Los competidores entran en el mercado, lo que aumenta la competencia, y el marketing se orienta a crear una imagen de marca sólida y fidelizar a los consumidores.
- Madurez: Las ventas alcanzan su punto máximo y se estancan, mientras que las empresas compiten más agresivamente por la cuota de mercado. Los precios tienden a bajar por la fuerte competencia, lo que puede reducir los márgenes de beneficio. En esta fase, las empresas deben centrarse en estrategias de segmentación y diferenciación para mantener a los clientes leales.
- Declive: Las ventas disminuyen debido a la aparición de productos sustitutos que son más eficientes o económicos. Las empresas pueden optar por desinvertir y retirarse del mercado, o especializarse en nichos específicos donde aún se pueda obtener rentabilidad, aunque los precios pueden subir debido a la menor oferta en el mercado.
Cálculos
1- Hacer total de $ 2. Cuota de mercado
$/ TOTAL * 100
5—17.000 Cvu =1,33
7—8.000 Calcular precio óptimo:
EP= AQ/ Aq * P1/Q1 P= Cvu * EP /1+EP
AQ= 17.900-8000 Aq= 5-7
EP= 9900/-2 * 5/17900
Coste =1,22 / Margen = 51%
P= COSTE/ 1-MARGEN
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