04 Mar

El Conflicto Hispano-Estadounidense de 1898: Un Punto de Inflexión

El conflicto que se aproximaba en Cuba evidenciaba la pugna entre un imperialismo en declive, el español, y uno emergente, el norteamericano, que marcaría el devenir de los tiempos posteriores.

La Guerra contra Estados Unidos

La inexplicada explosión del navío norteamericano Maine en el puerto de La Habana, que costó la vida a 260 marinos estadounidenses, desencadenó una furibunda campaña periodística de las cadenas de Pulitzer y Hearst. El gobierno norteamericano del presidente McKinley, impulsado por una opinión pública cada vez más belicista, declaró la guerra a España. El conflicto resultó ser un paseo militar para Estados Unidos, que conquistó Cuba, Puerto Rico y Filipinas. El 23 de abril de 1898, Estados Unidos declaraba la guerra a España.

En Filipinas, la flota americana, abastecida desde Hong Kong, derrotó a los españoles en la batalla de Cavite y ocupó Manila. En Cuba, la escuadra española del almirante Cervera se vio obligada a refugiarse en Santiago de Cuba, que quedó aislada por la flota americana. Desde Madrid llegó la orden de salida de la escuadra, y Cervera la cumplió a sabiendas de que se dirigían a una muerte segura. La escuadra española fue aniquilada, mientras que Estados Unidos solo sufrió una baja y la avería de un cañón.

El 25 de julio, Estados Unidos ocupó Puerto Rico. Sagasta, el presidente del gobierno español, terminó solicitando la paz. La Paz de París se firmó en diciembre de 1898.

España cedió a Estados Unidos la isla de Puerto Rico (que hoy sigue siendo un estado asociado de EE. UU.), Filipinas y la Isla de Guam en el Pacífico. Cuba alcanzó la independencia bajo la “protección” estadounidense (Enmienda Platt y base militar de Guantánamo).

La sustitución del dominio español por el norteamericano generó un profundo descontento en las antiguas colonias. Estados Unidos tuvo que hacer frente a una guerra en Filipinas (1899-1902), y en Cuba el sentimiento antinorteamericano se extendió por amplias capas sociales. Desde la perspectiva española, la pérdida de las últimas colonias se conoció como el “Desastre del 98” y tuvo una importante influencia en la conciencia nacional. La irresponsabilidad de los gobiernos de la Restauración había conducido a una situación que costó la vida a decenas de miles de españoles, primero en la guerra contra los insurrectos cubanos y luego en una guerra contra Estados Unidos que no se podía ganar.

La Crisis de 1898 y sus Consecuencias

La derrota en la guerra contra Estados Unidos fue humillante para toda la sociedad española y provocó una conmoción colectiva. El impacto, conocido como el “Desastre del 98”, despertó las conciencias de los contemporáneos, mostrando un imperio derrotado y un país en crisis.

  1. La apabullante derrota ante Estados Unidos y la pérdida de más de 50.000 combatientes provocaron una intensa conmoción en la sociedad española en todos los ámbitos. Políticos del régimen canovista como Francisco Silvela, en su artículo «España sin pulso«, opositores socialistas o republicanos, e intelectuales como Joaquín Costa, sintieron la pérdida de las colonias como el “Desastre del 98”.
  2. La conmoción nacional desencadenó una profunda crisis de la conciencia nacional que marcó la obra crítica de los autores de la Generación del 98 (Unamuno, Baroja, Maeztu, entre otros). Surgieron propuestas de reforma y modernización política, como el Regeneracionismo, con una doble vertiente de reforma política y educativa.
  3. Los nacionalismos periféricos cobraron mayor empuje y presencia ante la evidente crisis de «la idea de España», poniendo en jaque a los partidos del turno. Se evidenciaron todas las limitaciones del régimen de la Restauración, así como su parálisis a la hora de afrontar los problemas sociales y la modernización del país.
  4. El Regeneracionismo de Joaquín Costa fue la principal expresión de una renovada conciencia nacional que aspiraba a la reforma del país. El pensamiento de Costa se basaba en una crítica radical al sistema caciquil, que había impedido la implantación de una verdadera democracia basada en las clases medias, así como la modernización económica y social del país.
  5. El fin de la guerra permitió al ministro Fernández Villaverde abordar algunas reformas necesarias en el sistema de impuestos y en la emisión de deuda, lo que supuso un saneamiento de la Hacienda. Por primera vez en mucho tiempo, el estado español tuvo superávit a principios del siglo XX.
  6. La pérdida de las colonias supuso una importante repatriación de capitales que fueron invertidos en la economía peninsular. España no perdió la escasa presencia que ya tenía en los mercados latinoamericanos. A largo plazo, supuso la pérdida de ingresos y de un mercado preferente.

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