19 Feb

La Consolidación del Régimen Franquista y sus Primeros Años (1939-1959)

Fundamentos Políticos y Sociales del Estado Franquista

El nuevo estado surgido tras la Guerra Civil fue un régimen con rasgos contrarios a los de la República: antiliberal y antimarxista, con afinidades con los fascismos, tanto en sus aspectos externos como internos. Su antiliberalismo tenía raíz en el tradicionalismo y el catolicismo, que acusaban al liberalismo de auspiciar una política anticatólica y de atacar las tradiciones históricas de España, heredadas de la época de los Reyes Católicos y los reyes de la casa de Austria. Se toma como referente histórico la “gloriosa época imperial”. El nuevo estado abolió las libertades y se convirtió en una dictadura.

Terminada la Guerra Civil, la Iglesia española reiteró su apoyo al régimen, que se declaró católico y adoptó la doctrina social vaticana. Nacía así el llamado nacionalcatolicismo. La Iglesia recibió una cuantiosa ayuda material y tuvo una gran influencia en la nación, en la enseñanza y la cultura. El Ejército se convirtió en la columna vertebral del Estado franquista; en los primeros tiempos, los militares desempeñaron ministerios civiles, se hicieron cargo del orden público y juzgaron a los acusados de rebelión.

Evolución Política: De la Etapa Azul a la Influencia Católica

La Etapa Azul (1939-1945)

Se ha llamado “azul” a la etapa inicial del régimen por el aparente predominio falangista. Se caracteriza por la gran represión que ejercieron sobre los republicanos derrotados. A la Ley de Responsabilidades Políticas de 1939, que juzgaba hechos ocurridos con anterioridad, se unió la Ley de Represión de la Masonería y el Comunismo, de 1940. Además, hubo un endurecimiento del Código Penal y de la justicia militar.

El régimen inició su consolidación institucional. Se pretendió atenuar el carácter totalitario y, en 1942, se crearon las Cortes españolas mediante la Ley de Cortes, estableciendo un nuevo sistema donde el procurador era el representante. Terminada la Segunda Guerra Mundial en 1945, el régimen promulgó el Fuero de los Españoles, que definía al régimen como “un Estado católico, social y de derecho” y establecía una serie de libertades individuales y colectivas. El mismo año se promulgó la Ley de Referéndum Nacional, que intentaba dar una imagen de apertura con el recurso a un tipo de sufragio universal y directo.

Además, se tuvo que reconstruir el país, en parte por los destrozos de la Guerra Civil. Para ello se creó la Dirección General de Regiones Devastadas.

Neutralidad en la Segunda Guerra Mundial

Terminada la contienda española, empieza la Segunda Guerra Mundial. España se mantuvo en una posición neutral. Las victorias alemanas multiplicaron las potencias del Eje. Ramón Serrano Suñer, ministro de Asuntos Exteriores y cuñado de Franco, impuso una política de acercamiento, pensando que la derrota de Francia podría proporcionar a España dominios en el norte de África. En la entrevista de Hendaya entre Franco y Hitler no se llegó a ningún acuerdo, como tampoco en Italia con Mussolini. Lo desorbitado de la ayuda económica y las pretensiones exigidas por Franco hicieron imposible el acuerdo.

En 1937 ocurre una crisis interna, debida a los primeros movimientos de oposición a la dictadura. La afinidad de Franco con las potencias del Eje se manifestó con el envío de la División Azul a Rusia, integrada por 18.000 hombres. Con el cambio de signo de la guerra, en 1943, se ordenó la retirada de la División Azul.

El Gobierno Católico y la Ley de Sucesión

Poco a poco, el régimen desechó el aparato externo fascista, propio de la Falange, y llamó al gobierno a católicos como Alberto Martín Artajo y a otras personalidades de la Asociación Católica Nacional de Propagandistas, fundada por Ángel Herrera. En 1947 se promulga la Ley de Sucesión, que declaraba a España como una monarquía, pero no daba entrada a don Juan de Borbón. Se creaba también el Consejo del Reino y se establecían normas de sucesión. Se promulgó la Ley de Principios del Movimiento Nacional, que establecía los fundamentos ideológicos del estado, completando lo que se denominó Leyes Fundamentales del Reino. Se puede observar un equilibrio entre el catolicismo político y los falangistas. La disputa entre los bandos terminó dando entrada en el gobierno de Franco a los tecnócratas, casi todos miembros del Opus Dei, una agrupación católica.

Los Problemas de la Oposición

Al terminar la Guerra Civil, más de medio millón de españoles marcharon al exilio. Unos quedaron en Francia, otros se dirigieron a la URSS y otros a países hispanoamericanos, como México y Argentina. Se mantuvo un gobierno republicano en el exilio, pero personas importantes, como Indalecio Prieto, intentaron un acercamiento a los monárquicos. Un importante sector monárquico se agrupaba alrededor de don Juan de Borbón, aunque las disputas impidieron el progreso del proyecto. El partido comunista propugnó la oposición armada y alentó la penetración de guerrilleros, pero el intento fracasó por la falta de apoyo popular. Ya en los años cincuenta, la oposición comunista abandonó la lucha armada y propició los movimientos huelguísticos y la influencia en los medios intelectuales y universitarios.

Aislamiento Internacional y Autarquía Económica

El Aislamiento Internacional

Al terminar la Segunda Guerra Mundial con la derrota de Alemania y la victoria de los aliados, Franco quedó en una posición difícil. El corte fascista de su gobierno no tenía sitio en la nueva comunidad internacional. En 1946, se inicia el aislamiento internacional cuando Francia cerró sus fronteras con España y exigió cambios políticos sustanciales, incluyendo la retirada de Franco. Stalin presionó para que España no fuera invitada a las Naciones Unidas, consiguiendo que fuese considerada una amenaza para la paz. España fue expulsada de todos los organismos internacionales y los embajadores se marcharon de Madrid. El aislamiento fue total; únicamente contó con la ayuda moral de Portugal y la ayuda material de Argentina.

El panorama internacional comenzó a despejarse con la aparición de la Guerra Fría y la política de bloques que enfrentaron a Estados Unidos y la URSS. La posición de España favorecía a Estados Unidos. En 1953, ambos países firmaron acuerdos bilaterales por los que se establecían en España diversas bases militares estadounidenses a cambio de ayudas económicas. La firma del Concordato, en el mismo año, con la Santa Sede, tuvo gran importancia, ya que significó la legalización internacional de las relaciones que venían manteniendo ambos estados desde el principio de la Guerra Civil. En 1955, España ingresa en las Naciones Unidas, rompiendo el aislamiento internacional e iniciando una política de proyección.

La Autarquía Económica

  • Agricultura: A través del Servicio Nacional del Trigo (SNT), se requisaba el trigo a precio de tasa y se controlaba toda su producción, comercialización y consumo. Surgió el «estraperlo», que llegó a tener más envergadura que el propio mercado oficial.
  • Industria: Se vio favorecida por las ganancias del estraperlo y por el intervencionismo estatal. Se creó el Instituto Nacional de Industria (INI), que facilitó el desarrollo de sectores como la siderurgia y dio lugar a empresas dedicadas al refinado del petróleo, astilleros, aviación, fabricación de camiones y automóviles, y aparatos de radio. El INI desarrolló la mayor parte de su programa cuando los países europeos abandonaban los procedimientos autárquicos e iniciaban la liberalización de sus economías.
  • Comunicaciones: Se dio un paso decisivo con la creación de la RENFE el 24 de enero de 1941, bajo cuyo monopolio quedaron todos los ferrocarriles de ancho normal.

El balance global de la política autárquica no se puede considerar positivo. Impulsó el desarrollo de sectores ya consolidados, creó monopolios dispuestos a favorecerse de las leyes protectoras, permitió el favoritismo y la corrupción, e impidió el desarrollo de una economía sana y competitiva. Al primar la industria sobre la agricultura, las regiones pobres agrícolas perdieron población y vieron aumentar sus diferencias respecto a las ricas, industrializadas.

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