13 Jun
LA POESÍA DE 1939 A FINALES DEL Siglo XX. Tendencias, autores y obras principales.
El final de la guerra supuso en la práctica un año cero de la poesía en España: Unamuno, Machado y García Lorca muertos; Miguel Hernández encarcelado y el exilio de
Alberti, Salinas, Guillén, Cernuda, Juan Ramón Jiménez y
Muchos otros poetas. Así se dio una doble división en la cultura: por un lado, los que se quedaron (que podían dividirse a su
Vez en vencedores y vencidos); por otro, la España Peregrina,
Derrotada y desperdigada por el mundo.
1.- LOS PRIMEROS AÑOS DE POSGUERRA. AÑOS 40.
En esta etapa encontramos a poetas nacidos en torno
A 1910. Se les suele agrupar bajo el rótulo de generación del
36. Se ha hablado también de una “generación escindida”:
Algunos de ellos continuaron su obra en el exilio. Los que
Siguen en España se orientan por diversos caminos que Dámaso Alonso, con fórmulas consagradas, redujo a dos. Una poesía arraigada y una poesía desarraigada.
POESÍA ARRAIGADA.
La poesía arraigada se caracteriza por la utilización
De formas clásicas, que traslucen un deseo de armónía y perfección, y el cultivo de temas tradicionales (el amor, la belleza, el paisaje…), intimistas y religiosos. Se percibe una visión
Ordenada y serena del mundo y de la vida. A tales carácterísticas responde la poesía de un grupo de autores formados en
Torno a la revista Garcilaso, que vuelven su mirada hacia ese
Poeta del Siglo XVI.
Pertenecen a este grupo: Luis Rosales, Leopoldo
Panero, Luis Felipe Vivanco, Dionisio Ridruejo, etc. Algunos de ellos desbordarían más tarde los cauces de ese lirismo
Clásico. El ejemplo máximo fue Luis Rosales, que nos dará en
1949 La casa encendida, conjunto de largos poemas en versículos y de un lenguaje personalísimo; un libro reconocido
Como una de las obras más importantes del lirismo español
Contemporáneo.
POESÍA DESARRAIGADA
La poesía desarraigada quedaría opuesta a la anterior por estas palabras de Dámaso Alonso: “Para otros, el
Mundo nos es un caos y una angustia. Sí, otros estamos muy
Lejos de toda armónía y de toda serenidad”. A esta desazón
Dramática respondíó su libro Hijos de la ira (1944), que preside toda una veta de la creación poética de aquel momento.
También en este caso hay una revista que acoge a los poetas
De esta tendencia: Espadaña, fundada precisamente en 1944,
En León, por Victoriano Crémer y Eugenio de Nora.
Estamos ante una poesía arrebatada, de agrio tono
Trágico; una poesía que se enfrenta con un mundo deshecho y
Caótico, invadido por el sufrimiento y por la angustia. Este
Humanismo dramático, desgarrado, tiene un evidente entronque con la línea existencialista. A esta poesía corresponde
También un estilo muy distinto al de los “garcilasistas”: un
Estilo bronco, directo, más sencillo y menos preocupado por la
Estética.
En esta línea se incluyen aparte de los poetas citados, otros como Ángela Figuera, José Luis Hidalgo, Carlos
Bousoño, etc.; pero destacan especialmente los primeros libros de Gabriel Celaya y Blas de Otero.
2.-LA POESÍA SOCIAL. AÑOS 50.
Hacia 1955 se consolida, como en otros géneros, el
Llamado “Realismo social”. De esa fecha eran dos libros de
Poemas que marcan un hito: Pido la paz y la palabra de Blas
De Otero y Cantos iberos de Gabriel Celaya. En ellos, ambos
Poetas superan su anterior etapa de angustia existencial, para
Situar los problemas humanos en un marco social.
Obras como las citadas muestran un nuevo concepto
De la función de la poesía en el mundo. La poesía debe “tomar partido” ante los problemas del mundo que le rodea. El
Poeta se hace “solidario” de los demás hombres; antepone a
Las metas estéticas los objetivos más inmediatos: “la poesía –
Según Celaya- en un instrumento, entre otros, para transformar
El mundo”.
En cuanto a la temática, hay que destacar la gran
Proporción que alcanza el tema de España, más obsesivo aún
Que en los “noventayochistas” y con un enfoque distinto, más
Político. Dentro de la preocupación general por España y del
Propósito de un “Realismo crítico”, se sitúan temas concretos
Que resultan paralelos a los de la novela y en el teatro de la
Misma tendencia: la injusticia social, la alienación, el mundo
Del trabajo, el anhelo de libertad y de un mundo mejor…
Tales temas, y la intención del poeta, explican las
Notas dominantes en el estilo. Los poetas se dirigen “a la mayoría”: Celaya y Otero, a la cabeza de muchos más, expresan
Su voluntad de llegar al pueblo. Tal pretensión conduce al
Empleo de un lenguaje claro, intencionadamente prosaico
Muchas veces, y a un empleo sistemático del tono coloquial.
Se extrema así el alejamiento de los primores estéticos. En
Conjunto, la preocupación por los contenidos es evidentemente mayor que el interés por los valores formales o estéticos.
LOS POETAS
Cultivan la poesía social muchos de los autores que antes se
Inscribían en la poesía “desarraigada”: Crémer, Nora, Á.
Figuera…, pero destacan especialmente Blas de OTERO y
Gabriel CELAYA.
Gabriel Celaya. En una primera etapa, existencialista, publicó Tranquilamente hablando, libro en el que elabora una poesía directa y cercana al lenguaje de la calle, lo que
Ha constituido siempre una de sus principales carácterísticas.
En los años 50 se convirtió, junto con Blas de Otero, en el
Máximo exponente de la poesía social: Cantos Iberos (1955),
En el que se preocupa por seres anónimos a los que pretende
Ayudar a crear un mundo más justo.
Blas de Otero. En 1950 y 1951 aparecen dos libros
Suyos ya perfectamente maduros: Ángel fieramente humano
Y Redoble de conciencia. Años más tarde los fundiría en un
Solo volumen titulado Ancia (palabra formada por la primera
Sílaba del primer título y la última sílaba del segundo). Los
Poemas de este libro están dominados por la angustia existencial. Blas de Otero está perfectamente integrado en el grupo de
La poesía “desarraigada”.
Un nuevo ciclo se inicia en 1955 con el libro Pido la paz y la palabra. Le sigue En castellano y Que
Trata de España, publicados ambos en París, debido a las
Dificultades que encuentra en España. Con este último título
Recoge en 1964 los tres libros. Los tres componen, así, un
Nuevo conjunto poético de “poesía social”. Esta segunda etapa
Está dominada por la preocupación y el compromiso social y
Político. Blas de Otero rechaza su poesía anterior, cargada de
Angustia personal, para pedir la paz, la justicia, la libertad.
Abandona sus preocupaciones existenciales y se entrega a la
Solidaridad con los que sufren. En cuanto al lenguaje se caracteriza por su sencillez y claridad. El tono es ahora más directo
Y coloquial. No olvidemos que dedica su poesía “a la inmensa
Mayoría”.
3.- DE LA POESÍA SOCIAL A UN NUEVO LIRISMO
(LOS AÑOS 60)
Desde finales de los años cincuenta la poesía española va a experimentar un cambio, tanto en los temas como en la
Forma. Las vivencias personales de los poetas cobran un mayor protagonismo, lo que no impide que haya que leerlos desde la óptica social, aunque ellos ya no consideran su obra
Como arma política.
En esta época se concibe la poesía como un medio
Del que dispone el poeta para conocerse a sí mismo y al mundo que lo rodea. Los rasgos fundamentales de la poética de
Este periodo son los siguientes:
A) Intimismo e individualismo. Los poetas dan gran
Importancia a la introspección y a los sentimientos personales.
B) Tratamiento de temas de la vida cotidiana. En
Sus obras son importantes los recuerdos, vivencias, etc., entre
Los que se encuentran principalmente los referidos a la niñez,
Las amistades, entorno familiar y social…
C) Humanismo. Aunque estos poetas no consideran
Ya la poesía como “un arma cargada de futuro”, sí muestran un
Hondo compromiso con los problemas de su tiempo.
D) Ironía. Emplean la ironía como punto de vista para tratar la realidad que los rodea. Es su modo de acercamiento
A la vida. Ya no creen en los grandes dogmas políticos y sociales de la época anterior.
E) Revalorización del lenguaje poético. Con ellos
Vuelve la dignificación de un lenguaje que se había vuelto
Demasiado prosaico. Muestran un gran interés por la elaboración del poema, el tratamiento de la palabra, la revalorización
De las reglas métricas y retóricas. Defienden la obra bien
Hecha.
LOS POETAS
Son muchos los poetas destacados de esta época: Carlos BARRAL, Jaime GIL DE BIEDMA, José Agustín GOYTISOLO, Ángel GONZÁLEZ, Claudio RODRÍGUEZ, José
Ángel VALENTE, Francisco BRINES…
Jaime Gil de Biedma. Su poesía tiene un tono irónico y subjetivo. Constituye una muestra de cómo el uso de la lengua
Coloquial y sencilla puede llevarse hasta la cima de la creación
Poética, con un tratamiento exquisito y depurado.
Sus temas poéticos giran en torno a la frustración de
Lo que no puede alcanzarse, del amor o del paso del tiempo.
Entre sus obras destaca Las personas del verbo.
Ángel González. Intenta integrar en su obra el contenido
Social y una rigurosa expresión poética, valíéndose en muchas
Ocasiones de un distanciamiento irónico que le permita crear
Una obra bien hecha. Esto se muestra ya en su primera obra,
Áspero mundo, de profundo pesimismo.
Su producción poética va evolucionando desde finales de los sesenta hacia un tratamiento más imaginativo, con
Mayor presencia de lo cotidiano, del amor y del tiempo que le
Ha tocado vivir. En Palabra sobre palabra (1972) recoge su
Producción poética hasta esa fecha.
4.- LA POESÍA EXPERIMENTAL. LOS “NOVÍSIMOS”
En 1970 se publica una antología de amplias repercusiones, titulada Nueve novísimos poetas españoles. En ella el
Crítico J. Mª. Castellet reúne a los siguientes autores:Vázquez
Montalbán, Martínez Sarrión, J. M. Álvarez, Félix de
Azúa, Pedro Gimferrer, V. Molina-Foix, Guillermo Carnero, Ana Mª Moix y Leopoldo María Panero. Todos ellos
Habían nacido ya después de la Guerra Civil, entre 1939 y
1948. Castellet los presenta explícitamente como escritores
Con una decidida voluntad rupturista con toda la literatura
Previa y un talante provocador muy en la línea de los movimientos vanguardistas de entreguerras.
En su formación cultural y en sus temas ocupa un
Lugar importante la cultura de los medios de comunicación de
Masas (radio, televisión, cine, tebeos, música moderna, etc.).
En literatura, conocen y admiran la poesía extranjera y de la
Española sólo salvan a Aleixandre, Cernuda, los postistas… Y a
Algunos poetas hispanoamericanos, como Octavio Paz o César
Vallejo. Son antirrealistas y se vuelcan en una lírica de componentes experimentales relacionados con las vanguardias
(escritura automática, uso del collage) o con el Modernismo
(gusto por lo exótico, por el ritmo del lenguaje, por el léxico
Cultista, etc.) Defienden la autonomía del arte y manifiestan
Una extrema preocupación por el lenguaje. Precisamente, el
Gusto por lo decadente, exquisito o estilizado que estos poetas
Pretenden resaltar enmarcando sus textos en ambientes refinados, escenarios italianos o ciudades como Venecia ha hecho
Que también haya sido usual aludir a ellos de forma un tanto
Peyorativa como los venecianos.
Por ello, y por la audacia de ciertas expresiones,
Puede decirse que nos hallamos ante un nuevo Vanguardismo, paralelo de las corrientes experimentales que vemos en
La novela y en el teatro de aquellos años.
Por último, vamos a exponer brevemente la trayectoria de dos de sus componentes:
Pere Gimferrer. Es quizá el poeta más seguido y respetado
De su generación. Fue el predecesor del grupo. Hasta 1969
Escribíó en castellano, para continuar luego en catalán.
Con Arde el mar (1966) marca las pautas de esta
Corriente, incorporando las carácterísticas de que hemos
Hablado anteriormente. La muerte en Beverly Hills y Extraña
Fruta, obras en las que nace una nueva mitología moderna,
Hecha de cómic y cine americano, cierran su ciclo de poesía
Castellana.
Guillermo Carnero. La poesía de Carnero se caracteriza por
El hermético culturalismo de sus referentes y la metapoesía. Su
Obra, muy compleja, profundiza a lo largo de cada título sobre
Los mismos problemas y fundamentalmente sobre el tema de la
Muerte, del que derivan otros como: -el poema no como forma
De transmisión de la realidad sino como ficción; -la relación
Conflictiva entre la personalidad del autor, el lenguaje y el
Mundo…
Destaquemos sus obras Dibujo de la muerte (1967);
El sueño de Escipión (1971); El azar objetivo (1975).
La estética novísima es la dominante de 1966 hasta
1985. No obstante, tras la muerte de Franco, buscan
Una expresión más personal: se atenúan las actitudes
Provocadoras y culturalistas de los venecianos. Siguen
Presentes, no obstante, algunas líneas como:
– El culturalismo: inspiran sus poemas en el variado
Mundo de la cultura: Antonio Colinas, Luis Alberto de Cuenca, Luis Antonio de Villena…
– La metapoesía: sus poemas reflexionan sobre la
Capacidad comunicativa del lenguaje poético: Jenaro Talens.
– El minimalismo: esta poesía prefiere el poema breve, reducido a lo esencial: Jaime Siles; Sánchez
Robayna.
– El barroquismo: Antonio Carvajal.
5. LA POESÍA EN LOS AÑOS 80 Y 90
En torno a 1980 se produce un cierto declive de la
Estética novísima y una nueva promoción entra en escena. Más
Allá de la pluralidad de tendencias, podemos señalar como
Carácterísticas que definen la poesía de los ochenta las siguientes:
-Recuperación de los poetas de los sesenta, en especial Gil de
Biedma. Los consideran clásicos de la segunda mitad del
Siglo XX.
-Vuelta decidida a la métrica tradicional con el empleo de
Estrofas y versos clásicos.
-Vuelta a la narración y empleo del lenguaje coloquial. Se
Cuentan historias a partir de una anécdota, se introducen
Términos cotidianos.
-Reintroducción del humor, el pastiche o la parodia.
-Gusto por la expresión de lo íntimo y de lo individual.
Y destaquemos la importancia de la poesía escrita por
Mujeres, calificada como de nuevo erotismo. Literatura de
Una nueva mirada, diferente sensibilidad. El erotismo presenta
Puntos de vista hasta ahora inéditos con la reivindicación de
Un sujeto erótico activo y femenino, frente a la mujer como
Objeto de la literatura que nos suministra la tradición. Se cambian los tópicos de la poesía amorosa: invirtiendo su punto de
Vista, y los roles desempeñados por el sexo femenino.
Ana Rossetti (Los devaneos de Erato, de 1980, libro
En el que el amor y el erotismo explícito alcanzan la mayor calidad literaria); Blanca Andreu, Almudena
Guzmán,… Son algunos de los nuevos nombres. Esta corriente continúa en las décadas siguientes.
De todas las tendencias de la poesía de los ochenta hay dos
Que parecen imponerse en la década de los noventa:
A) Poesía del silencio. Con los ejemplos próximos de Siles o
Sánchez Robayna, perdura una poesía minimalista, que reivindica las vanguardias, compuesta de poemas breves en los
Que se elimina la anécdota. Se trata también de una poesía
Reflexiva, filosófica, intelectual. El discurso se interrumpe
Para hacer oír la voz del silencio. Todos buscan el uso de una
Palabra que se quiere esencial y tensa, depurada y concisa, en
La estela de los presupuestos de la «poesía pura».
A esta corriente poética podrían adscribirse diversos
Libros de Amparo Amorós, Julia Castillo, José Carlos Cataño,
Álvaro Valverde…
B) Poesía de la experiencia. Esta corriente dominó el panorama poético durante una década: mitad de los 80 hasta mediada la década de los 90. Propugnan estos poetas una poesía
Realista, que habla de la vida y de la realidad cotidiana de
Carácter urbano, con una expresión coloquial, y que revaloriza
La experiencia, el humor y la emoción. La poesía parecía volver a su condición de relato de una existencia. El poeta busca
Transmitir su emoción al lector y que éste le comprenda: existe
Una vocación clara de comunicación con el lector, por lo que
Se hace uso de un lenguaje poético accesible, coloquial.
En estos poetas, tienen gran importancia modelos de
La tradición mediata e inmediata: Machado, Alberti, los poetas de los sesenta (Gil de Biedma)…
– Luis García Montero, quizá su más claro representante,
Autor de una treintena de poemarios. De estos, destacan El
Jardín extranjero (1983) y Habitaciones separadas, de
1994, que recibíó el Premio Nacional de Poesía.
– Jon Juaristi y sus versos cargados de ironía (Diario de
Un poeta recién cansado).
– Miguel d’Ors (Es cielo y es azul).
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