Estilos Sociales

Comprender los diferentes estilos sociales puede mejorar significativamente nuestras relaciones interpersonales. Aquí te presentamos cuatro estilos principales:

Estilo Analítico

Los analíticos basan sus decisiones en hechos, principios, lógica y la búsqueda de la consistencia. Son planificadores meticulosos que gestionan sistemáticamente sus tareas. Su afán por recopilar información puede hacer que tarden en tomar decisiones, dando la impresión de ser desinteresados o poco entusiastas. Sin embargo, este enfoque les permite analizar todas las posibilidades y evitar decisiones irracionales. Priorizan los principios, los hechos y la lógica por encima de la amistad o la satisfacción personal. No aceptan el cambio sin comprender su objetivo final y prefieren el orden a la incertidumbre. Sus fortalezas radican en el pensamiento sistemático y el análisis.

Estilo Amigable

Los amigables se centran en las emociones y adoptan un punto de vista personal. Buscan motivaciones personales para explicar el comportamiento de los demás. Valoran la felicidad, la calidez, las actividades sociales y las relaciones interpersonales, contribuyendo activamente a ellas. Prefieren la comodidad de lo familiar a los riesgos de lo desconocido y evitan decisiones que los saquen de su zona de confort. En el ámbito profesional, destacan por su capacidad para ser aceptados por todos gracias a su trato informal y sensible. Sus mayores fortalezas son las relaciones personales y el apoyo.

Estilo Energético

Los energéticos tienen claro lo que quieren y no dudan en expresar su opinión, especialmente en asuntos personales, ni en pedir lo que desean. Su lema es «¡Hazlo ahora y hazlo bien!». Viven el presente y se orientan a la acción. Su estilo es rápido, preciso y eficiente. Pueden parecer indiferentes a las emociones o asuntos privados, lo que puede interpretarse como frialdad, rudeza o crítica excesiva. La impuntualidad los impacienta. Buscan influir en las situaciones para adaptarlas a sus preferencias. En el trabajo, son asertivos y parecen tener una autoridad innata. Captan rápidamente el panorama general, pero pueden ser impacientes con quienes no lo hacen. Como especialistas en el control, deberían delegar más y relajar el seguimiento personal de tareas. Sus principales puntos fuertes son la acción independiente y el control.

Estilo Expresivo

Los expresivos se enfocan en sueños futuros, lo que a veces los hace parecer poco realistas, prácticos o responsables. Sin embargo, su entusiasmo es contagioso y estimula a quienes los rodean. Sus ideas se basan más en la intuición que en un proceso intelectual metódico, lo que fomenta su creatividad. Son líderes naturales y se orientan a las personas. Inspiran a otros a alcanzar sus objetivos, pero a veces necesitan escuchar más y mejorar su planificación. Sus puntos fuertes son la intuición y la inspiración.

La Asertividad

La asertividad es una habilidad social que nos permite defender nuestros derechos sin agredir ni ser agredidos. Es la capacidad de expresar nuestra opinión de forma clara y respetuosa.

Al combinar la asertividad con la expresión de nuestros sentimientos, surgen cuatro tipos de personalidades o perfiles:

Conducta Asertiva o Socialmente Hábil

Implica expresar directamente los sentimientos, deseos, derechos legítimos y opiniones sin amenazar, castigar o violar los derechos de los demás.

Conducta Pasiva

Se refiere a la transgresión de los propios derechos al no expresar abiertamente los sentimientos, pensamientos y opiniones, o al hacerlo con disculpas y falta de confianza.

Conducta Agresiva

Defiende los derechos personales y expresa los pensamientos, sentimientos y opiniones de manera inapropiada e impositiva, transgrediendo los derechos de los demás.

Conducta Defensiva

El individuo no expresa sus sentimientos ni opiniones, pero en lugar de aceptar la derrota, muestra una rabia interior que le genera una enorme tensión. Se expresa con indirectas, miradas y malas caras.

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