05 Ene
Un Recorrido Histórico por las Teorías Éticas
Desde el punto de vista histórico:
Éticas Materiales
Éticas materiales: Aquellas que establecen un bien para el hombre, de ahí que también se denominen ética de bienes, ya que el objetivo consiste en establecer el bien o fin que los hombres persiguen, así como el medio para alcanzarlo. Dentro de estas se distinguen 3:
- Ética de fines: Se dedican a determinar la esencia de la naturaleza humana con el fin de descubrir cuál es la meta o el bien propio de esa naturaleza.
- Ética de móviles: Consiste en describir cuáles son los motivos de la acción humana.
- Ética de valores: Consiste en determinar y definir los valores que se consideran preferibles en la actividad humana. Destacan en esta Max Scheler y Nicolai Hartmann.
Éticas Formales o Deontológicas
Éticas formales o deontológicas: Se limitan a establecer la forma que debe tener una norma moral, pero no entran a establecer el contenido de lo que se entiende por el bien o lo bueno.
Ética Deontológica o de Fines
Ética deontológica o de fines: Es aquella que propone un fin o bien común para todos los hombres. Cuando dicho fin se alcanza, se supone que el hombre ha alcanzado la perfección, la cual se equipara a su vez con la felicidad. Estas éticas describen el deber moral como la consecuencia de cumplir con aquellas acciones que al realizarlas nos acercan al bien propuesto. Por este motivo, serán buenas aquellas acciones que contribuyen a nuestra felicidad y malas aquellas que nos alejan de la misma.
Principales Corrientes Éticas Clásicas
El Intelectualismo Moral de Sócrates
El intelectualismo moral de Sócrates: Para Sócrates, los conceptos morales como el bien o la justicia son contenidos de conocimiento que son iguales para todos los hombres y que todo hombre requiere para actuar adecuadamente. La posibilidad de actuar en contra de la moral solo es posible porque uno ignore lo que es el bien. Nadie, conociendo lo que es el bien y la justicia, elige a sabiendas lo contrario.
El Intelectualismo de Platón
El intelectualismo de Platón: Platón mantiene una concepción moral intelectualista que se apoya en una doble influencia. En primer lugar, Platón fue discípulo de Sócrates y, como él, considera que el bien y el resto de los valores morales son un contenido del conocimiento, algo de lo que se puede hacer ciencia. Pero, a diferencia de Sócrates, sitúa estos conceptos morales en un mundo separado y trascendente, un mundo no físico que llama mundo de las ideas, al que accedemos solo a través del intelecto. Por otra parte, Platón recibió la influencia de los pitagóricos. Estos creían en la transmigración de las almas, es decir, que el alma humana se reencarna cuando muere el cuerpo en el que habita. Para Platón, el alma preexiste al cuerpo y habría conocido los conceptos morales en su vida en el mundo de las ideas, pero al ser encarcelada dentro de un cuerpo las habría olvidado.
Las Tres Partes del Alma según Platón
Platón distingue 3 partes en el alma:
- El alma racional (Inteligencia) -> cabeza. Su virtud propia es la sabiduría (frónesis).
- El alma irascible (voluntad/thymos) -> corazón. Estaría relacionada con las pasiones nobles. Su virtud propia estaría en la fuerza (andreia).
- El alma concupiscible (apetito/epithymia) -> estómago. Su virtud propia es sofrosine -> templanza/moderación.
Para hacer entender las relaciones entre las 3 partes del alma y el cuerpo, Platón acude al mito del carro alado, en el que nos describe un carro tirado por 2 caballos, uno negro y otro blanco, y dirigido por un auriga. El caballo negro simboliza al alma concupiscible o apetito, mientras que el blanco simboliza al alma irascible o voluntad. Finalmente, el auriga se correspondería con el alma racional. Platón se pregunta qué ocurriría si el carro fuese tirado por cada una de estas 3 partes. Si tirase de él el caballo negro, confundiríamos el placer con la felicidad. Si tirase el blanco, confundiríamos la fama o la ambición con la felicidad, pero esta solo es posible si el auriga, que es el único que conoce el bien, es el que dirige a los caballos, consiguiendo que estos ejerzan su virtud propia. La armonía entre las 3 partes es la que garantiza la justicia según Platón.
El Eudaimonismo de Aristóteles
El eudaimonismo de Aristóteles: Aristóteles parte de una concepción teleológica según la cual todo lo que existe tiene un fin último característico que tiene que cumplir para alcanzar la perfección. Aristóteles distingue 2 tipos de fines: los fines medios (son aquellas acciones que realizamos con una finalidad distinta a ellas mismas) y los fines últimos (son aquellas acciones que realizamos por ellos sin buscar otra finalidad distinta). Para Aristóteles, el fin último del hombre por el que hacemos todo lo demás es la felicidad. Para que algo sea fin último, según Aristóteles, no debe realizarse de una sola vez, sino continuamente, y ser perseguido por él mismo. Los hombres no se ponen de acuerdo al establecer qué entienden por felicidad. Para algunos estaría en la búsqueda constante del placer. Para otros consistiría en la riqueza y para otros estaría en la fama o la gloria. Para Aristóteles, los 3 se confunden porque el placer y las riquezas son un medio para alcanzar la felicidad, pero no la felicidad misma. Para descubrir qué es la felicidad para el hombre es necesario analizar la naturaleza humana, que consistía en 3 almas o facultades:
Las Tres Almas según Aristóteles
- Alma vegetativa: Todos los seres vivos -> facultades básicas (crecimiento, nutrición, reproducción). Un ser vivo alcanza su fin (felicidad) cuando cumple de manera perfecta las 3 facultades básicas -> cuando permanece en la existencia.
- Alma sensitiva: Compartido con los animales -> facultades sensibles (sentir, desear, movimiento local). Un animal alcanza el fin cuando cumple de manera perfecta con todas estas facultades sensibles -> cuando se mueve hacia lo que le conviene y cuida su descendencia.
- Alma racional: Solo lo poseen los seres humanos -> facultades superiores (entendimiento y voluntad). Un hombre alcanza la felicidad cuando cumple de manera perfecta con estas facultades -> Conocimiento de los primeros principios de la ciencia y vivir en armonía con otros hombres.
Una vez que Aristóteles ha distinguido las 3 almas, concluye que la felicidad del hombre consiste específicamente en las facultades más propias, es decir, en la contemplación y comprensión de los principios generales de todas las ciencias. Pero el hombre no es solo razón y, por ello, tiene que cumplir también con las otras facultades. Y para que ello sea posible, debe guiarse mediante la razón. Para cumplir estas facultades es necesario llevar a cabo las acciones más adecuadas que perfeccionan esa facultad, a las que Aristóteles llama virtud.
La virtud es una disposición o inclinación hacia el bien que resulta del ejercicio continuado de aquella acción más adecuada al fin que se pretende.
Tipos de Virtudes
- Virtudes dianoéticas: Hábito o disposición que tiene como fin el desarrollo del entendimiento.
- Arte/techné: Conocimiento general, pero no necesario, relativo a la fabricación de objetos o de obras de belleza.
- Ciencia (episteme): Conocimiento universal y necesario relativo a los principios que se obtienen mediante razonamientos.
- Inteligencia (nous): Conocimiento universal y necesario de carácter relativo a los primeros principios de la ciencia.
- Tesis: Principios propios de cada ciencia (definiciones y postulados: son aquellos tipos de principios en los que decimos lo que algo es, pero no afirmamos si existen o no/son aquel tipo de principio en el que afirmamos la existencia de algo sin definir lo que es).
- Axiomas: Principios generales de todas las ciencias (principio de identidad, de no contradicción, de tercio excluso).
- Sabiduría (sophia): Conocimiento relativo al ser y la causa de lo que existe. Derivan toda la verdad a partir del análisis de los primeros principios.
- Virtudes éticas: Hábitos relativos al desarrollo o perfeccionamiento de la voluntad. Consiste en que la voluntad se deje dirigir por la razón. En la práctica, consiste en que la razón muestre a la voluntad.
El Hedonismo de Epicuro
El hedonismo de Epicuro: El término hedonismo se asocia a la palabra Hedoné, ya que Epicuro decía que el fin del hombre, su felicidad, estaría en la búsqueda continua de placer. Dos tipos:
- Cinemáticos: Resultan de un movimiento o tensión que al ser finalizado produce placer.
- Catastemáticos: Consiste en el fin de toda acción, de todo dolor. En 2 planos:
- Físico: Apatía: no sentir nada, ningún dolor.
- Psíquico: Ataraxia: imperturbabilidad, serenidad del alma.
Para lograr la ataraxia es necesario desarrollar el conocimiento, mediante el tetrapharmakon, solución contra los cuatro miedos del hombre:
- Miedo a los dioses: Se supera cuando entendemos que los dioses se despreocupan hace mucho de nosotros.
- Miedo al dolor: Se supera cuando comprendemos que hay que temer al dolor cuando este aparece.
- Miedo a la muerte: Vivimos atemorizados por la propia muerte, pero esta se solucionará si entendemos que la muerte es insensibilidad.
La forma práctica para alcanzar la felicidad según Epicuro sería el cálculo de los placeres. Este consiste en un hábito mediante el cual nos acostumbramos a los placeres sencillos y dejamos de lado lo superfluo. De esta manera, al acostumbrarnos a las cosas fáciles de adquirir, no dependemos de la suerte y logramos la plena ataraxia al ser independientes de lo que nos rodea.
El Estoicismo
El estoicismo: Para el estoicismo, todo lo que existe es el logos, principio que a la vez que define lo que existe, explica la razón por la que algo existe. Lo que existe es fruto de dos principios, ambos corpóreos. El primero es pasivo y se refiere a la materia, llamado pasjon, el otro es el principio propio logos, que es un principio activo, del griego noioún. El logos es en lo que todo se reduce, la razón de todas las cosas que, aunque en apariencia son múltiples y diversas, en la realidad se reducen a uno, el logos. Para los estoicos, la realidad se sucede de manera cíclica. Cada cambio de ciclo supone una gran conflagración en la que todo vuelve a suceder como ya ocurrió en un pasado, repitiéndose exactamente de la misma manera. Consideraban así que la realidad es un eterno retorno de lo mismo. Esta concepción del tiempo es la responsable también de su ética. Si consideramos que el logos es el principio que lo rige todo y que lo hace de una manera necesaria, el hombre está determinado por las circunstancias y no es libre para actuar. La felicidad en este sentido consistió en aceptar el destino que el logos ha impuesto. El logos es responsable del resultado final de la realidad y sus acontecimientos, ya que no solo da lugar a la realidad actual de algo, sino también a su potencialidad futura, ya que dio lugar al mundo a través de las razones seminales que explican no solo lo que algo es, sino también lo que sería. Además, concibieron un concepto del tiempo cíclico según el cual, tras una era o gran año, daba inicio una nueva realidad que no era más que la repetición de lo mismo que ya había sido. A esta concepción se le denomina «el eterno retorno de lo mismo». Dado que nuestro destino está determinado por el logos, o bien luchamos contra él, o bien aceptamos esta realidad que nos determina. Solo si hacemos esto alcanzaremos la felicidad, que consiste, por tanto, en aceptar los decretos de la razón, los decretos del logos. La virtud en ese sentido es cumplir con el deber, si no encontraremos que las vidas surgen de las emociones y los deseos, pues estos nublan el criterio de la razón.
Los Cínicos
Los cínicos: Son una escuela de origen socrático que han sido recordados por crear la que se llamó la secta del perro. Según los cínicos, hay que abandonar las reglas y usos sociales porque estos atenazan e impiden la libertad del hombre. Estas reglas son fruto de la hipocresía e impiden la búsqueda de la propia felicidad al someter los propios intereses a los intereses generales. Por su parte, ellos promovían la vuelta a la naturaleza, lo que se llama kata physim, y ponían como ejemplo la vida del perro, que no se somete a la voluntad de nadie para alcanzar su felicidad, de ahí el nombre de esta secta. Entre los cínicos más reconocidos podemos destacar a: Diógenes y Aristipo.
Deja un comentario