14 Ene

Una Nueva Narrativa

Las novelas de 1902 revelan una nueva sensibilidad artística. Estas cuatro novelas representan una ruptura con la narrativa realista, lo cual se manifiesta fundamentalmente en dos aspectos:

  • Irrupción del subjetivismo: ya no satisface la reproducción pura de la realidad, sino que esta quedará fuertemente teñida por la sensibilidad personal.
  • Una clara preocupación artística: afrontan el relato como arte con el propósito de renovar no solo el estilo, sino también las estructuras narrativas y las técnicas de la novela.

Azorín y la Novela

Es conocida la evolución de sus ideas políticas y religiosas, desde su anarquismo juvenil al conservadurismo de su madurez. Su filosofía se centra cada vez más en una obsesión por el tiempo, por la fugacidad de la vida.

Las Novelas

En sus obras se difumina la frontera entre novela y ensayo. El argumento es mínimo y en todo ello aflora su peculiar visión de la vida. Una de sus obras más citadas es La voluntad.

El Estilo

Son bien patentes dos rasgos de la nueva novela: la voluntad artística y el subjetivismo. Destacan sus descripciones por la técnica miniaturista y su inmensa riqueza del vocabulario.

Miguel de Unamuno

Es uno de los más decididos renovadores de la novela a principios de siglo. Subordina argumentos y personajes al mensaje filosófico en sus novelas. Las novedades formales de la obra hicieron decir a ciertos críticos que aquello no era propiamente una novela, por lo tanto, decidió llamar a su siguiente novela «nivola», que fue Niebla.

Destaca también San Manuel Bueno, mártir. La novela gira en torno a las grandes obsesiones unamunianas, que son la inmortalidad y la fe. Pero se plantean ahora con un enfoque nuevo en el que se presenta la alternativa entre una verdad trágica y una felicidad ilusoria. En cuanto a las novedades técnicas de sus novelas, destaca la parquedad descriptiva y la importancia que tienen los diálogos.

Pío Baroja

Fue un hombre de talante solitario y amargado, con más sensibilidad de la necesaria. Esto explica su pesimismo sobre el hombre y el mundo en sus obras. Sin embargo, es también capaz de sentir una inmensa ternura por los seres desvalidos o marginados. Al final, tuvo una gran añoranza de acción. En sus obras se ve el pesimismo existencial y el escepticismo religioso. Para Baroja, el mundo carece de sentido. La vida le resulta absurda y no alberga ninguna confianza en el hombre. Ideas como estas explican el hastío vital de muchos de sus personajes.

El Estilo

  • Espontaneidad narrativa, tendencia antirretórica.
  • Tono agrio y autenticidad conversacional de los diálogos.
  • Preferencias por la frase corta y el párrafo breve.
  • Viveza y amenidad del relato.

Baroja fue un escritor fecundísimo. Sus obras más conocidas son:

  • Tierra vasca
  • La lucha por la vida
  • La raza

La Novela Novecentista

El novecentismo es un movimiento intelectual que surge en torno a la Primera Guerra Mundial, que también es llamada la generación del 14. Es un grupo de autores que comparten una nueva mentalidad intelectual y literaria, que rechaza todas las manifestaciones artísticas del siglo XIX. Se trata de creadores con una sólida formación académica y que muestran un firme compromiso con la realidad española, y que comparten ideales reformistas europeístas. El novecentismo, conectado con las vanguardias europeas, comparte con ellas algunas características:

  • Racionalismo y rigor intelectual, frente al subjetivismo del XIX.
  • Antirromanticismo: se prefiere una actitud más moderna y serena.
  • Defensa de un arte puro, que debe ser un mero juego intelectual. Su único objetivo debe ser proporcionar placer estético.
  • Estilismo intelectual: sus obras se dirigen a una minoría selecta.
  • Se busca la perfección formal a través de un lenguaje pulcro y claro.

Los novelistas de la generación del 14 pueden repartirse en dos grupos:

  • Los que continúan modos narrativos de etapas anteriores.
  • Diversos intentos de renovación, algunos de los cuales enlazarán con las vanguardias.

Entre las primeras tendencias destaca el realismo tradicional de Concha Espina, que es autora de La esfinge maragata. Entre los autores que suponen una renovación de la novela destacaron Miró y Pérez de Ayala.

Wenceslao Fernández Flórez

Fue periodista y académico. Destacable es su obra tardía El bosque animado.

Gabriel Miró

Ofreció un curioso contraste entre su vida gris de funcionario y la intensa vida interior de la que es testimonio su obra. Destaca por su excepcional capacidad de captar sensaciones. En sus novelas, la acción deja de ser el elemento fundamental y pasa a ser soporte para sus espléndidas descripciones. De entre sus primeras novelas, destacan Las cerezas del cementerio.

Ramón Pérez de Ayala

Es un representante de la novela intelectual. Entre 1907 y 1913 publicó varias novelas, trasunto del propio autor. Destaca Trotteras y danzadoras. Su estilo es denso, con una mezcla de ironía y gravedad, así como de palabras populares y cultas.

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