14 Dic

Primeros Años de la Posguerra (1939-1945)

Tras el fin de la Guerra Civil, la oposición al régimen franquista se caracterizó por el exilio, la represión y la clandestinidad. Se distinguen tres tendencias principales:

  • Monárquicos: Partidarios de la restauración de Juan de Borbón, no aceptaban el régimen de Franco como una solución permanente.
  • Republicanos: Organizaron un gobierno en el exilio, primero en México y luego en París desde 1946.
  • Maquis: Guerrilleros organizados por el PCE, cuyo objetivo era crear las condiciones para una intervención extranjera que pusiera fin a la dictadura.

Reactivación de la Oposición (1944-1945)

El desenlace de la Segunda Guerra Mundial reactivó a la oposición. Los monárquicos publicaron el Manifiesto de Lausana en 1945, en el que don Juan se declaraba antifranquista y proponía una «monarquía tradicional». En 1944 se creó el primer organismo de oposición en el interior, la Alianza Nacional de Fuerzas Democráticas, formada por republicanos, socialistas y anarcosindicalistas (CNT). En octubre de 1944, los comunistas prepararon la invasión de las guerrillas por el valle de Arán.

Búsqueda de la Unidad y el Acuerdo de Múnich (1945-1962)

Desde 1945, la tendencia predominante en la oposición fue la búsqueda de un acuerdo entre los diferentes grupos, tanto del interior como del exterior, sobre la forma de realizar la transición. En agosto de 1948 se produjo una primera reunión en San Juan de Luz entre monárquicos y socialistas. Sin embargo, el hito más relevante fue el acuerdo de Múnich en 1962, donde se reunieron por primera vez grupos de la oposición monárquica, liberal y democristiana del interior con socialistas, nacionalistas y republicanos del exilio. Se firmó un documento reclamando la democracia para España, aunque sin una estrategia clara para lograrlo.

Denunciaron la naturaleza antidemocrática del régimen franquista, en un momento en el que se acababa de tramitar el ingreso de España en la Comunidad Económica Europea. Además, estimaron que para la integración de los países en la Comunidad Económica Europea era necesario que tuvieran instituciones democráticas.

Consolidación de la Oposición y Nuevos Actores (1960-1975)

Desde los años 60 se inicia la etapa definitiva de la oposición, aunque con tres grandes problemas:

  1. Existencia de diversos grupos con escasos miembros reunidos en torno a una personalidad política.
  2. El acuerdo sobre la forma de transición no incluyó una estrategia para derrocar a Franco.
  3. No se sumaron las clases medias a estos grupos (despolitización).

Desde 1960, los principales focos de oposición al régimen fueron la protesta de los trabajadores y de los estudiantes. Las huelgas obreras, que habían comenzado en los años 50 (1951, 1956), se intensificaron desde 1960, organizadas por comités de fábrica creados por los obreros. En estos comités se integraron militantes comunistas a través de las Comisiones Obreras («entrismo») y activistas católicos (HOAC, JOC). La UGT y la CNT prácticamente desaparecieron. La protesta estudiantil, iniciada en 1956, fue permanente hasta 1975, con la formación de sindicatos opuestos al oficial, el SEU.

Hegemonía del PCE y Surgimiento de ETA

En la oposición política, la actividad del PCE lo convirtió en la fuerza hegemónica, debido a su política de «reconciliación nacional» (desde 1956), su preparación para la clandestinidad y su lucha dentro del país. En 1959, la juventud del nacionalismo vasco (EKIN, juventudes del PNV) fundó el grupo terrorista ETA, con una ideología que mezclaba socialismo y nacionalismo. ETA inició la estrategia de lucha armada en 1968. Los restantes grupos de la oposición promovieron la formación de organismos unitarios de cara al final de la dictadura: la Asamblea de Cataluña en 1971, la Junta Democrática en 1974 (impulsada por el PCE) y la Plataforma de Convergencia Democrática en 1975 (impulsada por el PSOE).

La Oposición en Navarra

Primera Etapa (1939-1960)

En Navarra, se produjo una tensión inicial entre carlistas y falangistas a pesar de la unificación. A partir de los años 50, hubo una crisis dinástica en el carlismo entre dos pretendientes (Don Javier y Don Juan de Borbón). La oposición constituyó en el exilio el denominado Consejo de Navarra (1945-1953).

Segunda Etapa (1960-1975)

Se recomponen los grupos de oposición. A partir de 1970, las luchas por mejorar las condiciones laborales comenzaron a incorporar reivindicaciones políticas. La ORT (Organización Revolucionaria de Trabajadores), de ideología maoísta, se convirtió en la fuerza mejor organizada de Navarra. También se organizaron partidos de corte liberal, socialdemócrata o democratacristiano, en torno a personalidades como Jesús Aizpún o Jaime Ignacio Del Burgo. Los carlistas dieron un giro notable, definiéndose como socialistas autogestionarios, aunque pervivió un grupo carlista de carácter tradicionalista.

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