30 Mar
1.1. Evolución de las sociedades
En la evolución de las sociedades podemos distinguir dos grandes periodos económicos:
Paleolítico
(800 mil – 8 mil a.C.): tuvieron lugar las últimas cuatro glaciaciones y el proceso de hominización desde los primates al ser humano actual, junto a la evolución de sus técnicas. Eran grupos nómadas que vivían de la caza, pesca, carroñeo y recolección, es decir, una economía depredadora. Habitaban cobijos provisionales y cuevas desde el Paleolítico Medio.
Neolítico
(7 mil – 4 mil a.C.): fue una revolución, ya que se pasó de una economía depredadora a productora, basada en la agricultura y ganadería. Esta economía condujo a la sedentarización, división del trabajo y diferenciación social.
La pintura rupestre: obra del Homo Sapiens. Se inicia en Paleolítico Superior en Cantabria (Altamira). Son pinturas realizadas en el interior de las cuevas, relacionadas con rituales mágicos o religiosos. Se caracteriza por la representación de animales aislados, el naturalismo y la policromía. Durante el Neolítico se desarrolla la pintura levantina (Valltorta, Cogull), con características propias, y su relación con las cántabras. Se encuentra en abrigos rocosos bien iluminados; incluyen la figura humana, con la que forma escenas en sentido narrativo; presenta figuras estilizadas, esquemáticas, y casi monocromas.
1.2. Pueblos prerromanos en la Península Ibérica
En el I milenio a.C. habitaban una serie de pueblos en la Península denominados prerromanos:
Íberos
Costa levantina y Sur peninsular. Su economía era agrícola-ganadera, comercio importante con pueblos colonizadores y moneda propia. Lengua y ritos funerarios. Manifestaciones: Dama de Elche.
Celtas o celtíberos
Situados en el centro y oeste, eran de sustrato indoeuropeo. Conocedores de la metalurgia. Economía agrícola-ganadera (lanar y vacuna).
Tartessos
Zona de Huelva y Valle del Guadalquivir. Máximo desarrollo entre los siglos 9 y 7 a.C. Con avances en agricultura, navegación, trabajo de moldes (tesoro de Carambolo) y escritura propia.
A partir del siglo 9 a.C.: pueblos colonizadores, áreas y aportaciones:
Fenicios
Zona del estrecho con factorías y aportan escritura alfabética, torno alfarero, etc.
Griegos
Desde Ampurias hasta Sagunto. Comerciaron con pueblos del interior (cerámica, aceite) estimulando el desarrollo cultural de los pueblos indígenas (moneda, arte). Nuevos cultivos como el olivo y la vid, uso del arado y la moneda.
Cartaginenses
Entre los siglos 4 y 3 a.C. se instalaron en factorías comerciales fenicias y fundaron otras (Cartago Nova > Cartagena, Elbussus > Ibiza) para controlar rutas comerciales del Sur y Levante peninsular.
1.3. La conquista romana en la Península Ibérica
II Guerra Púnica (se enfrentan Cartago y Roma por el control del Mediterráneo) e inicio de la conquista:
1ª etapa: conquista del Este y el sur peninsular (218-197 a.C.); 2ª etapa: conquista de centro y el oeste peninsular (155-133 a.C.); 3ª etapa: conquista o sometimiento del norte peninsular (29-19 a.C.). La conquista supuso cambios en la administración territorial, en los asentamientos urbanos, en el sistema de producción (economía esclavista y exportadora) y en la sociedad.
Romanización: proceso lento de asimilación de las formas de vida y cultura romana, se basa en el latín. Esto supuso la desaparición de las lenguas prerromanas y fue el sustrato de todas las lenguas románicas. Desde el siglo 1 el cristianismo se difundió por el Imperio Romano e Hispania (sus seguidores fueron perseguidos hasta: Edicto de Milán). En cuanto al arte -heredero de griego-, destacan: templos (Diana en Mérida), teatro (Mérida), anfiteatro (Itálica en Sevilla); obras de ingeniería: vías militares (Tarraco, César Augusta), murallas (Lugo), acueducto (Segovia), puente (Alcántara). En escultura: busto de Catón viejo, villas (Valladolid).
1.4. La llegada de los visigodos a la Península Ibérica
El Imperio Romano es invadido en el siglo 5 por pueblos bárbaros. A España llevan los suevos a Gallaecia, los vándalos a la Bética, y los álamos a la Lusitania y Cartaginense. El Imperio mandará a los visigodos, estableciéndose de reino de Tolosa, aunque su instalación definitiva vino el año 507, dando inicio a reino visigodo de Toledo.
La consolidación de la monarquía visigoda fue obra de varios monarcas. Leovigildo (569) logra la unificación política, contuvo a los francos, replegó a los vascones y expulsó a los suevos. La unificación religiosa yo con Recadero (589) al convertirse al catolicismo, y la unificación jurídica con Recesvinto que promulgó el Fuero Juzgo (654).
La monarquía electiva y dependiente del apoyo de la nobleza e iglesia; gobernaba con dos instituciones: Oficio Palatino (magnates auxiliaban las tareas de gobierno) y el Aula Regia (colaboradores y alta nobleza), asamblea consultiva que asesoraba al rey en asuntos políticos, militares y en la elaboración de leyes.
Por otro lado los Concilios de Toledo, inicialmente eran asambleas eclesiásticas, pero con la conversión de Recadero en el 3 Concilio de Toledo, adquieren una división política; adquiriendo más poder la Iglesia y la monarquía podrá nombrar obispos. Eran convocados y presididos por el rey, y en ellos se tomaban decisiones políticas y religiosas.
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