21 Ene
Transformaciones Históricas de los Géneros Literarios
1. Lírica Tradicional
Los primeros testimonios escritos en castellano de la lírica tradicional, de transmisión oral y ámbito popular, se conservan a finales del siglo XV. En este cancionero popular y tradicional, cuya forma es la del villancico (canción propia de villanos), se manifiestan emociones e ideas de modo finamente estilizado y expresivo. Existe una conflictiva relación entre ambos mundos. Desde 1580, la imitación culta de la lírica popular se practicó profusamente y son muy frecuentes las interferencias y aproximaciones entre la lírica tradicional y la lírica culta, con presencia de temas, motivos y recursos formales compartidos.
Esta antigua lírica popular se caracteriza por una serie de procedimientos expresivos comunes: variedad estilística, imágenes tomadas de la naturaleza cargadas de valor simbólico, tensión, repetición, énfasis, contrastes; es decir, sencillez absoluta. Esta lírica tradicional, cuyo universo es el mismo que el de otras manifestaciones líricas peninsulares como las jarchas o las cantigas de amigo, es sencilla en apariencia. Su carácter simbólico, como el mar, las aguas dulces, el mundo vegetal y el alba, apunta a un concepto vitalista del mundo, a una llamada acuciante al disfrute amoroso.
2. La Poesía Cortesana
En el siglo XII surge en Provenza un tipo de poesía que tendrá gran influencia en toda Europa. Sus creadores son los trovadores y el tema es el amor. La novedad es considerar a la mujer como un ser superior al que el enamorado rinde culto y vasallaje, como a un señor feudal. Este amor se llama amor cortés. Se trata de una transposición de las relaciones sociales al ámbito amoroso: el poeta se declara siervo de la dama (mi señor), cuyas perfecciones son la belleza y la honestidad. Su propósito es alcanzar el galardón (una prenda o un gesto, pero al final la consumación sexual); sin embargo, la honestidad de la dama impide acceder a sus deseos, transformando el sentimiento amoroso en un principio jubiloso y un dolor inevitable.
Esta poesía influirá en la lírica gallega de los siglos XIII y XIV, y en la poesía catalana, en la que llegó a ponerse como lengua poética. Es importante destacar la gran poesía italiana, como la de Petrarca, cuya lírica tendrá asimismo gran influencia en la poesía europea del final de la Edad Media, dando lugar a una corriente literaria: el petrarquismo.
Deudora de estas formas y de esta sensibilidad será la poesía de los cancioneros castellanos y aragoneses del siglo XV. El noble ya no es solo guerrero y político, sino también cortesano, mecenas y cultivador de sí mismo. Algunos manuscritos muy lujosos indican también las diferentes capas sociales a que van destinados, desde reyes a lectores burgueses. Se conservan cerca de 1000 cancioneros, signo de la fertilidad poética de una época en la que la artificiosidad, el lujo y las fiestas impregnan las cortes.
Entre los cancioneros más destacados se encuentran el Cancionero de Baena, el de Estúñiga y el de Palacio. Todos son manuscritos. Hernando del Castillo, quien comenzó a reunir los materiales en 1490, no los publicó hasta el siglo XVI.
Tras la artificiosidad de la poesía se esconden conceptos que rebosan el erotismo y la pasión sexual. Coexiste otro corpus de versos que celebra sin ambages la alegre unión sexual. Intentan utilizar el vocabulario adecuado, recurriendo a la ambigüedad, la sutileza y el ingenio, el gusto por la paradoja y el concepto alambicado, así como a una métrica particular.
Tres poetas líricos cancioneros destacados son el Marqués de Santillana, Juan de Mena y Jorge Manrique.
Marqués de Santillana
Íñigo López de Mendoza, el Marqués de Santillana, fue uno de los aristócratas más poderosos de su tiempo. Es un representante típico de la nobleza influida por el humanismo prerrenacentista. Reunió una rica biblioteca, supo rodearse de sabios y compuso una abundante obra literaria. Destacan poemas alegóricos al estilo de la Divina Comedia de Dante, como el Infierno de los enamorados o la Comedieta de Ponza, así como los Sonetos hechos al itálico modo, intento fallido de adaptar al castellano el endecasílabo italiano, y también poesías de inspiración popular, las serranillas. El Marqués de Santillana fue también una persona muy notable en la política de su tiempo, y su dedicación literaria no puede considerarse aislada de su actividad política como noble que utiliza la palabra escrita para conseguir mayor influencia social y política. Esto explicaría también su elección de la lengua vernácula en un momento en que el castellano es uno de los pilares de la consolidación de un incipiente nacionalismo hispánico.
Juan de Mena y Jorge Manrique
(Desarrollo pendiente)
3. La Prosa del Siglo XV
El desarrollo de la prosa es muy notable en el siglo XV. Se escriben numerosos libros en prosa que tratan temas muy variados. La lengua romance gana complejidad y se va convirtiendo en una lengua de cultura válida para la expresión del saber.
Dentro de la prosa didáctica, se pueden destacar dos figuras representativas de la primera mitad de la centuria: Enrique de Villena y Alfonso Martínez de Toledo.
- Enrique de Villena: espíritu abierto e inquieto, poseedor de una notable biblioteca, que fue quemada en parte a su muerte (censura ideológica), autor de numerosas y muy diversas obras, entre las que destaca Los doce trabajos de Hércules (1417).
- Alfonso Martínez de Toledo: Arcipreste de Talavera, autor de El Corbacho, cuyo subtítulo, Reprobación del amor mundano, indica su carácter didáctico. Destaca en esta obra la espléndida utilización del habla popular de la época, tan distinta de la utilizada en la literatura cortesana. Episodios de corte realista y popular alternan con una retórica alambicada y latinizante.
Tipos de Prosa
- Prosa de ficción: evolución que la aleja de la simplicidad de los exempla medievales. Dos son los géneros que se desarrollan en este siglo: los libros de ficción sentimental y los de caballerías.
- Narraciones sentimentales: anticipan muchos rasgos de lo que se conoce como novela: personajes en conflicto con su entorno, análisis de la intimidad individual, cierta evolución psicológica de los personajes, protagonistas angustiados y desdichados. El análisis de las relaciones amorosas es el centro de atención. Cárcel de Amor de Diego de San Pedro es un libro popularísimo, traducido a diversos idiomas durante el siglo XVI.
- Libros de caballerías: no eran de origen hispánico, pero se hicieron traducciones y adaptaciones desde muy pronto. Los temas relativos a Carlomagno y al rey Arturo son los más comunes, aunque también los hay de la antigüedad clásica y libros con nuevos héroes ficticios. Destacan el Libro del caballero Zifar (hacia 1300) y, a finales del siglo XV, Tirant lo Blanch, en lengua catalana, que influyó en el Quijote de Cervantes. El libro más importante es Amadís de Gaula; circularon diversas versiones ya desde el siglo XIV, pero solo se conoce la publicada en 1508 por Garci Rodríguez de Montalvo.
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