13 Ago

SIGLOS X Y XI. FONÉTICA-FONOLOGÍA. La configuración del sistema gráfico romance

: Reajustes producidos en el sistema vocálico (grafías de los diptongos procedentes de vocales abiertas. Aparición de un nuevo orden consonántico inexistente en latín: el palatal (grafías de las consonantes surgidas por las palatalizaciones latino vulgares). La escisión en dos de la serie de consonantes fricativas como consecuencia de las diferencias de sonoridad. Las grafías de las labiales sonoras. Las grafías de las consonantes intervocálicas procedentes de sordas latinas, etc.

Características de los documentos anteriores al siglo XIII (sistema gráfico prealfonsí)

Según Menéndez Pidal, a causa de la latinización de Cluny, en la segunda mitad del siglo XI y buena parte del siglo XII, los documentos anteriores a 1250 se pueden dividir en tres tipos:

A. Documentos más antiguos, desde los primeros textos hasta 1050-1060 (mediados del siglo XI).
B. Documentos escritos casi completamente en latín, época culta de influjo cluniacense: desde 1050-60 hasta 1150-60 (mediados del siglo XI – mediados siglo XII).
C. Documentos romanceados anteriores a 1250 y posteriores a la época de influjo cluniacense: 1150-60 hasta 1250 (S.XII- med. S.XIII).

Los tipos A y C se diferencian claramente por su romanceamiento respecto de los documentos de tipo B, que pueden estar totalmente en bajo latín cuando el escriba o notario era un hombre culto. Los textos del tipo A y C coinciden en dos rasgos:
1. Abundantes romanicismos.
2. Falta de fijación de las grafías.

Todavía no se ha llegado a la estabilización gráfica de la representación de la fonología medieval con la reforma ortográfica alfonsí. Esta ortografía no se da hasta aproximadamente 1250, si bien hay textos anteriores que ya la siguen prácticamente puesto que el rey no intenta nada sino que se limita a normalizar un uso ya extendido.

Los documentos A, en cuanto a la grafía, presentan en general, más vacilación que los de C. En los documentos de tipo A (antes de 1050):

– Abunda la grafía /K/ para la oclusiva velar sorda, que escaseará después de 1150, porque a causa de la reforma cluniacense se produce un cambio de letra. La visigótica, abundante en /K/, es sustituida por la carolina abundante en /c/.
– Se desconoce la grafía como representación de la africada palatal sorda, aparece para representar a la oclusiva velar sorda /K/. Hasta 1070 aprox, no hay textos en los que ch signifique /C/.

La escritura visigótica anterior a 1050, favorece la lectura z, puesto que la ç estaba formándose como un adorno sobre la z visigótica, con una grafía única hasta la segunda mitad del siglo XII. La z visigótica comenzó a contender con la ç en la segunda mitad del s.XII y la ç no se generaliza hasta la segunda mitad del s.XIII.

Características fonéticas-fonológicas de los siglos IX a XI

: Falta de fijeza. Coinciden en el habla formas que representan diversos estudios de evolución: altarium, autario, auteiro, outeiro, oterio, autero, outero, oteiro, etc.

– Vacilación de las vocales protónicas y postónicas. Unas veces se pronunciaban con el timbre latino: semitarium/semedeiro. En muchas ocasiones desapareciendo semdeiro/semdero, comde, etc.
– Alternancia en el mantenimiento o pérdida de la vocal final. Domina el mantenimiento (honore, salbatore,) pero también se documenta honor, senior, corral, segar e, incluso allend, adelant, que empiezan a ser frecuentes en la segunda mitad del s.XI.
– Alternancia entre las oclusivas sordas y sonoras. En un mismo documento se ven ejemplos contradictorios labratio, campanna / labradio, cabanna.
– Articulación dental de los productos palatlizados procedentes de /Ke, i/ en los primeros siglos de la Reconquista. Desde finales del s. IX se registran ya en el norte de la península abundantes transcripciones, como dizimus, conzedo, zereum, sizera.
– Palatalización de las geminadas latinas -LL-, -NN-, excepto en el dominio gallego y portugués, donde se simplifican en /l/, /n/, En tierras cristianas las grafías indicadoras de la palatalización son del siglo X.

LÉXICO. (SIGLOS XI-XII)

El primer léxico castellano se formó a partir de las palabras heredadas del latín, sometidas a evolución fonética y adaptación morfológica. También se enriqueció con la entrada de léxico árabe y, sobre todo, con la introducción de galicismos y occitanismos, como: ligero, roseñor (después ruiseñor), doncel, doncella, linaje, preste, peaje, hostal, salvaje, etc. Muchos de estos galicismos se han conservado en el español actual, pero otros han desaparecido como: sen «sentido», follia «locura», sage «sabio», «prudente», paraje «nobleza», calonge «canónigo», trabar «encontrar»…

SIGLO XII:

FONÉTICA- FONOLOGÍA

– Caída de las vocales intertónicas con la aparición de grupos consonánticos secundarios que luego se acomodarán: setmana, limde, comde.
– Alternancia de mantenimiento de la vocal final y de su pérdida.
– Fluctuación en el timbre de las vocales átonas: mejor/mijor, menguar/minguar; soltura/sultura, forçudo/furçudo, cobdicia/ cubdicia.
– Apócopes de pronombres átonos íticos: diot, quem, nol, ques. Con resultado de asimilaciones (adobasse «adobarse») y deformaciones: nimbla «nimela» quembla «que me la».

MORFOLOGÍA

– Alternancia entre formas simples y formas reforzadas y entre apocopadas y plenas en los demostrativos: aquest/est, aqueste/este, aques/es, aquesse/esse.
– Alternancia entre formas etimológicas (fuertes) y analógicas (débiles) en los pretéritos y participios: mise/meti, cinxe/ceñi, comune/conocí, escriso/escribió, etc.
– Variación verbal entre formas plenas y formas apocopadas: vale/val, dixe/dix, amasse/amás.
– Los pronombres tanto y tan se emplean sin la partícula correlativa y llegan a ser equivalentes de mucho y muy.
– Alternancia entre cual y el cual.

SINTÁXIS

– Uso del auxiliar ser en la formación de los tiempos compuestos de verbos intransitivos y reflexivos (son idos, es partido).
– En los tiempos compuestos con aver, el participio puede concertar con el C.D si este va delante. Pero también aparece el participio invariable.
– Se usan los participios de presente como restos latinantes y por galicismos: «un sábado esient«.
Modos y tiempos verbales: En el mandato se usa el imperativo y el presente o imperfecto de subjuntivo. Uso del futuro de indicativo en lugar del subjuntivo: «cuando los gallos cantarán«. La acción perfecta se expresaba tanto con el pasado simple «llegaste«, tanto con los compuestos: «sodes llegado«, «avedes llegado«. Lo mismo ocurre con el pluscuamperfecto.
– Domina el orden en el que el regente precede al régimen: V+ CD, aunque también abundan los restos de la construcción inversa CD + V.
– Los elementos de un sintagma presentan intercalaciones entre ellos.
– La colocación del pronombre átono sigue más de una regla: tras pausa o cuando le precedía una conjunción del tipo e, más se posponía al verbo en enclisis. Así ocurre también con aver y ser, que en esas mismas circunstancias se posponen al participio o al atributo.
– En la relación entre las primeras partes de la oración predomina la yuxtaposición. Se suprimen los nexos, pues los recursos gramaticales son sustituidos por la entonación.
– Miembros de la oración subordinada pasan a la principal.
– Las conjunciones tienen usos variados, es decir, ofrecen ejemplos de plurivalencia. El nexo que se utiliza como introductor de completivas, casuales, finales, concesivas.

SIGLO XIII

FONÉTICA- FONOLOGÍA

El vocalismo del castellano de Alfonso X se acerca casi en su totalidad al del español contemporáneo. No sucede lo mismo con las consonantes, ya que el castellano de este periodo tiene un sistema un tanto complejo, resultado de la evolución de las consonantes latinas y que experimentará una fuerte evolución hasta el reajuste fonológico de los siglos de oro.

Características fonéticas-fonológicas del siglo XIII:

– El diptongo /ié/> ELLU se mantiene sin reducir en la lengua literaria (castiello).
– El escritorio alfonsí impuso la apócope de /-stre/ tras líquidas, dentales y alveolares, y la restitución de la vocal final en los demás contextos.
– En las labiales se mantiene la norma toledana de distinción fricativa/ oclusiva sonoras.
– La /b/ oclusiva tendía a la vocalización desde mediados del XIII pero solo se registra esporádicamente en la lengua escrita.
– Se mantiene la F-inicial en la lengua escrita, con la grafía , grafía fonológica y no fonética, pues durante el XIII y el XIX, el fonema /f/ inicial podía actualizarse mediante dos alófonos [f] [h].
– El sistema mantiene las oposiciones de los fonemas sibilantes.

MORFOLOGÍA

– Tendencia a la creación de oposiciones de géneros en sustantivos y adjetivos.
Los posesivos: a mediados del siglo se tendió a una reestructuración del sistema, con formas átonas sin distinción del género (mi, tu, su) y otras tónicas perfectamente diferenciadas de las anteriores, con distinción genérica (mío/a, tuyo/a, suyo/a).
Los demostrativos: Salvo en la 3ª persona que no presentaba forma simple, convivían las simples (este/esse), con las formas reforzadas (aqueste/aquesse).
Los personales: Rasgo característico del castellano alfonsí fue la desaparición de las amalgamas de formas pronominales entre sí o con otros elementos funcionales (verbos, conjunciones).
– Alternancia entre los participios en -udo, de la 2ª conjugación y los en -ido, analógicos con el resto de las conjunciones en -er.
– Disminuyen las alternancias entre las formas fuertes del perfecto, etimológicas y formas del infinitivo anterior. A partir de mediados del XIII, la norma culta consagró una de ellas, generalmente la analógica.
– Predominio de la desinencia [jé] en la 3ª persona de los imperfectos y condicionales de la 2ª y 3ª conj. frente a la de 1ª en [ía] (EBAM) [éa> ía]. Pero la desinencia [jé] arrasó con frecuencia a las demás personas. Durante el XIII alternancia las dos soluciones, aunque con un claro predominio de la forma innovadora.
– La /d/ secundaria intervocálica de las desinencias de plural se conservó durante todo el s.XIII.
– A partir del s.XIII, los futuros y condicionales funcionaban como tales, aparecen en construcciones analíticas reflejan la conservación de cierto valor de perífrasis de obligación. Ello supuso la definitiva gramaticalización de las nuevas formas de futuro romance y su radical diferenciación respecto de las perífrasis de obligación que pasaron a expresarse mediante construcciones formadas por el verbo haber + a de infinitivo: «an a fazer«.

SINTAXIS

– Alternancia de qui y quien, ambos invariables, en función de sujeto con antecedente de persona. También el castellano junto al gallego portugués, conservó el uso del relativo cuyo, en función predicativa o adjetiva.
– Las formas derivadas del plusc. latino [-ora], [-era] conservaba su valor de indicativo.
– La perífrasis de perfecto continúa con alternancia de los auxiliares en función del tipo de verbo.
– El verbo haber conservaba su valor transitivo en alternancia con tener.
– También ser, a parte de su uso como auxiliar y como copulativo, podía alternar con estar en la expresión de valores locativos.
– Junto a la pasiva perifrástica con ser, a veces con estar, aparecían también las construcciones de pasiva refleja con se, que lentamente se irían imponiendo a las primeras.
– No está consolidado el empleo de la preposición a ante CD.
– Continúa el uso de las construcciones partitivas que después serán desechadas por la lengua.
– Siguen vigentes las reglas de colocación del pronombre átono, y el orden admitía posibilidades hoy descartadas.
– En las oraciones que hoy exigen subjuntivo aparece a veces el futuro del indicativo.
– Las oraciones condicionales ofrecen ya las siguientes correspondencias: ejemplos de los que serán después sus esquemas estructurados:
    – Potenciales: «si tuvieres, darás«;
    – Irreales de anterioridad: «si tuvieras dieras«;
    – Irreales de simultaneidad: «si tuvieses darías«.
– Las oraciones consecutivas de identidad están abundantemente presentes.

LÉXICO

– Creación de palabras mediante mecanismos morfológicos, como la prefijación y la sufijación. Alternancia en vez y vegada (la simple y la derivada), anchura y ancheza, siervo y sirviente, cavar, excavar y descavar.
– Alternancia entre la voz patrimonial y el latinismo: signo y señal, íntegro y entero, curso y cosso. O también entre palabras con raíz distinta, como sucede en ira y saña, pelear y bajarar, moderno y leño, aver y riqueza.
Recursos para la creación de palabras: sufijos –miento. Onça para los nombres abstractos, y también –ura, -dat o –eza para los de cualidad; –dor para los agentes, a partir de las formas simples ya existentes en la lengua.
Préstamos: de otras lenguas romances. Provenzal y francés (batalla, solaz, ligero, manjar) también latinismos y helenismos, como teatro, dictador, cónsul, tirano, septentrional, meridional, etc. Arabismos que se incoporan en esta época: zenit, marfil.

SIGLO XIV

FONÉTICA-FONOLOGÍA

– Persisten algunos ejemplos de las fusiones de las vocales por efecto de la fonética sintáctica: antel rey, paral infierno, della, dello, desta, etc.
– Alternan todavía veer y ver, seer y ser.
– Continúa la variación que se mantiene a lo largo de la época medieval (entre vocales átonas: títolo y título, sofrir y sufrir, sobir y subir, logar y lugar, complir y cumplir.
– Entre t y d finales de palabra: verdad y vertat, edad y edat.
– Se reduce sustancialmente la apócope extrema de la /-e/.
– En la conjugación, después de la segunda mitad del siglo XIV. La regularidad morfológica reaparece

la reposición de la /-e/: pide, pude, vine
– Se van imponiendo progresivamente la forma plena de los pronombres personales, sobre todo, de 1ª y 2ª (me, te), mientras que se, le contienden con s y r hasta el siglo XV.
– El sufijo –iello va perdiendo intensidad a favor de –illo, que se generaliza ya en la época.
– Se prolonga también, aunque con menor éxito el paso de f-> h-, que aparece ya en documentos oficiales, pero en la literatura, sigue predominando F-.
– Continúan las distinciones entre b/v y entre las sibilantes, pero en el norte aparecen abundantes confusiones.

MORFOLOGÍA

– Prosigue la formación de femeninos: clienta, priora, superiora.
– En el plural se fijan reyes, leyes (aunque reis, leis, aún a finales del XV).
– Sigue la alternancia entre /: “en el su poder”, “et con la su voluntad”, “las mis canas”, “el tu pecado”.
– El sistema de posesivos se configura definitivamente en el siglo XIV: mi(s), tu(s), su(s), únicas formas usadas en posición proclítica. Las formas sustantivas: mío/mía, tuyo /tuya, suyo /suya se afianzan en las posiciones que habían empezado a ocupar en el siglo XIII como predicados, con artículo (es mío, lo mío), tras preposición: «de suyo«, y tras sustantivo: «el pensamiento mío«, construcción que sustituye al artículo más posesivo antepuestos mantenida aún con valor retórico y reverencial.
– Es muy frecuente el uso pleonástico del pronombre: «al omne mas le dio» (Sem Tob), «plogol mucho al omne bueno» (Juan Manuel).
– Muy corriente sigue siendo la sustantivación del infinitivo, con o sin artículo: “el caer del roçio”; “el mucho dubdar”.
– El relativo qui deja paso a que, quien.
– Aumentan los ejemplos, antes raros de nos-otros, vos-otros, junto a nos, vos.
– Los imperfectos y condicionales sabiés, tenié, frecuentes aún en Hita, son reemplazados en la mayoría de los escritos por los terminados en -ía. La desaparición de la forma –íe no fue completa y en épocas posteriores surgen casos sueltos en la lengua escrita.
– Comienza a omitirse la /-d-/ en la desinencia verbal –des de las formas llanas: andarés, eyrés en el LBA; enfiés, entendés junto a avedes, olvidedes, en el Libro de miseria de omne.
– La forma verbal –ra aparece con valor etimológico de pluscuamperfecto de indicativo en Don Juan Manuel.
– Los participios de pasado en –udo, propios de la conjugación en –er van desapareciendo.

SINTAXIS:

– El régimen aparece frecuentemente antepuesto al verbo: “al dean pesó mucho” (Don Juan Manuel).
– Durante el XIV, haber y tener van compenetrando sus usos: haber va tomando progresivamente significados durativos ‘conservar, guardar’, uso que parecía reservado a tener durante el siglo XIII. Tener va tomando la acepción de ‘procurar’, ‘obtener’, es decir, valor incoativo.
– La preposición pora se sustituye por para.
– Para expresar la concesión, maguer se va quedando anticuada y sobre todo se utiliza comoquier que, tanto con subjuntivo como con indicativo.
– Entrada de numerosos cultismos: cabtela ‘cautela’, magnánimo, presunción, asimilar, mutación, negligent, occorrir, olligarchía, ornado, pollítico, preiudicio, próspero, reputar, solicitar, voluntario, ypocresía…
– Frecuentes deturpaciones: astralabio, dino, entinción, solepnidad.
– También ultracorrecciones: soplenidades, divigno, abtupno.
– Dobletes cultos que reemplazan las formas vernáculas del XIII, como en aorar- adorar, antigo-antiguo, emer-gemir, esleer-elegir, batear-bautizar.
– También se extienden los prefijos más comunes y se producen cambios, como acender-encender, ascuchar-escuchar, estroir-destroir.
– Sustitución de arabismos por palabras de origen latino, como veterinario por albéitar, físico por alfaquim, sastre por alfayate, barato por rafez o leproso por gafo.
– Préstamos de otras lenguas románicas.
    – Occitanismos: antorcha ‘hacha’, avestruz, baldosa, brete ‘trampa para coger pájaros’, burdel, empachar ‘impedir’, flauta, lisonjar, parlar, trufa ‘patraña, burla’.
    – Galicismos: arnés, broquel, flecha, brocha, malla, estandarte, corcel, haca, jaca, tratar, aliar, blandir, bachiller, paje, carola, chanzoneta, jaula, fontaina, jamba, jarrete ‘corvejón’, fealdat, sage, coraje ‘ira’, cobardía, percha.

SILGO XV. FONÉTICA

GRAFÍAS

A partir del XV comienzan a aparecer obras sobre la ortografía del castellano en las cuales se dan normas sobre el uso de las grafías y se describen las pronunciaciones de las que pretenden ser reflejo: Arte de trovar de Enrique de Villena (1433); la Gramática de la lengua castellana (1492) y las Reglas de Ortografía (1517) de Nebrija Además, la imprenta supuso la necesidad de fijación de una cierta norma gráfica. Sin embargo, ninguna de las propuestas consiguió una aceptación general, por lo que se ha hablado de una época de caos ortográfico o de período anárquico previo a la ordenación académica que le sucederá a partir del XVIII.

LAS IDEAS DE NEBRIJA

Cuando Nebrija se refiere a las grafías del castellano distingue entre oficios propios y los prestados o ajenos, que son los nuevos valores que adquieren las grafías latinas. Por ejemplo para /k/ es propio y para /?/ prestados o ajeno. Desde los primeros tratados se encuentran testimonios de confusiones entre las pronunciaciones correspondientes a la /b/ y a la /v/. Nebrija en su ortografía indica que algunos de los nuestros apenas podían ya distinguirlas. Los testimonios de esta confusión se repiten a lo largo de los siglos, en general para condenarla y recomendar a los maestros la enseñanza de una distinción que en la mayor parte de los casos señala para la una articulación labiodental o bilabial fricativa. Las confusiones aparecen también al referirse a , <ç> y . Se suele representar la pronunciación representada por como más blanda, amorosa, suave, floja o dulce, lo que se ha relacionado con una descripción impresionista

de la menor tensión articulatoria del fonema sonoro. Existen también alusiones a la confusión entre y : Villalón (1558) indica que poca differença haze dezir jarro o xarro, jornada o xornada …Verdad es que algo mas aspera se pronunçia la x que la j consonante. Los testimonios continúan en el XVI y XVII: Alemán o Correas señalan una total confusión y proponen una sola grafía en lugar de , y . Alemán propone la . Correas se decanta por la . Con el uso de la se plantea el problema de una grafía sin correlato fónico claro. Se intenta mantenerla en las voces con F- latina. También se con carácter diacrítico para marcar el carácter vocálico de /u/ cuando le sigue una vocal sobre todo en posición inicial (hueso, huésped). Por razones etimológicas se mantiene la en las voces que la tenían en latín (hombre, humilde)

VARIACIONES FONÉTICAS

En el vocalismo no existen modificaciones respecto de los procesos iniciados en siglos anteriores:

– Alteración en el timbre de las vocales inacentuadas: sofrir, vevir, robi („rubí)?, vacilación que llegará hasta más tarde (siglo XVII).
– Reducción de –iello > –illo.
– Reducción de -ié ante -s agrupada.
– Reducción de > e en contacto con labial.
– Apócope de los pronombres enclíticos -hasta fines del siglo XV: sil, nol.
– La F-, preferida por la norma literaria, luchaba con la aspiración dominante en el habla. La aspiración se documenta en Nebrija y en la edición de Sevilla (1501) de la Celestina.
– Vacilación entre dubda y duda; omne y hombre, judgar y juzgar.
– Algunas consonantes implosivas vocalizan: capitale > caudal; debita > deuda.
– Tras vocal velar hubo asimilación: cubitu > cobdo > codo.
– En la norma de Castilla la Vieja, se da indistinción de /b/ y /â/ y de sibilantes sordos y sonoros, a favor de los primeros. Se encuentran numerosos trueques de sibilantes: /s/ y /?/: xierra, ximio, xastre, xerga, moxca, coxquillas; /z/ y /?/: ve- vigitar, registrar, religion; de /z/ y /s/: quizo, prizión, pezar.
– En el Reino de Sevilla, empieza a reflejarse en el siglo XV un proceso de confluencia de apicales y dorsodentales dando lugar al ceceo-zezeo: dies, diesmo, Roblez, fijoz; alguasyl, gosarnos.
– Neutralización de -t y -d. Alternaban indiferentemente las grafías -t y -d.

MORFOLOGÍA:

– El dativo ge > se (la generalización de este cambio se produce en el siglo XVI).
– En los pronombres indefinidos hay dos novedades: alguién y nadie. Por otra parte, los pronombres nadi, nada y el adverbio jamás adquieren ya valor negativo propio, por lo que pueden ser utilizados antepuestos al verbo.
– Desde 1475 disminuye la anteposición del artículo al posesivo adjetivo.
– Progresiva decadencia de las formas aqueste, aquese, ausentes en los documentos de las últimas décadas.
– Incremento del superlativo en –ísimo, en el campo del neologismo léxico.
Vos desaparece como tratamiento respetuoso y deja paso a nuevas construcciones que tienen un esquema común: el posesivo vuestro, vuestra seguido de un sustantivo abstracto de dignidad concertando en tercera persona con el verbo.
– Se produce la instalación definitiva de los pronombres tónicos nosotros, vosotros, nacidos un siglo antes.
– En este siglo se inicia la desaparición de los adverbios anafóricos (pronominales) y, ende. El adverbio negativo non se ve desplazado por no.
– La copulativa e adopta la forma y.
– Decae el uso de la preposición so.
– El polimorfismo de los siglos anteriores aparece ya liquidado aunque se puedan encontrar formas verbales como andude, prise, conquiso, fuxo, seyendo, veyendo.
– Predomina en el imperfecto y condicional la desinencia ía. Hay restos escasos en la lengua escrita de -ie.
– Cambio de -SK- > -zk- en los verbos en –ecer ante vocal no palatal, proceso consumado a fines del siglo XIV: parezco, conozco. También se extendió a verbos no incoativos: luzco, plazco.
– Desaparece el participio en –udo, sólo mantenido por inercia en tener.
– La desinencia de 2ª persona de plural en las formas llanas ha perdido la /-d-/: –áis, -éis, -ís. La terminación –des es ya un arcaísmo. En las formas esdrújulas siguió – des: amássedes, amaríades, amáredes (contraído en amardes, con frecuencia).
– En la formación de los tiempos compuestos de verbos intransitivos y reflexivos el auxiliar ser va cediendo terreno a haber (utilizado también en la lengua medieval), por lo que va siendo corriente el participio invariable en los tiempos compuestos del verbo.
– En las perífrasis con valor >pasivo=, estar + participio se consolida para indicar un estado resultante de acción anterior: está desocupada la casa (Celestina), por lo que es + p.p. se hace cada vez más presente pasivo.
– Empiezan a aparecer las perífrasis pasivas con tiempo compuesto: aver seydo coronado (Mena, Coronación), o quan burlado as sido de tus sirvientes (Celestina).
– En las perífrasis de infinitivo se va generalizando el nexo a entre los dos elementos.

SINTAXIS

– El uso de a como introductor del AC de persona se generaliza en el siglo XV (aunque, como se demuestra en la Celestina, todavía era potestativo).
– Incremento de construcciones absolutas con gerundio y participio (por influjo latinizante).
– El infinitivo se desarrolla en estructuras completivas imitando las construcciones latinas de acusativo + infinitivo: testi fican las coplas seguientes auer seydo coronado el prudentisimo (Mena, Coronación).
– Desaparece casi totalmente la construcción partitiva, dependiente directamente del verbo. Escasean en la Celestina aunque abundan en la lengua del Corbacho: en tanto que pierde el cuerpo de sus fuerças.
– En el XV se inicia el paso de la construcción pasivo-refleja a la impersonal mediante la extensión de la preposición a ante el SN en las estructuras con se.
– La forma –ra comienza a hacerse equiparable con la forma –se, además de conservar sus valores de pasado de indicativo y de pluscuamperfecto de subjuntivo (si tuviera … diera, en esta época es el único esquema para expresar el valor irreal en el pasado), y puede alternar en un mismo período distintos distintos matices temporales: Si por nosotros no fuera (hubiera sido), ya anduviera (ahora) su alma buscando piedad (Celestina).
– El paradigma de los nexos conjuntivos sufre una amplia reestructuración. Se amplían las funciones de los que quedan y se crean otros nuevos:
    a) Desaparece ca, elemento ilativo, de vaga significación, básicamente causal
    b) Continúa en decadencia mas
    c) Maguer entra en decadencia en el siglo XIV y su sustituto, comoquier que, también decrece. Aunque, nacida para la concesión irreal con subjuntivo, amplía sus funciones y se usa para la concesión real en indicativo y para la relación simplemente adversativa.
    d) Se crean otros nexos construidos según nuevos esquemas: con participio de pasado: puesto que, dado que, visto que, o de presente: no embargante que, no obstante que, etc.
– La influencia de la sintaxis latina se refleja en la construcción de la frase romance de los escritores del XV:
    a) Es muy frecuente el recurso aly frecuente el recurso al hipérbaton en sus distintos tipos, desde la mera inversión y anástrofe a la transposición sintáctica entre elementos de la oración: el término regido se antepone al regente; el objeto se antepone por la influencia latina de colocar el verbo al final de la frase. También es notable la anteposición del adjetivo al nombre. b) Otro ejemplos de sintaxis latinizante es el empleo cada vez más frecuente en el siglo XV de como más imperfecto de subjuntivo (imitación del CUM histórico temporal-causal latino) en las oraciones causales reales: E comode algunas compilaciones nuevas … uos pluguiessen (A. de Cartagena); Como yo fuesse mortal (Celestina); e como el afamado viandante …continuase…(Juan Rodríguez del Padrón) c) Calcos de estructuras latinas son algunas construcciones de infinitivo, gerundio y participio: Construcciones de infinitivo no concertadas: rogándole venir por muchas veces(Rodríguez de Padrón). Infinitivos complementarios sin preposición con los más diversos valores semánticos non cesan ofender (Rodríguez de Padrón).

Las construcciones absolutas de gerundio: declinante zodiaco a la parte haustral, conburo pasando el punto de libra  Las construcciones de participio absoluto: complida la fabla. También son abundantes las construcciones absolutas con participios de presente: hilo de oro parescientes. d) El latinismo se manifiesta también en la utilización de una serie de procedimientos y usos retóricos: amplificaciones de un concepto por medio de una sucesión más o menos larga de términos casi sinónimos; paralelismo entre dos o más cláusulas o frases de una misma oración; oraciones largas y complejas. LÉXICO  Ejemplos de latinismos que pasaron a la lengua hablada y han llegado hasta hoy: Abominable, accesible, acción, admirable, adolescente, ambición, ampliar, angustia, atención, bélico, benevolencia, cándido, cauto, claussura, colegio, comunicar, conducir, consultar, débil, decente, definición, disputa, doctrina, doméstico, efecto, elegancia, explicar, fábrica, familia, fértil, grato, hostil, incendio, industria, inocencia, invención, lectura, lector, lícito, límite, línea, materia, moral, nocturno, océano, ocioso, paciente, patrimonio, poético, producto, refugio, relación, rumor, secretario, sesión, sexo, tema, terrible, terror, tragedia, universal, universo, virilidad, visible, visión….  Neologismos que entraron y se olvidaron pronto: ultriz vengadora, sciente sabio, fruir gozar, punir castigar, etc. Galicismos: dama, con la consiguiente desaparición de dueña, paje, galán, gala, corcel, visaje rostro. Italianismos: En época un poco anterior habían también entrado italianismos, en lo referente a la navegación: galea, avería, corsario. Ahora también entrarán en gran número, como en tramontana, bonanza, piloto, atacar, escaramuza, embaxada, lonja, florín, belleza, soneto, novelar…  Creación de palabras mediante sufijos cultos, que compiten con los patrimoniales: destrucción / destroimiento, longitud / longueza, abundancia / abondança, exaltación / exaltamiento… Por vía latina entró también el sufijo –eo formador de adjetivos y siempre vinculado a la forma culta: férreo; también –ico para nombres geográficos: líbico (relativo a la Libia antigua); –ista: romançista.

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