11 Dic

Origen y Desarrollo de la Lengua Española

1. Introducción

Hablar del origen de la lengua española no es fácil por no disponer de datos suficientes. Ni siquiera sabemos el origen real del primitivo castellano; solo tenemos la fecha aproximada de los primeros escritos: las Glosas Emilianenses y las Silenses. Lo único cierto es que un latín vasconizado (denominado así por Alarcos Llorach), y ubicado en Cantabria y La Rioja, se convertiría en una fuerte lengua romance. La cercanía del reino asturleonés, denominado Castilla, y su desarrollo hizo que este romance recibiera el nombre de castellano, que hoy ofrece su grandeza al mundo.

2. Lenguas Prerromanas

Denominamos lenguas primitivas a las lenguas anteriores al latín que los romanos imponen al ocupar la Península en el año 218 a.C. con el desembarco en Ampurias.

En la Península, antes de la llegada de los romanos, no se hablaba una sola lengua, sino varias. Durante un tiempo convivieron con el latín en una situación de bilingüismo hasta desaparecer lentamente. Este fenómeno se produjo desde el siglo II a.C hasta bien entrada la Edad Media. La evolución de las lenguas no podía ser la misma en una zona romanizada como Andalucía y Levante que en el Norte y Noroeste, romanizados más tarde.

  • Al Norte se hablan lenguas preeuskéricas.
  • Al Sur se desarrolla la cultura de los tartesios.
  • En el Levante se asentaban los iberos.
  • En el Centro y en el Noroeste: los ligures, los celtas, los celtíberos.

3. La Romanización. La Lengua Latina

Una vez terminada la conquista, toda Hispania va a recibir la organización administrativa y la cultura a través de la lengua latina. El proceso fue lento: organización administrativa, religión, obras (acueductos, calzadas, puentes).

Todo un conjunto de soldados, comerciantes y colonos romanos se fueron extendiendo como una mancha de aceite, hablando latín vulgar. La lengua, al principio, queda mezclada con la propia de los indígenas. Poco a poco la lengua propia quedó reducida al ámbito privado, mientras que el latín se impuso.

4. El Latín en la España Visigótica. Los Pueblos Germánicos

Tribus germánicas comienzan la invasión de la Península en el año 409. Vándalos, suevos y alanos luchan contra romanos e hispanos, pero serán sometidos por otro pueblo germánico, los visigodos. La población hispanorromana no ofreció resistencia a la ocupación. Los visigodos crean un reino que abarcará toda la Península; la capital, Toledo, es la primera vez que se sitúa en el centro del territorio hispánico.

Las principales huellas de estas invasiones se denominan germanismos: vida militar (werra > guerra), vestido (falda > falda), música (harpa> arpa), nombres de personas: Álvaro (de all ´todo´ y wars ´prevenido´).

5. Influencias del Árabe

En la península quedaron zonas, aunque conquistadas, no dominadas: la Cordillera Cantábrica y zonas altas de los Pirineos. Desde la Cordillera Cantábrica se inició la Reconquista hacia el Sur que iba a durar 8 siglos.

La lengua árabe es la que más arabismos ha aportado a nuestras lenguas: vocablos técnicos (alcohol, álgebra, algoritmo), las cifras (1, 5, 10…), topónimos: (Alcalá, Guadalquivir…), agricultura (arroz).

Por último, cabe destacar la influencia de la lengua árabe en el latín vulgar y la aparición del mozárabe del que surgirán las jarchas.

6. Los Romances Hispánicos (S.VIII-XIV). Origen y Desarrollo del Castellano

El dominio musulmán no había logrado imponerse en las zonas cantábrica y pirenaica, origen de los estados cristianos de la resistencia que va a dar lugar a la Reconquista. En el siglo X, para facilitar la reconquista, los monarcas asturianos crean el reino de León. Durante este siglo, afirma su independencia el condado de Castilla. Sus habitantes constituyen fortificaciones o castillos. De aquí procedería el nombre de Castilla.

El castellano se expandirá hacia el sur, pero también por los reinos cristianos, castellanizando estos territorios y convirtiendo lenguas históricas en dialectos.

Durante los siglos XI, XII y XIII, coincidiendo con el declive político de Al-Andalus, los reinos cristianos extienden hacia el Sur el terreno conquistado a los musulmanes, quedando reducidos éstos al reino de Granada.

7. Siglo XII. Desarrollo del Castellano

El castellano primitivo es un islote. Adoptó las innovaciones que venían del leonés y el vasco, añadiendo características propias. Se convirtió en un dialecto original e independiente con modos que no se daban en el resto:

  • La f inicial latina en h aspirada (hijo por fiyo)
  • Cambiaba -illo por -iello: castillo por castiello
  • Emplea un sistema vocálico de 5 vocales
  • Los grupos pl, cl y fl evolucionaron a ll
  • Las consonantes g y j pasan a h (gelare > helare)
  • Las vocales latinas e y o breves tónicas pasaron a ser diptongos (vente > viento)

En este siglo se creó el Cantar del Mio Cid.

8. Siglo XIII y XIV. Literatura en Castellano

  • Los Milagros de Nuestra Señora

En la corte de Alfonso X el Sabio se crea la prosa castellana realizada en la Escuela de Traductores de Toledo, que había fundado el obispo don Raimundo.

  • El Conde Lucanor
  • Libro de Buen Amor

9. Siglos de Oro XV al XVII. Normalización y Expansión del Castellano

Tres hechos históricos, significativos para la lengua, caracterizan el reinado de los Reyes Católicos: la conquista del último reino árabe de Granada, el descubrimiento de América y la expulsión de los judíos.

Esto incrementó la expansión del español fuera de las fronteras: unos 170.000 judíos salen de España hacia África y Europa hablando la lengua romance, que pasará a denominarse judeoespañol o sefardí.

Se convierte en lengua oficial que el Estado utilizará en las leyes, en la Administración y en las relaciones exteriores.

Podemos encontrar un leve retroceso del Renacimiento, ya que consideraba a las lenguas romances de inferior categoría y se propone hacer un castellano a semejanza del latín. Dentro de esta tendencia se encuentran Juan de Mena y el Marqués de Santillana. Pero no todos cometían tales exageraciones; Jorge Manrique presenta un descenso en la tendencia latinizante.

Paralelamente a esta tendencia, la lengua romance continúa su marcha en el habla coloquial. Los poemas del Romancero recogen el lenguaje a niveles de gran perfección.

La Celestina recogerá los elementos cultos y populares.

En la época de los Reyes Católicos no decae el gusto por la cultura grecolatina. La propia reina y los nobles estudian latín. En 1492, Antonio de Nebrija publica su Gramática Castellana.

En esta época el castellano ha perdido sus rasgos medievales, siendo el habla toledana el modelo de buena dicción. Las características fonéticas son:

  • Predominio de la d en lugar de la f final de palabra.
  • Cambian formas verbales: amades por amáis, sodes por sois.
  • Vacilación en las vocales.
  • Distinción de b/v.

En el siglo XVI tiene lugar el reajuste del sistema consonántico que configura el sistema fonológico que hoy conocemos y establece las diferencias de las dos grandes zonas dialectales del español. En el sur el proceso se llevará a cabo de forma diferente con rasgos como seseo o ceceo.

10. Del Siglo XVIII al XX. El Castellano Moderno

En el siglo XVIII concluye la labor de normativización del castellano con la regularización ortográfica y la elaboración del diccionario y la gramática, hecha por la RAE.

  • Se simplifican grupos consonánticos, como ch, ph y th: teatro, en lugar de theatro.
  • Se suprimen las grafías x y ss.
  • Desaparece la grafía ç.
  • Se regulariza el uso de y para el sonido consonántico.
  • Se conserva la h muda.
  • Permanecen las coincidencias fonéticas entre b/v, c/z, j/g.

La influencia del pensamiento ilustrado proveniente de Francia favoreció la entrada de galicismos (detalle, interesante, hotel, pantalón).

Las variaciones lingüísticas del XIX y el XX son de tipo léxico por la incorporación de neologismos a través de diferentes mecanismos: préstamos y mecanismos de formación (derivación, composición y acronimia).

Una única pega para terminar el tema: la preocupación por la incorporación de voces de otros idiomas que pueden empobrecer el castellano (chatear por hablar), y ahí entramos nosotros, quijotes defensores de nuestro idioma frente a esas aspas de molino empeñadas en imponernos su caos lingüístico.

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