09 Dic
Origen y evolución del español
Introducción
El castellano o español deriva del latín, al igual que el portugués, gallego, catalán, francés, occitano, italiano y rumano, que son conocidas como lenguas romances o neolatinas. El latín, tras siglos de evolución fonética, morfosintáctica y léxica, se acaba perdiendo y considerándose una lengua muerta, mientras que el castellano no ha parado de evolucionar a día de hoy.
Origen
Lenguas prerromanas en la península: la influencia del sustrato
Antes de su romanización, la península estaba habitada por pueblos con sus propias costumbres y lenguas. Las lenguas más extendidas eran las célticas, las íberas y el vasco. Alrededor del siglo II se produjo la romanización y la latinización de la península, hubo un largo periodo de convivencia entre el latín y las lenguas prerromanas. Con el paso del tiempo, el latín fue imponiéndose al resto de las lenguas, que fueron desapareciendo, excepto el vasco. A pesar de su desaparición, las lenguas prerromanas dejan lo que se conoce como sustrato prerromano.
La latinización de la península ibérica
En el 218 a.C. comienza la romanización de la península ibérica. Se produce una transformación técnica agrícola, hábitos sociales, organización jurídica y militar, sistema de monedas, ritos religiosos, y también la latinización, se propaga un latín vulgar.
La influencia del superestrato: las lenguas germánicas
A partir del siglo V d.C. se produce la disgregación lingüística de la Romania como consecuencia de las invasiones bárbaras. En cada zona en la que se mantuvieron, el latín evoluciona de forma diferente, provocando lo que se conoce como superestrato. En consecuencia, se van a ir forjando distintas modalidades lingüísticas del latín. En la península ibérica se establecieron principalmente los visigodos, que se convirtieron al cristianismo y además adoptaron el latín. Sin embargo, por influencia del superestrato, también pasaron palabras de origen germánico al latín hablado en la península.
La influencia árabe
Desde el año 711 hasta 1492 se produce la convivencia entre las distintas variedades transformadas del latín que ya se hablaba en la península y la lengua árabe. Tras siglos, dejaron unas 4000 palabras de origen árabe en el castellano. Se caracterizan por el artículo al- (algodón).
Desarrollo
El latín peninsular se transforma poco a poco durante los siglos medievales. Las terminaciones se pierden, un sistema de 10 vocales pasa a uno de 5, las consonantes se transforman en posición inicial o intervocálica, el grupo de palabras más representativas son las palabras patrimoniales más desgastadas, y los cultismos, menos desgastadas. En esta evolución del castellano podemos distinguir varias fases:
El castellano medieval (hasta el siglo XV)
Situación lingüística de la península hacia el siglo X: los romances peninsulares
Las distintas variedades del latín se van convirtiendo en dialectos, como el gallego, portugués, catalán, castellano… El reino de Castilla avanzó hacia el sur reconquistando y hubo, por ello, una expansión del castellano de norte a sur y del centro a los lados.
Testimonios más importantes del castellano medieval
Desde dos o tres siglos atrás ya hay algo que se puede llamar protocastellano, hay que basarse en los textos escritos. Los primeros testimonios no literarios son las Glosas Emilianenses y Silenses del s. X, donde el latín ya no era la lengua habitual. Los primeros testimonios son las jarchas, versos de carácter popular de estrofas cultas en árabe y hebreo en los siglos XI y XII. En la España cristiana se encuentran a partir del s. XII.
Rasgos lingüísticos del castellano medieval: periodo de grandes vacilaciones gramaticales y ortográficas
Es un periodo de grandes vacilaciones gramaticales y ortográficas como, por ejemplo:
- Nivel fónico: se conserva F- y permanecen sonidos consonánticos que luego desaparecerán.
- Nivel morfosintáctico: destaca el procedimiento del futuro compuesto (escribir he > lo escribiré).
- Nivel léxico: en los primeros siglos se nota una fuerte introducción de galicismos. En el siglo XV, por influencia de los humanistas, se incorporan italianismos, además el castellano sigue recibiendo arabismos y cultismos.
El español clásico (siglos XVI-XVII)
Durante los siglos XVI-XVII, la lengua española alcanzó una enorme difusión tanto en Europa como en América. El español se homogeniza y se convirtió en el idioma de comunicación peninsular. En el Siglo de Oro español, Garcilaso, Fray Luis, Lope de Vega o Calderón de la Barca son las mejores muestras de una legión de escritores que utilizaban el castellano como lengua literaria. En esta época, los judíos sefardíes se van de España tras el edicto de los Reyes Católicos.
Los rasgos lingüísticos más destacados son:
- Aspiración y pérdida de la F-.
- Simplificación de sonidos b/v > b; s/ss.
- Desaparición del verbo haber con el significado de tener.
- Incorporación de cultismos, italianismos e indigenismos americanos (tomate, patata).
El español moderno (siglos XVIII-XIX)
El español hablado en el siglo XVIII era muy parecido al actual. Además, se fundó la Real Academia de la Lengua en 1713. La mayor aportación de los siglos XVIII y XIX es el enriquecimiento del idioma con galicismos. El cultivo de las ciencias, propulsado por la Ilustración, introdujo más vocabulario; el pensamiento, la sociedad, los sentimientos añaden más aún. En el s. XIX, por influencia del costumbrismo, se incorporan palabras de uso popular e incluso jergal.
El español actual (siglo XX hasta hoy)
El español actual se ha obtenido gracias al proceso evolutivo del latín vulgar, se ha convertido en una de las lenguas de comunicación y cultura más importantes. Dependiendo de la zona y el nivel social con el que se habla, sus características son:
- Sistema vocálico de 5.
- Sistema ortográfico bastante fiel a la pronunciación.
- Dos formas de tratamiento: tú-usted.
- Una morfología verbal y pronominal muy compleja.
Está influido por el inglés, por lo que se incorporan bastantes anglicismos.
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