29 Dic

Las Cortes de Cádiz y la Constitución de 1812

El Inicio de la Revolución Liberal

Tras las abdicaciones de Bayona en 1808, se inicia una guerra contra la invasión francesa, donde triunfaron las revueltas antifrancesistas y se produjo un vacío de poder. Para llenar este vacío, se crearon las juntas, órganos de poder revolucionario que tuvieron como objetivos organizar la defensa armada frente al ejército invasor y asumir el poder. Las juntas hicieron valer su autoridad frente al aparato administrativo de la monarquía. Estuvieron integradas por miembros de las clases dominantes, que actuaron como representantes de la nación. Primero se formaron las juntas locales, después las juntas supremas provinciales, y finalmente la Junta Suprema Central.

La Junta Suprema Central, inicialmente en Aranjuez y luego trasladada a Cádiz, estaba formada por la nobleza, el clero y la burguesía. Gobernó los territorios no ocupados, dirigió la guerra y trató de modernizar las instituciones del Antiguo Régimen. Se acordó que solo las Cortes elegidas podían aprobar las reformas necesarias. La Junta Suprema Central en Cádiz se transformó en un Consejo de Regencia en 1810, que actuaba en nombre del rey Fernando VII, con el objetivo de modernizar el reino. Para ello, convocaron elecciones para elegir unas Cortes en Cádiz, iniciando así el primer intento de revolución liberal en España.

Las Cortes de Cádiz (1810-1813)

Las Cortes de Cádiz eran unicamerales y su función era elaborar una constitución y legislar. Cada diputado, elegido por los varones mayores de 25 años, tenía un voto. Predominaban diputados eclesiásticos, abogados, funcionarios, militares e intelectuales, por lo que el número de burgueses liberales superaba a los demás grupos. No había representantes de las clases populares y los de las colonias americanas eran elegidos por los habitantes de Cádiz. Dentro de las Cortes, existían dos facciones principales: los absolutistas y los liberales.

En el Decreto de Constitución de las Cortes se acordó que Fernando VII sería monarca constitucional de España y se establecieron principios liberales como la soberanía nacional, la división de poderes y el poder legislativo de las Cortes. Se reformaron las estructuras políticas, económicas y jurídicas del Antiguo Régimen mediante decretos que incluían la libertad de imprenta, la eliminación de la censura, la abolición del régimen señorial, la eliminación de los mayorazgos, la declaración del derecho a la propiedad, la abolición de los gremios, la supresión de la Inquisición y la desamortización de bienes propios y baldíos.

La Constitución de 1812: «La Pepa»

La Constitución de 1812, promulgada el 19 de marzo y conocida como «La Pepa», era de carácter liberal. Sus fuentes ideológicas fueron la Ilustración, la Revolución Francesa, el sistema político parlamentario inglés, las nuevas instituciones norteamericanas y el pensamiento económico de Adam Smith.

En esta Constitución se regulaban cuestiones de la vida política y los derechos de los ciudadanos, especialmente los derechos del individuo, lo que supuso la principal ruptura con el Antiguo Régimen.

Los principios de la Constitución son:

  • Soberanía nacional: el poder reside en las Cortes y hay una monarquía constitucional.
  • División de poderes: el poder ejecutivo lo tiene el Rey, cuyo poder está limitado por 12 disposiciones, como que no puede suspender las Cortes, abdicar o abandonar el país sin permiso. El poder legislativo lo tienen las Cortes con el Rey, donde las Cortes hacen las leyes y el Rey las promulga y sanciona. El poder judicial lo tienen los tribunales, donde se reconocen dos fueros, el militar y el eclesiástico.
  • Configuración de las instituciones: el Rey es elegido de manera hereditaria, el Gobierno es elegido por el Rey, las Cortes son elegidas por sufragio masculino universal indirecto, y los tribunales son independientes.
  • Derechos y deberes de los ciudadanos: igualdad ante la ley, sufragio masculino universal indirecto, educación elemental, libertad de pensamiento y derecho a la propiedad privada. No tenían libertad de culto.
  • Relación Iglesia-Estado: se impuso la exclusividad del catolicismo como religión oficial y única.
  • Ejército y defensa nacional: se estableció una milicia nacional para reforzar el ejército en caso de guerra y un ejército nacional permanente.
  • Organización territorial del Estado: organización administrativa, Estado unitario y elección popular de los alcaldes.

El Reinado de Fernando VII: Liberalismo frente a Absolutismo y la Independencia de las Colonias Americanas

El reinado de Fernando VII (1814-1833) se dividió en varias etapas:

  • La llegada al poder de Fernando VII, con la vuelta del Antiguo Régimen y la represión.
  • El Sexenio Absolutista (1814-1820).
  • El Trienio Liberal (1820-1823).
  • La Década Absolutista (1823-1833).

La Llegada al Poder de Fernando VII: La Vuelta al Antiguo Régimen y la Represión

Tras el Tratado de Valençay, Napoleón retiró sus tropas de España y Fernando VII volvió a ser rey. Abolió la Constitución mediante un Real Decreto en Valencia el 4 de mayo. Esto fue un intento de volver al Antiguo Régimen, ya que se restituyeron los privilegios de la nobleza y de la iglesia y se restablecieron la Inquisición, la Mesta y el retorno de los jesuitas. Estas medidas fueron posibles gracias al apoyo del ejército, el clero y la nobleza, expresado en el «Manifiesto de los Persas», donde se defendía la vuelta al Antiguo Régimen, el absolutismo y la «alianza del Altar y el Trono». Parte del pueblo llano también respaldó estas medidas, teniendo en cuenta que se firmó un acuerdo para preservar Europa de movimientos liberales. La consecuencia inmediata del absolutismo fue la represión, donde se detuvo a liberales y afrancesados por conspirar contra el Rey.

El Sexenio Absolutista (1814-1820)

Hubo una permanente inestabilidad política, con continuos cambios de ministros, causada por la «camarilla», personas de confianza del Rey que impedían cualquier cambio. Esto provocó muchos problemas en España:

  • La situación económica era desastrosa, con una caída en los precios agrarios, un país devastado, una producción industrial hundida y un comercio paralizado.
  • El problema más grave era la quiebra financiera del Estado por los gastos, deudas y el movimiento independentista de América.
  • La situación de tensión social, con movimientos de protesta contra la restitución de los privilegios a la nobleza, afectando a la burguesía y al proletariado urbano.

Fernando VII se negó a integrar en el ejército a los jefes guerrilleros de la Guerra de Independencia, lo que causó un gran descontento en el ejército, que fue obligado a abandonar el país por la rebelión independentista americana. Como consecuencia, se organizó un movimiento clandestino liberal apoyado por los oficiales jóvenes durante la guerra, que se organizaban en círculos secretos y establecían contactos con los liberales exiliados para organizar conspiraciones. Sucedieron hasta 7 pronunciamientos entre 1814 y 1819 por parte de mandos militares, que pagaron el fracaso con su vida.

El Trienio Liberal (1820-1823)

El comandante Riego lideró con éxito un pronunciamiento militar a favor de la Constitución de 1812 el 1 de enero de 1820. Fernando VII se vio obligado a restablecerla gracias al apoyo de otras regiones de España y a los levantamientos de los campesinos. Después se convocaron elecciones a Cortes y los liberales volvieron del exilio.

Parecía que volvía a haber una monarquía constitucional, pero el Trienio Liberal fue una etapa de agitación política permanente debido a tres causas:

  • La división de los liberales en moderados y radicales. Los moderados representaban a la burguesía urbana de negocios, querían un gobierno fuerte, defensa del orden social y la propiedad, sufragio censitario y libertad de prensa. Los radicales eran todo lo contrario, jóvenes intelectuales de profesiones liberales, con ideas revolucionarias.
  • La actitud involucionista del rey, que tenía ministros absolutistas, se enfrentó a las Cortes, vetó leyes y desconfió de los ministros liberales. En secreto, pidió una intervención extranjera para restaurar su poder absoluto (Santa Alianza).
  • Las revueltas absolutistas por la Iglesia, con un intento de golpe de Estado por la Guardia Real que fue sofocado por la Milicia Nacional en 1822.

La Monarquía Visigoda

Los visigodos, en el año 418, mediante un pacto con Roma (foedus), obtuvieron tierras en las Galias, expulsando a los suevos, vándalos y alanos. En 509, tras la caída del Imperio Romano, se vieron obligados a replegarse sobre Hispania y Septimania, estableciendo el reino de Toledo. Ese mismo año, afirmaron su presencia en la península y establecieron la corte real en Toledo. Se llevaron a cabo diferentes unificaciones:

  1. Anexión del reino de los suevos y un lento proceso de conquista de la franja costera controlada por los bizantinos en el siglo VII.
  2. Fusión de los códigos en el Liber Iudiciorum.
  3. Se permitieron los matrimonios mixtos.
  4. En el Tercer Concilio de Toledo en 589, se reconvirtieron al catolicismo.

La monarquía visigoda era electiva e inestable. Dejaron de contar con la asamblea y ejercieron el poder con ayuda de órganos de gestión como el Officium Palatinum y el Aula Regia. Al frente de cada provincia había un gobernador o duque, y en cada ciudad, un conde y un juez.

La cultura estuvo protagonizada por la Iglesia, destacando dos escritores: San Isidro, creador de la escuela de Sevilla, y San Isidoro de Sevilla, quien creó la primera enciclopedia.

La economía se cerró debido a la desaparición de las minas, lo que disminuyó la circulación de la moneda. Tras el Imperio Romano, la gente volvió al campo y el feudalismo aumentó el papel de la nobleza. El final del reino visigodo se debió a la descomposición interna y a la lucha por la corona. Don Rodrigo se enfrentó a los visigodos, quienes pidieron ayuda a los árabes. Tras la batalla del río Guadalete, los árabes derrotaron a los visigodos y ocuparon la península.

Los Reyes Católicos: Unión Dinástica e Instituciones de Gobierno. La Guerra de Granada

Tras la Guerra Civil Castellana (1474-1479) y el Tratado de Alcaçobas, que reconocía a Isabel como reina de Castilla, los Reyes Católicos inician una unión dinástica, según la Concordia de Segovia (1475), gobernando conjuntamente, pero cada corona mantenía sus instituciones, leyes, excepto en política exterior e Inquisición. Gobernaron personalmente, poniendo los cimientos del Estado moderno, pasando de una monarquía feudal, limitada por prerrogativas jurisdiccionales de nobleza y clero, a una monarquía autoritaria. Para ello, fortalecieron las instituciones de gobierno, sobre todo en Castilla, donde el poder real tenía menos limitaciones que en Aragón:

  • Reorganizaron el Consejo Real de Castilla apoyándose en letrados.
  • Desarrollaron los Consejos, órganos de gobierno de carácter temático o territorial, la burocracia, diplomacia y un ejército permanente, mientras las Cortes perdían poder.

La justicia se ejercía a tres niveles:

  • A nivel local por los corregidores (representantes del poder real en las ciudades).
  • La Chancillería (tribunal de apelaciones) y audiencias, tribunales dependientes de la Corona.
  • El Consejo Real, como alto tribunal de justicia.

Para mantener el orden público se creó la Santa Hermandad y para velar por la pureza de la fe, la Inquisición. Solucionados los problemas internos, decidieron completar la unidad religiosa y territorial reanudando la guerra contra el Reino Nazarí de Granada (1481-1492). Fue una guerra de desgaste que aprovechó los conflictos internos granadinos (luchas por el poder, guerra de Boabdil con su tío). Los reyes negociaron con Boabdil para agravar la descomposición interna del reino, que, tras la pérdida de Málaga y Almería, el 1 de enero de 1492, entregó Granada, pasando a Castilla. Ese mismo año se completó la unidad religiosa con la expulsión de los judíos que rechazaron convertirse al cristianismo.

Exploración, Conquista y Colonización de América (Desde 1492 y Durante el Siglo XVI)

Tras el rechazo inicial de Portugal y Castilla del proyecto de Colón para llegar a las Indias por Occidente, fue aceptado por Castilla, firmándose las Capitulaciones de Santa Fe en 1492 (condiciones y reparto de beneficios). Colón partió de Palos de la Frontera (Huelva) en agosto de 1492 y el 12 de octubre llegó a la isla de Guanahani (San Salvador), explorando las Antillas. A su regreso, los reyes obtuvieron del Papa las Bulas Inter Caetera, pero el descontento de Portugal obligó a firmar el Tratado de Tordesillas (1494), por el que españoles y portugueses dividieron sus áreas de influencia a partir de un eje imaginario a 370 millas de Cabo Verde. Colón realizó tres viajes más a América, pero murió creyendo haber llegado a Asia. Fue Américo Vespucio quien difundió la idea de un nuevo continente. Los territorios americanos se incorporaron a Castilla, que impulsó expediciones de exploración y colonización mediante las capitulaciones de conquista (contratos entre la Corona y particulares delimitando el área de exploración y conquista a cambio de entregar un quinto a la Corona). En apenas 20 años se había explorado desde California hasta Río de la Plata:

  • Núñez de Balboa descubre el Pacífico.
  • Magallanes y El Cano completan la primera vuelta al mundo.
  • Hernán Cortés conquista el Imperio Azteca.
  • Francisco Pizarro el Imperio Inca.
  • Se explora el sur de EEUU (la Florida), Chile y el Amazonas.

Esta rapidez se explica por su superioridad militar, las rivalidades entre nativos y las enfermedades. Las tierras conquistadas se cultivaron bajo el sistema de la encomienda: grandes haciendas entre las que se repartían indios, repartimiento, que los utilizaban como mano de obra a cambio de protección y cristianización. Las minas se explotaron con un sistema de trabajo obligatorio, la mita. Ante los abusos hacia los indios, Bartolomé de las Casas defendió fervientemente sus derechos y la Corona intentó poner fin a los abusos mediante la Ley de Burgos y las Leyes Nuevas.

Los Austrias del Siglo XVI: Política Interior y Exterior

En 1516, tras la muerte de Fernando II de Aragón, asume el trono Carlos de Habsburgo, hijo de Juana de Castilla y de Felipe de Habsburgo. Hereda las posesiones de sus abuelos maternos, los Reyes Católicos, incluida América, y las de su padre (Franco Condado y Países Bajos). Pero su desconocimiento del idioma y la política inicial de sus consejeros (Adriano de Utrecht y Chievres) de obtener dinero para la Corona Imperial, así como una época de malas cosechas y peste, provocaron una serie de conflictos en la Península.

Carlos I (1517-1556)

Inició la dinastía de los Austrias. Su gran herencia incluía tierras europeas y americanas, y el derecho al título imperial, que logró en 1519 gracias a una subida de impuestos en Castilla para financiar su campaña y su viaje al Sacro Imperio Romano Germánico, lo que suscitó el descontento en tierras hispanas condicionando la política interior, marcada por:

  • La revuelta de las Comunidades de Castilla (1520-1521): baja nobleza y la burguesía contra Carlos I, sofocada con el apoyo de la alta nobleza.
  • La revuelta de las Germanías en la Corona de Aragón (1519-1522): artesanos y mercaderes contra nobleza y jerarquía urbana, duramente reprimida.

La política exterior se centró en la defensa territorial y de la fe:

  • Contra Francia por el Milanesado (conquistado), Navarra y Borgoña.
  • Contra los turcos levantó el asedio de Viena y conquistó Túnez.
  • Contra los príncipes protestantes alemanes, aunque les venció en Mühlberg (1547), consiguieron la libertad religiosa en la Paz de Augsburgo (1555).

Felipe II (1556-1598)

En 1556, el emperador Carlos abdicó en su hijo Felipe, quien recibió los territorios hispanos, Sicilia, Nápoles, las Indias, el Franco-Condado, Países Bajos y Flandes, mientras que el título de emperador, con los territorios alemanes y austríacos, pasó al hermano de Carlos, Fernando de Habsburgo.

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