26 Ene

Organización Política de Castilla, Aragón y Navarra

La Monarquía Castellana y su Lucha por la Centralización

La monarquía castellana luchó por afianzar su posición en los enfrentamientos contra los nobles. En Castilla se implantó una mayor centralización administrativa a través de las siguientes medidas:

  • La elaboración de un cuerpo jurídico que reforzaba el poder del rey con la aprobación del Ordenamiento de Alcalá.
  • La creación de la Audiencia, que recibió el nombre de Chancillería, como máximo órgano de justicia y con sede en Valladolid.
  • La reorganización de la Hacienda, con el establecimiento de las contadurías y el nombramiento del mayordomo mayor.

En el siglo XIV, las Cortes tuvieron un auge que no se produjo en el siglo posterior. Perdieron el papel consultivo y legislativo, y se convocaba a los representantes de las ciudades con el fin de aprobar nuevos impuestos y de tomar juramento al heredero. El control de las ciudades por parte del rey se incrementó. El poder en los ayuntamientos fue asumido por un cuerpo colegiado de regidores procedentes de la nobleza titulada o de la burguesía adinerada. Por otro lado, para controlar el poder municipal se designó a los corregidores.

Conflictos entre la Monarquía y la Nobleza en Castilla

Los reyes castellanos sufrieron enfrentamientos con una nobleza cada vez más poderosa. El monarca Pedro I el Cruel dirigió una política de fortalecimiento de la autoridad real frente a la nobleza. El bando nobiliario estaba encabezado por el hermanastro del rey, Enrique de Trastámara, y declaró la guerra al rey apoyado por Aragón y las Compañías Blancas francesas. A su vez, el rey recibió el apoyo de Eduardo de Gales (el Príncipe Negro). Sin embargo, el conflicto concluyó en los campos de Montiel donde murió Pedro a manos de su hermano. Enrique II fue proclamado rey y recompensó a la nobleza con las mercedes enriqueñas, aunque los conflictos con ésta no se zanjaron completamente. Debido a la juventud de sus sucesores, Enrique III y Juan II, se produjeron nuevos intentos de la nobleza para aumentar su poder. Los intentos de Álvaro de Luna para fortalecer la autoridad real chocaron con los intereses nobiliarios, lo que acabó provocando su destitución y condena a muerte.

El Pactismo en la Corona de Aragón

En la Corona de Aragón, aunque la monarquía conservó su carácter pactista, evolucionó la puesta en práctica legal e institucional del pactismo. El rey estaba limitado por las Cortes, pero afianzó el poder en sus dominios estableciendo instituciones y reorganizando la Hacienda. Las Cortes de la Corona de Aragón mantuvieron sus competencias legislativas, y se dejaron separadas las aragonesas, catalanas y valencianas. En estas asambleas el rey se comprometía a aceptar las peticiones a cambio de nuevos impuestos. En Cataluña, a partir de 1359 las diputaciones que se comisionaban en las Cortes para velar porque se cumplieran los acuerdos adoptados pasaron a ser permanentes con el nombre de Generalitat. En Aragón la Diputación General, y en Valencia, la Generalitat, se convirtieron en instituciones permanentes en 1363.

El Poder Real y la Nobleza en Aragón

El poder de la monarquía se vio mermado a finales del siglo XIII, ya que ante la necesidad de conseguir ayuda para sostener la expansión por el Mediterráneo, Pedro III otorgó el privilegio general a la Unión aragonesa, compuesta por nobles, ciudades y aldeas. El conflicto continuó hasta que Pedro IV el Ceremonioso derrotó a la nobleza aragonesa y valenciana, consagrando el carácter pactista de la monarquía aragonesa, estableciendo el equilibrio de fuerzas entre el rey y los estamentos de cada reino.

La Sucesión de Martín I y el Compromiso de Caspe

A la muerte de Martín I el Humano sin descendencia, las Cortes de los reinos acordaron en la Concordia de Alcañiz la designación de nueve comisarios para que llevasen a cabo la elección de un rey para la Corona de Aragón, que se efectuó en el Compromiso de Caspe (1412). Fernando I de Aragón, de la familia Trastámara, fue nombrado monarca, tras un largo proceso de elección que demostró la pugna entre los distintos grupos sociales y profesionales de la Corona de Aragón.

Alfonso V y la Guerra Civil Catalana

Más adelante, Alfonso V el Magnánimo centró su atención en la expansión mediterránea, por lo que la reina María de Aragón se vio obligada a ceder concesiones ante las presiones de las Cortes catalanas. Las diferencias entre Juan II y su hijo Carlos de Navarra, príncipe de Viana, culminaron con la detención en 1460 del príncipe con la acusación de pactar secretamente con Castilla. Las Cortes de Lérida pidieron la libertad del príncipe, y el monarca firmó con los catalanes la Concordia de Villafranca del Penedés, por la que se comprometió a no entrar en Cataluña sin permiso del Consell del Principat. El príncipe de Viana murió en 1461 y Juan II entró en el Principado con el apoyo militar de Francia y el respaldo de los grupos populares. En compensación, tuvo que entregar a Francia los condados del Rosellón y la Cerdeña. Comenzó la guerra civil catalana entre el rey y la oligarquía representada por el Consell del Principat, que se prolongó hasta 1472, año en que Barcelona cayó en poder de las tropas reales. La posterior Capitulación de Pedralbes estipuló una paz sin vencedores ni vencidos.

Las Cortes y la División en el Reino de Navarra

En el reino de Navarra, a partir de 1329 las anteriores reuniones de los estamentos con el rey se regularizaron y oficializaron en unas Cortes Generales. Dieron donativos económicos a los reyes cuando se lo solicitaban, juraban al heredero y presentaban quejas al rey. La sociedad navarra estuvo dividida en una pugna entre el bando nobiliario de los agromonteses (fuertes en la Ribera, carácter agrícola y aliados de Aragón) y el de los beaumonteses (zona ganadera pirenaica y partidarios de Castilla).

Juan II y la Guerra Civil Navarra

Juan II de Aragón fue rey consorte de Navarra gracias a su matrimonio con Blanca I. La rivalidad entre Juan II y Carlos, su heredero de Navarra, desató una guerra civil que se entrecruzó con la catalana. La muerte de Carlos y la victoria de Juan II le permitieron al monarca conservar el poder en Navarra hasta su muerte; será sustituido por su hija Leonor I, casada con el conde Gastón de Foix.

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