31 Oct
La Socialización
¿Cómo Empezó a Poblarse el Mundo?
Desde siempre, las personas han tratado de explicar cómo aparecieron los primeros hombres y mujeres sobre el planeta Tierra. Las respuestas fueron y continúan siendo diversas. Algunas explicaciones se basan en las creencias religiosas.
Un ejemplo es el primer libro del Antiguo Testamento, llamado Génesis, donde se relata la creación del mundo y del hombre por obra de Dios.
Otro ejemplo es el de los mayas, quienes explican que los dioses crearon a los hombres con tierra, madera y maíz. Otras personas han explicado la aparición de los primeros hombres y mujeres desde el punto de vista científico, aunque existen diferentes posturas.
Durante este proceso, los individuos fueron desarrollando características físicas que les permitieron adaptarse al medio ambiente y sobrevivir.
Esta explicación científica se conoce como teoría de la evolución y fue elaborada por el inglés Charles Darwin en la segunda mitad del siglo XIX. Sostiene que los individuos mejor adaptados dejan mayor descendencia, lo que permite que estos cambios se impongan en una especie. Por las mismas causas, algunas especies se extinguieron completamente.
Las Primeras Sociedades
La más antigua de todas las sociedades, y la única más natural, es la de la familia, a pesar de que los hijos no permanecen ligados al padre más que durante el tiempo que tienen necesidad de él para su conversación.
Tan pronto como esta necesidad cesa, los lazos naturales quedan deshechos. Los hijos, libres de la obediencia que debían al padre, y éste relevado de los cuidados que debía a los hijos, unos y otros pasan a gozar de igual independencia. Si continúan unidos, no es ya forzosa y naturalmente, sino voluntariamente; y la familia misma no subsiste más que por convención.
Esta libertad común es consecuencia de la naturaleza humana. Su principal ley es velar por su propia conservación; sus primeros cuidados son los que se debe a sí mismo. Llegado a la edad de la razón, siendo el único juez de los medios idóneos para conservarse, conviértase por ello en dueño de sí mismo.
La familia es, pues, si se quiere, el primer modelo de las sociedades políticas: el jefe es la imagen del padre, el pueblo la de los hijos, y habiendo nacido todos iguales y libres, no enajenan su libertad, sino a cambio de su utilidad.
Toda la diferencia consiste en que, en la familia, el amor paternal recompensa al padre de los cuidados que prodiga a sus hijos, en tanto que, en el Estado, es el placer del mando el que suple o sustituye este amor que el jefe no siente por sus súbditos.
Las Sociedades Cazadoras y Recolectoras
La primera fase de la Edad de Piedra recibe el nombre de Paleolítico (del griego paleo: antiguo, y litos: piedra) y está caracterizada por la producción de elementos rudimentarios de piedra tallada; la fase más reciente se llama Neolítico (de neo: nuevo, y litos: piedra), y en ella se hacen presentes elementos de piedra pulida, es decir, de mayor complejidad.
Entre ambas edades se encuentra un periodo de transición: el Mesolítico. Los investigadores llaman bandas u hordas a las primeras agrupaciones humanas, que compartían el espacio donde vivían y las actividades de subsistencia.
Es probable que estas bandas u hordas hayan sido grupos reducidos (de entre siete y quince miembros). Las bandas u hordas del Paleolítico obtenían alimentos a partir de la caza y la recolección: cazaban grandes mamíferos (como el mamut) para conseguir carne, y recolectaban raíces, hojas y frutos.
Las hordas no producían por sí mismas sus alimentos, ya que no conocían las técnicas de la agricultura o ganadería; por eso se dice que sostenían una economía depredadora.
Como los recursos eran limitados, la población no crecía por falta de alimentos. Con el correr del tiempo, aquellos grupos desarrollaron una nueva actividad: la pesca. Los hábitos de vida de los cazadores-recolectores eran nómadas: las bandas se desplazaban buscando alimentos y agua. En épocas frías, encontraban abrigo en las cavernas.
En zonas de clima templado y húmedo, quizás construyeron chozas con ramas. Entre el 10 000 y el 8000 a. C., durante el Mesolítico, el clima de la Tierra fue afectado por grandes cambios: finalizó una etapa de glaciación.
Las grandes masas de hielo y nieve se derritieron gradualmente por el aumento de la temperatura. Si bien a los seres humanos el calentamiento del clima les permitió vivir en condiciones menos duras, tuvieron que introducir cambios en sus actividades de subsistencia.
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