22 Abr

¡Escribe tu texto aEl cuento empieza por la mañana. Quico se despierta y
voceando las palabras «¡Me he despertaoooooo!»
consigue llamar toda la atención sobre él. Entonces
llega la Vítora, «la Vito» llamada familiarmente, una
de las criadas, para ordenar el cuarto que Quico
comparte con sus hermanos. La sorpresa al ver que no
ha mojado la cama es el principal argumento que Quico
utiliza para conseguir su objetivo que no es otro que
llamar la atención de todos. Y todos deben enterarse
de que él ya es un mozo, por lo que se lo va diciendo
a todos: a su madre, a su hermano
Juan, a las vecinas,

a Domi (la otra criada)
, al resto de sus hermanos y

por último a su padre cuando llega del trabajo.
                      Cristina, o Cris, la hermanita
de un año, todavía no sabe hablar. Sabe decir
solamente «atata» o «atito», dos expresiones que no
son más que sus primeros balbuceos, pero que Quico los
interpreta como si dijera  «patata» o «poquito» o algo
similar. Sólo él comprende lo que dice Cris y necesita
la confirmación de mamá para cada palabra, una
confirmación que consiste en una única palabra: el
«sí». Pero es un sí con el que trata de que le deje en
paz ya que realmente no le está haciendo caso.
                    A las doce llega la Domi, otra
criada. Es una mujer viuda, por lo   que lleva
solamente ropas negras. Comparte su dolor con Vítora,
cuyo novio tiene que ir a la mili. Mientras vuelven a
casa del colegio también los hermanos, Quico, con la
intención de poner gasolina en su triciclo, desparrama
agua por todas partes y lógicamente su madre le riñe.
Además, Cris se ha hecho cacas. La madre está exhausta
y no da basto con tantos hijos. Llega su padre, a
quien Quico quiere contar las novedades más
importantes: Cris se ha hecho caca en las bragas (así
dice textualmente) y él no ha mojado la cama, un hecho
con el que quiere demostrar su superioridad sobre su
hermana. Papá va al baño, pero Quico no lo deja en paz
porque quiere saber si papá tiene o no lo que todos
los hombres poseen en la entrepierna. Preocupado por
cómo su mujer educa a los niños, papá recuerda lo que
decía siempre su padre: «Las mujeres son como
gallinas, que les echas maíz y se van a picar a la
mierda.» Finalmente acaban discutiendo y el padre
lanza un plato contra el suelo.
                    Después de comer, Merche, Pablo y
Marcos (los otros tres hermanos mayores) vuelven al
colegio y también se va el padre. De nuevo la
tranquilidad de la mañana reina en la casa. Las
criadas hacen su trabajo mientras Cristina duerme.
Juan sigue leyendo y Quico por primera vez alcanza a
orinar sin que nadie le ayude. Después juega con Juan:
él es el indio y Juan tiene que matarlo. Pero hacen
tanto ruido que Cristina se despierta llorando. Se ha
hecho pis en la cama, pero lo que ahora le interesa
más a mamá son las manchas rojas que se hizo Quico
sobre sus pantalones para simular la sangre, ya que
Juan lo había matado dentro del juego. La tía Cuqui es
la única que realmente le da cariño y mima a Quico
porque entiende que se sienta como un príncipe
destronado tras el nacimiento de su hermana, y por eso
lo lava con mucha paciencia y con mucho amor. Pero
mamá no quiere que le mime tanto.
Domi canta dos canciones a los niños y después llega
Femio, soldado y novio de Vítora. Está allí para
despedirse de ella porque tiene que irse África, a la
guerra. Vítora empieza a llorar porque tiene miedo que
él la abandone por otra mujer, pero Femio le asegura
que en África hay solamente mujeres negras, y que de
ellas no quiere nada. Finalmente la consuela con un
beso tan intenso, que la fantasía de Quico se
despierta otra vez y se interpone diciendo «¡No la
muerdas tú!».
                    Poco después Femio se va y Vítora
llora. Domi deja solos a los tres niños para ver lo
que le pasa. Quico, que siente que tiene que
responsabilizarse de su hermana y entiende que ella
quiere hacer caca, por lo que decide ponerle un
supositorio. Y eso no es todo: además le pinta los
párpados con los lápices de los ojos de mamá y con una
barra de carmín los labios, labios que ahora parecen
llegar hasta las orejas.
                    Mamá se enfada con Domi y le echa
la culpa de lo ocurrido diciéndole que no ha tenido el
suficiente cuidado con los niños. Quico, que se siente
culpable, ha decidido portarse bien para que mamá no
despida a Domi.
Quico habla con su madre y le dice que no quiere que
se vaya Domi mientras le enseña un clavo. Mamá le pide
la punta pero Quico no se la da, por lo que le
pregunta si se la ha tragado. Quico, que no quiere que
ella no se enfade otra vez, asiente, pero en realidad
la ha puesto en el tubo del dentífrico que aún
conserva en su bolsillo. Sin vacilar mamá va al doctor
con él, pero éste no encuentra nada. Así pues, vuelven
a casa con la orden de que Quico no se mueva demasiado
porque podría pincharse con el clavo. Pero no pasa
mucho tiempo hasta que mamá encuentra el tubo y al
abrirlo la punta se cae al suelo.
                    La hora de dormir ha llegado, pero
Quico tiene miedo y llama varias veces a Domi, a Vito
y a mamá hasta que se duerme.                        
Y de esta manera concluye un día cualquiera de la vida
de este entrañable personaje de casi cuatro años
llamado Quico.
PERSONAJES
QUICO: El pequeño protagonista de este libro es igual
a todos los niños de su edad: travieso, inocente y
noble. Está a punto de cumplir los cuatro años y tiene
una fantasía acorde con su edad. Su juguete favorito
es un tubo de dentífrico estrujado, el cual es capaz
de convertirlo únicamente con la ayuda de su
imaginación tanto en un camión, como en una pistola,
un cañón o cualquier otra arma.
Al sentirse desplazado por su hermana pequeña del
protagonismo de la casa, intenta llamar la atención
siempre que puede.
MAMÁ: La madre de los chicos, por lo que el libro
indica, no trabaja y se dedica exclusivamente a cuidar
de sus hijos y a mantener la casa. Aún así, tiene dos
criadas, por lo que se deduce que se trata de una
familia pudiente. A pesar de tener a las dos criadas
no da abasto con sus hijos se le nota muy alterada.
Muchas veces no le dedica el tiempo suficiente a Quico
y le riñe con frecuencia, pero como se aprecia justo
al final del libro, él le quiere a ella y ella le da a
Quico ese amor y ese cariño tan especiales que todas
las madres sienten por sus hijos.
VÍTORA: Es la más joven de las criadas. También es la
que más cariño tiene a Quico de las dos y la que más
se ocupa de él. Su relación tanto con la otra criada
como con la madre de los niños es bastante buena.
Está muy triste porque su novio tiene que irse a
África a la guerra y cree que por eso va a dejar de
quererle.
DOMI: Es la otra criada. Según el libro, es un poco
vieja y viuda. Su relación con Vítora es bastante
cordial y trata de consolarla cuando llora por lo de
su novio, pero con su jefa no se lleva tan bien,
puesto que según la señora, ella es la culpable de las
travesuras de los chicos ya que no se preocupa lo
suficiente de ellos. Ella alega en su defensa que los
niños no le hacen ningún caso. A quien más cuida y de
quien más se preocupa es de Cristina, la pequeña de la
familia.
Juan:. A Juan le encanta la lectura y siempre que
puede se pone a leer sus cómics y libros en cualquier
sitio y en cualquier momento Tampoco Quico puede
alborotarlo con sus interminables preguntas. No es que
Juan ignore a su hermanito, ya que a cada pregunta de
Quico sigue una respuesta, y a menudo es aún
detallada. No se indica la edad exacta de Juan pero
rondará los diez años. De los hermanos mayores, es el
que más se acerca a la edad de Quico y por eso es con
el que el protagonista de la obra tiene más relación y
con el que más juega.
De los demás personajes que aparecen en esta obra de
Delibes se sabe bastante poco, debido a que sus
apariciones son muy esporádicas y escasas, por lo que
no puede hacerse una descripción detallada de su
carácter. Por ejemplo, del PADRE lo único que sabemos
es que trabaja y que fue a la guerra, por lo que su
deseo es que su hijo mayor Pablo, de dieciséis  años
siga sus pasos. Sin embargo éste no está muy
convencido de querer seguir su camino. De los otros
dos hermanos sólo se pueden decir sus nombres: Merche
y Marcos.quí!

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