11 Ene
DON ÁLVARO O LA FUERZA DEL SINO. EJEMPLO DE COMENTARIO CRÍTICO
La obra seleccionada es Don Álvaro o la fuerza del sino, del Escritor cordobés Ángel de Saavedra, duque de Rivas (1791-1865), quien la compuso En el exilio al que le condujeron sus ideas liberales durante el reinado de Fernando VII. A la muerte de éste (1833) Rivas pudo regresar a España y llevar A escena su drama.
El estreno de Don Álvaro tuvo lugar en 1835, y se considera uno de los hitos Fundamentales en la implantación del drama ROMántico en nuestro país. La obra Cuenta las desventuras de Don Álvaro, un joven indiano que, a causa de su Oscuro origen, no puede contraer matrimonio con Doña Leonor, hija del Marqués De Calatrava. Tras el frustrado intento de fuga de los amantes, que acaba con la Muerte accidental del marqués, ambos inician caminos por separado. Sin embargo, La persecución que emprenden los hermanos de la joven y la actuación reiterada Del destino conducen al constante derramamiento de sangre hasta que al final D. Álvaro acaba con su vida.
Don Álvaro es Una obra plenamente representativa de la estética ROMántica, empezando por sus Temas principales. Entre ellos habría que destacar tres. En primer lugar, la Pasión amorosa, concebida como un sentimiento absoluto y todopoderoso (en Consonancia con el idealismo ROMántico). En segundo lugar, la rebeldía que Lleva al protagonista a enfrentarse contra su sino y contra las restricciones impuestas Por las convenciones sociales. Por último, el tema central del destino, Entendido como una fuerza trágica contra la que lucha en vano el héroe ROMántico. Por otra parte, el personaje central de la obra, Don Álvaro, reúne Los principales atributos del héroe ROMántico, pues además de rebelde es un Personaje solitario, marginado socialmente y misterioso. Todo ello se culmina Con el suicidio final, gesto ROMántico por antonomasia.
A Estos rasgos habría que añadir otros elementos carácterísticos del drama ROMántico. Por ejemplo, el desarrollo de un argumento repleto de sucesos Novelescos y melodramáticos destinados a provocarla conmoción del público: duelos, muertes, Accidentales, separaciones y reencuentros inesperados, o la existencia de un Protagonista con un pasado oscuro que lo condiciona y lo atormenta. A esto Habría que añadir otros aspectos, como la ubicación de la historia en el pasado Histórico (el periodo de la Guerra de Sucesión) o la presencia de ambientes sombríos (un Palacio decadente, un calabozo, la celda de un monje) y de una naturaleza Convulsa y acorde con las pasiones representadas, como sucede con la tormenta de La escena final.
Desde El punto de vista formal Don Álvaro suscribe El principio ROMántico de la absoluta libertad y el rechazo de cualquier Precepto artístico, lo que supone la ruptura con la estética neoclásica y un cierto Retorno a la fórmula del teatro Barroco. Eso se manifiesta en la mezcla de lo Trágico con lo cómico, presente en los momentos de carácter más popular, como El aguaducho sevillano de la escena inicial, la venta del segundo acto o las Intervenciones del hermano Melitón. Por otra parte, la estructura de la obra no Se ajusta al esquema tripartito clásico (planteamiento/nudo/desenlace), lo que Explica la división en cinco actos, en lugar de tres.
Pero sin duda lo más llamativo es la Ruptura de las tres unidades dramáticas clásicas. La acción principal de Don Álvaro convive con la protagonizada por Doña Leonor, a la que se consagra todo El segundo acto. El tiempo de la acción se extiende a lo largo de varios años, En lugar de la única jornada preceptiva del neoclasicismo. Por último, la Acción discurre entre lugares geográficamente distantes (Sevilla y sus Alrededores, el convento de Hornachuelos, Italia), e incluso dentro de cada Acto se traslada de un espacio a otro con suma facilidad. Esta acción itinerante Impone un cambio constante de decorados, como se indica en las acotaciones. Esta circunstancia, unida a la importancia del vestuario de época, el atrezzo y los efectos luminosos y Sonoros, revela la atención que concede el drama ROMántico a los elementos Escenográficos.
El Lenguaje se caracteriza por la absoluta libertad y la variedad de recursos y Registros, como es propio de la literatura ROMántica. Eso se manifiesta en la Llamativa convivencia de la prosa y el verso, a lo que hay que sumar la variedad Métrica de los pasajes compuestos en verso, si bien predomina el octosílabo. El Estilo de Rivas tiende a la solemnidad y a la expresividad, sobre todo en los Frecuentes monólogos del protagonista en los diálogos donde se manifiestan las Pasiones de los personajes. Pero junto al estilo “elevado” hay también espacio Para el humor y el lenguaje popular en las escenas de corte costumbrista.
En Definitiva, Don Álvaro constituye un Ejemplo canónico de drama ROMántico que permite comprender los fundamentos de Una estética que no se implantó fácilmente en nuestro país.
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