06 May
(TEMA 5.3º)Ante la imposibilidad por Martínez Campos de controlar militarmente a los insurrectos, fue sustituido por el general Valeriano Weyler que cambió de táctica de lucha e inició una fuerte represión. Para evitar que los insurrectos aumentasen sus apoyos en el mundo rural organizó las concentraciones de campesinos, a los que obligaba a cambiar de asentamientos recluyéndolos en pueblos donde se impedía el contacto con los combatientes. Dividíó en tres el territorio de la isla por medio de trochas o líneas fortificadas que impedían el paso a los insurrectos. Weyler trató duramente a los rebeldes (llegó a aplicar la pena de muerte a muchos de ellos) y también a la población civil que padecía el hambre y las epidemias. La dureza y crueldad empleada por Weyler provocó la protesta internacional,quefueaprovechadaporEEUUparaintervenir./Militarmente la guerra no era favorable para los españoles, ya que ésta se desarrollaba en la selva, la manigua, y contra unas fuerzas muy extendidas por todo el territorio, que se concentraban y dispersaban rápidamente. Ni los soldados españoles estaban entrenados para hacer una guerra de este tipo, ni contaba con los medios adecuados. El mal aprovisionamiento, la falta de pertrechos y las enfermedades tropicales causaron gran cantidad de bajas al ejército español, haciendo la victoria final un objetivo cada vez más difícil de alcanzar./Tras el asesinato de Cánovas, en 1897, el nuevo gobierno liberal, consciente del fracaso de la vía represiva de Weyler decidíó sustituirlo por el general Blanco. Al mismo tiempo se inicia una estrategia de conciliación que llevase a los separatistas a aceptar una fórmula que mantuviese la soberanía española en la isla y evitase el conflicto con EEUU. Se decretó la autonomía de Cuba y el sufragio universal masculino, la igualdad de derechos entre insulares y peninsulares y la autonomía arancelaria. Pero estas reformas llegaron demasiado tarde y los independentistas, con el apoyo de los norteamericanos, se negaron a aceptar el fin de las hostilidades declarado unilateralmente por España.2.2. La insurrección de FilipinasParalelamente al conflicto cubano, en 1896 se produjo la rebelión de las Islas Filipinas. La colonia del Pacífico había recibido una escasa inmigración española y contaba con una débil presencia militar, que se veía reforzada por un importante contingente de misioneros de las principales órdenes religiosas./Los intereses económicos españoles eran mucho menores que en Cuba, pero se manténían por su producción de tabaco y por ser una puerta de intercambios comerciales con el continente asíático./El independentismo filipino fraguó en la formación de la Liga Filipina, fundada por José Rizal en 1892, y en la organización clandestina Katipuman. Ambas tuvieron el apoyo de una facción de la burguésía mestiza hispanoparlante y de grupos indígenas./La insurrección se extendíó por la provincia de Manila y el capitán general Camilo García Polavieja llevó a cabo una política represiva, condenando a muerte a Rizal a finales de 1896. El nuevo gobierno liberal de 1897 nombró capitán general a Fernando Primo de Rivera que promovíó la negociación indirecta con los principales jefes de la insurrección, dando como resultado la pacificación momentánea del archipiélago.2.3. La intervención de los Estados Unidos.Estados Unidos había fijado su área de expansión en la regíón del Caribe y, en menor medida, por el Pacífico donde ya había dejado sentir su influencia en Hawai y Japón. El interés de EEUU por Cuba le había llevado a realizar diferentes propuestas de compra de la isla (la última en Marzo del 98), propuestas que España siempre rechazó. El compromiso norteamericano con la causa independentista cubana se evidenció a partir de 1985, cuando Mckinley mostró abiertamente su apoyo a los insurrectos, a quienes suministraba armas por vía marítima./La ocasión para intervenir en la guerra la dio el incidente del acorazado Maine, que estalló en el puerto de la Habana el 15 de Febrero de 1898 provocando casi 300 muertos. EEUU culpó falsamente del hecho a agentes españoles y envió un ultimátum a España en el que se exigía su retirada de Cuba. El gobierno español negó cualquier implicación con el hundimiento del Maine rechazando el ultimátum y amenazando con declarar la guerra en caso de invasión de la isla./Los dirigentes políticos españoles eran conscientes de la inferioridad militar española, pero consideraron humillante la aceptación, sin lucha, del ultimátum. Comenzaba así la guerra hispano-norteamericana. Las fuerzas eran desiguales: a la pujanza económica y militar americana sólo se le opónía un viejo y mal dotado ejército./En Mayo de 1898, España envió una flota al Caribe para defender Cuba y Puerto Rico, al mando del almirante Cervera siendo destruida en la bahía de Santiago de Cuba (Julio 1898) por los barcos americanos blindados y con cañones de mayor alcance.Las tropas americanas desembarcaron en Cuba y ocuparon fácilmente la isla. Pero EE.UU. En ningún momento reconocíó al gobierno independiente de Cuba./En Filipinas, el general Aguinaldo, apoyado por Estados Unidos, reanudó la lucha. Al año siguiente, aprovechando la guerra entre España y Estados Unidos (1898), ocupó todo el territorio excepto Manila, que destruyó la escuadra española en Cavite (Abril de 1898).
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