24 Ene
Existencia de Dios: Perspectivas Filosóficas de Aristóteles a Wittgenstein
Aristóteles
- Primer principio del movimiento: Parte del supuesto de que todo lo que se mueve es movido por algo y que, como no podemos remontarnos hasta el infinito en la serie de las causas del movimiento, hemos de concluir que existe una primera causa llamada motor inmóvil, generador del movimiento e inmóvil en sí mismo porque, si se moviera, debería estar movido por otro motor.
- Potencia y acto: Diferencia entre lo que es (esencia) y lo que se puede ser o no se puede llegar a ser. Ser en acto es lo que ya es actualmente y ser en potencia es lo que aún no es, pero puede llegar a ser.
San Anselmo
Plantea un curioso argumento para demostrar la existencia de Dios, llamado argumento ontológico. Concebimos a Dios como lo más perfecto que pueda pensarse, y esa idea puede ser comprendida por cualquiera. Si un ser tiene todas las perfecciones, no se le puede negar la existencia, ya que, si no, no sería perfecto. Y si lo concibiéramos existente solo en la mente, negaríamos la máxima perfección, que sería su existencia en la realidad.
Santo Tomás de Aquino
Para él, la creacionalidad del ente creado se pone de manifiesto en un dato objetivo, que es la finitud: es el dato objetivo que nos dice que los entes existen, pero podrían no existir. A partir de la observación de la naturaleza, se puede llegar a la demostración de la existencia de Dios creador. Hay cinco vías:
- La que parte del movimiento y concluye con la existencia de un primer motor inmóvil, Dios.
- La que parte de la causación de los seres y concluye la existencia de un ser necesario.
- La que parte de la contingencia de los seres y concluye con la existencia de un ser necesario.
- La que parte de los grados de perfección entre las criaturas y concluye la existencia de un ser perfectísimo.
- La que parte de la finalidad en todos los seres naturales y concluye la existencia de un ser inteligente causante de dicha finalidad.
Descartes
Quiere vivir en la certeza y, para ello, necesita saberlo todo para creerse las cosas y saber que existen y son verdad. Esta es su gran preocupación, y el problema surge de la ausencia de tal certeza, que es Dios.
Leibniz
Para él, la metafísica es una reflexión sobre el ser a partir de la opción de posibilidad. Parte de la premisa de que Dios existe y ha creado el mundo. La creación consiste en convertir lo que es meramente en actual. Este mundo, antes de ser creado, era pensado en la mente de Dios, y ese pensamiento se transformó en realidad actual a través de un acto creador.
Kant
Se pregunta si es posible un conocimiento de Dios, del alma y del mundo obtenido por una mera deducción lógica a partir de estos conceptos, como pensaba Descartes. Y la respuesta es no. Para él, el conocimiento se apoya en dos pilares, que son los conceptos y las impresiones sensibles, y si falta una de ellas, es imposible el conocimiento. Para tener conocimiento de Dios, del alma y del mundo, se necesitan conceptos e impresiones. Sí tenemos el concepto de mundo como totalidad de fenómenos físicos, la del alma como los psíquicos y la de Dios como la totalidad absoluta de lo real, pero no poseemos, sin embargo, las impresiones de Dios, alma y mundo, ya que son totalidades, y nuestra impresión sensible jamás nos ofrece totalidades. Por lo tanto, no es posible tener un conocimiento, y la metafísica no es un saber científico.
Nietzsche
Critica duramente a la religión y dice que afirmar la existencia de otro mundo es consecuencia de cobardía, de no aceptar este con su carga inevitable de sufrimiento y miseria. Critica la pretensión de la metafísica de exponer el orden trascendental del ser. Además, dice que todo tiene un continuo movimiento y transformación. Defiende que la racionalidad del ser se comprueba al describirlo mediante conceptos que muestran lo inmutable del sujeto que conoce y del objeto representado. Es decir, que el sujeto no es inmutable porque está en continuo devenir o transformación, al igual que el objeto.
Wittgenstein
Para él, solo tienen significado aquellas proposiciones que podemos verificar y falsar mediante el método científico. Expone que el problema de la vida y su sentido es un asunto que la ciencia no puede responder, porque depende de una comprensión global del mundo y de la vida como totalidad. Además, dice que la metafísica se ocuparía de cuestiones relativas al sentido, ajenas a las ciencias naturales, cuestiones que él resume en lo místico: estética, ética y religión. Estos saberes se expresan en proposiciones que, si bien no se pueden verificar ni falsar, se pueden mostrar.
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