01 Dic
La Suma Teológica de Tomás de Aquino
La Suma Teológica es la obra principal de Tomás de Aquino, a la cual dedicó gran parte de su vida. En esta obra, Aquino realiza una síntesis del pensamiento medieval, buscando armonizar la filosofía aristotélica con los principios del cristianismo. Esta tarea ya había sido abordada por pensadores como Avicena en el contexto islámico y Maimónides en el judaísmo. A principios del siglo XIII, algunas obras de Aristóteles estaban prohibidas por considerarse incompatibles con el cristianismo, lo que da cuenta de la dificultad de la labor de Aquino. Sin embargo, Tomás de Aquino no se limitó a replicar a Aristóteles, sino que construyó un sistema filosófico propio, incorporando influencias de Platón, San Agustín y Avicena. Su filosofía, por tanto, presenta tensiones teóricas al intentar integrar la complejidad de la realidad con las cuestiones teológicas más profundas. Aquino es uno de los máximos representantes de la escolástica y su influencia se extendió a lo largo de la Edad Media.
La Suma Teológica, obra clave e inacabada de Tomás de Aquino, aborda temas teológicos fundamentales como la existencia de Dios, la relación entre razón y fe, y la naturaleza divina. En esta obra se presentan las famosas cinco vías, argumentos para demostrar racionalmente la existencia de Dios. Si bien la influencia aristotélica es evidente, la obra también refleja la subordinación de la filosofía a la teología, característica del pensamiento medieval. Los principios filosóficos se orientan a la resolución de problemas teológicos. La Suma Teológica es un compendio del pensamiento medieval, donde temas como la metafísica, la teoría del conocimiento, la ética y la política se abordan desde una perspectiva teológica y religiosa.
El texto en cuestión se centra en la evidencia de la existencia de Dios. Siguiendo el método escolástico, Tomás de Aquino no presenta directamente la demostración, sino que aborda cuestiones previas, como la pregunta: ¿Es la existencia de Dios evidente? Si la existencia de Dios fuera evidente, demostrarla sería innecesario. La respuesta de Aquino es que la existencia de Dios es evidente en sí misma, es decir, la existencia es inherente al concepto de Dios. Sin embargo, nuestro conocimiento de la esencia divina es limitado, por lo que la existencia de Dios no es evidente para nosotros. Por lo tanto, es necesario demostrar la existencia de Dios a partir de sus efectos, es decir, de aquello que nos es más cercano.
Conceptos Clave
Evidente en sí mismo: Algo es evidente en sí mismo cuando la información del predicado está contenida en el sujeto. Es una condición lógica similar a los juicios analíticos kantianos.
Existencia: Es el atributo esencial de Dios. Dios es su propia existencia, el único ser cuya esencia incluye la existencia. Dios es el ser necesario, aquel que no puede no existir. Conocer la naturaleza divina implica admitir su existencia.
Evidente para nosotros: Una proposición es evidente para nosotros cuando la relación entre sujeto y predicado es conocida. Es una evidencia adaptada a las limitaciones del conocimiento humano. Requiere un conocimiento exhaustivo del sujeto y del predicado, lo cual no es posible con la naturaleza divina.
Demostrar: Para Tomás de Aquino, demostrar es hacer comprensible a través de la razón algo cuya naturaleza no es evidente para nosotros. Aunque el conocimiento de Dios es limitado, Aquino cree posible demostrar su existencia a partir de sus efectos.
Efectos: Aquello que procede de una causa. En el pensamiento tomista, los efectos son todo lo creado por Dios, el punto de partida para demostrar su existencia. A partir de la creación, se puede demostrar la existencia de Dios como causa primera.
Filosofía: Estudio de los objetos de conocimiento independientemente de la revelación.
Teología natural: Estudio de la parte de la revelación que puede demostrarse racionalmente.
Teología revelada: Estudio de las proposiciones conocidas por la revelación e inaccesibles a la razón humana.
Gracia: Don espiritual de Dios al hombre que permite la unión con Dios y la divinización.
Libre albedrío: Facultad de la voluntad para elegir libremente.
Principio de individuación: Es la materia individual, distinta de la materia común. Tomás de Aquino distingue entre el cuerpo individual, que determina la naturaleza de cada individuo (lo que diferencia a Pedro de Juan), y el cuerpo o materia común, que forma parte de la esencia humana y es compartido por Pedro y Juan.
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