04 Dic
Definición de Términos
Luz: En el Mito de la Caverna, la luz se corresponde con la metáfora de la Idea del Bien, que funciona como principio de todo ser y conocer, similar al Sol. Esta permite la visión y generación de las cosas en el mundo perceptivo. En oposición a las sombras, la luz representa la sabiduría y el mundo ideal.
Sombras: En contraposición a la luz, que simboliza el mundo ideal y el conocimiento verdadero, las sombras representan las apariencias del mundo tangible.
Realidad: Platón distingue dos modos de realidad: la inteligible y la sensible. La primera, la Idea, es inmaterial, eterna y estática. La realidad sensible, formada por las cosas, tiene carácter material, corruptible, dinámico y es una copia de la Idea. La realidad intangible (mundo ideal) se corresponde con el verdadero ser, mientras que la realidad tangible (mundo sensible), al estar sometida a constante cambio, nunca se considera verdaderamente real. Solo la Idea es susceptible al episteme (verdadero conocimiento). La realidad sensible solo es susceptible de opiniones (doxa).
Exposición de la Temática del Texto
El fragmento elegido de Platón desarrolla su famoso Mito de la Caverna. Este símil es la herramienta que utiliza el filósofo para explicar la situación del ser humano con respecto al conocimiento. Según esta teoría, existen dos mundos: el mundo sensible (conocido a través de los sentidos) y el mundo de las ideas (solo alcanzable a través de la razón).
Platón describe en su mito una gruta cavernosa, donde unos hombres permanecen prisioneros desde su nacimiento, encadenados de cuello y piernas, de forma que solo pueden mirar hacia la pared del fondo y no pueden escapar. Detrás de ellos, hay un muro con un pasillo, luego una hoguera y la entrada de la cueva que da al mundo exterior. Por el pasillo del muro circulan hombres cuyas sombras se proyectan en la pared que los prisioneros ven.
En este mito, el ser humano se identifica con los prisioneros. Las sombras de los hombres y las cosas proyectadas son las apariencias, lo que captamos a través de los sentidos y consideramos real (mundo sensible). Las cosas naturales, el mundo fuera de la caverna que los prisioneros no ven, representan el mundo de las ideas, donde la máxima idea, la Idea del Bien, es el sol. Uno de los prisioneros logra liberarse y salir de la caverna, conociendo así el mundo real. Este prisionero liberado es quien debe guiar a los demás hacia el mundo real, simbolizando al filósofo.
En su teoría del conocimiento, Platón distingue dos tipos: el conocimiento referido a los sentidos, denominado doxa (opinión, creencia), y el referido a la razón, denominado episteme. La doxa puede referirse al mundo visible y a las creencias que formamos sobre él. La episteme se refiere tanto al mundo de las ideas como al mundo de las matemáticas. Platón distingue diferentes vías de acceso al mundo de las Ideas: dos de carácter teórico y dos relacionadas con la belleza, el amor y la purificación.
En el camino hacia el conocimiento hay tres etapas:
- Opinión: falta de rigor y muy subjetiva. Razón intuitiva.
- Creencia: objetiva pero poco rigurosa. Razón discursiva.
- Saber: el conocimiento, la contemplación de las Ideas. Razón epistemológica.
Comparación Platón-Aristóteles
Para Platón, no solo existen dos mundos (sensible e inteligible), sino que el mundo inteligible y trascendente es el más real. Para Aristóteles, el único mundo que existe es el sensible, constituido por las cosas. El concepto de idea platónico (esencia de las cosas, lo trascendente) se acerca en cierta medida a las formas aristotélicas (que se encuentran en la materia).
Para Platón, el alma es inmortal y se separa del cuerpo, siendo su estado con este antinatural. Para Aristóteles, el alma es mortal, unida de forma natural y esencial al cuerpo, formando juntos el ser. Para Platón, el conocimiento de la realidad culmina en la contemplación de la Idea del Bien. Para Aristóteles, el conocimiento teórico finaliza con la contemplación de Dios, entidad primera, principio del universo y motor inmóvil (no inactivo, pues Dios es acto). Ambos coinciden en señalar la prudencia como virtud fundamental. Platón dice que es la virtud de la razón. También coinciden en lo referido a la justicia.
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