04 Feb

La Generación del 27: Características y Trayectoria Poética

El Teatro Lorquiano

En 1927 se celebró un acto de homenaje al escritor barroco Luis de Góngora, al que acudieron jóvenes poetas que lo reivindicaban por su esteticismo, su ausencia de sentimentalismo y su cuidado de la forma. De este encuentro surgió el llamado Grupo del 27, también conocidos como Poetas de la República. Sus miembros fueron amigos, colaboraron en las mismas revistas, figuraron en distintas antologías y escribieron acerca de sus compañeros de grupo.

La estética del 27 es ecléctica: su rasgo más característico es la mezcla de tradición y vanguardia. Admiran la poesía popular, que se manifiesta en el folclore y los romances (neopopularismo), y sienten devoción por la literatura clásica española. Admiran a Bécquer, Antonio Machado, Rubén Darío y Juan Ramón Jiménez. Acogen con entusiasmo la influencia de los movimientos vanguardistas.

Aspiran a una poesía pura, lúdica y deshumanizada, pero también son capaces de emplear técnicas surrealistas para bucear en lo más profundo del ser humano. Desean expresar lo más hondamente español, sin dejar de estar abiertos a la influencia de las corrientes extranjeras.

La poesía del 27 pasó por tres etapas correspondientes a distintas orientaciones poéticas:

  • Poesía pura: En la década de los 20, tenía el objetivo de desencadenar emociones intelectuales rechazando lo anecdótico y sentimental, así como los elementos extrapoéticos como la política o la crítica social. Siguen el magisterio de Juan Ramón y Góngora, y es también el periodo de auge del neopopularismo. Es una poesía muy intelectual y formalista.
  • Surrealismo y rehumanización: En la época de la República, la poesía se interesa de nuevo por los conflictos humanos. Esta etapa estará caracterizada por la influencia del surrealismo, que reintroduce temas del romanticismo como la angustia existencial, la reivindicación de la libertad amorosa y sexual. También se introducen temas políticos acordes con los conflictos de la II República.
  • Guerra Civil y exilio: Periodo de gran afectación a la Generación, donde Lorca o Miguel Hernández (El rayo que no cesa) morirán y el resto se exiliará, manteniéndose solo en España Gerardo Diego, Dámaso Alonso (El viento y el verso) y Vicente Aleixandre, quienes tendrán un papel decisivo en la posterior poesía de postguerra. Esta poesía se diversificará según los autores y sus circunstancias.

Poetas y Obras Destacadas

En cuanto a los poetas y sus obras:

  • Jorge Guillén: Es el poeta más intelectual del grupo. Su obra se acerca a la poesía pura. Usa un léxico muy elaborado, con pocos adornos y mucha densidad. En Cántico expresa su entusiasmo ante la vida y su pasmo ante sus maravillas; en Clamor protesta airadamente contra las injusticias del mundo.
  • Pedro Salinas: Dentro de la corriente de la poesía pura, es el que trata mejor el tema amoroso en La voz a ti debida, donde presenta a un ser humano que está solo completo cuando la voz del amor lo lleva a un espacio místico en el que los amantes encuentran la plenitud absoluta, la identidad y el gozo.
  • Rafael Alberti: En Marinero en tierra, expresó la nostalgia por su Cádiz natal, que identifica con la infancia y el paraíso perdidos, siguiendo la estética neopopularista. Sobre los ángeles se orienta al surrealismo y El poeta en la calle a la denuncia social.
  • Luis Cernuda: Anhela un mundo habitable y humano donde se disfrute con libertad la belleza y el amor, pero sólo encuentra desesperanza y dificultad para adaptarse a un entorno hostil. Agrupa sus obras en La realidad y el deseo, de notable influencia surrealista y expresión vehemente, donde explora la posibilidad del amor para unir los cuerpos y los espíritus de los enamorados.
  • Vicente Aleixandre: Reflexiona sobre el amor, la naturaleza y la muerte. Es el poeta más influido por el surrealismo: abundan en él las imágenes sorprendentes y grandiosas y versículos de sonoridad y contenido solemne de Espadas como labios.
  • Dámaso Alonso: Desarrolla su obra más importante después de la guerra civil. Hijos de la ira, publicado tras la Guerra, inaugura la poesía desarraigada, que se convierte en el medio por el que el ser humano expresa su dolor vital, con una forma voluntariamente antirretórica.

Las Sinsombrero

Se llama Las Sinsombrero a las mujeres del grupo del 27: poetisas, narradoras, dramaturgas, artistas.

  • Ernestina Champourcín: Recibió una fuerte influencia de la poesía pura y de la vanguardia, pero no renunció a las formas clásicas. Se sumerge en el amor humano y el divino con una poesía conmovedora.
  • Concha Méndez: Partió de una tendencia neopopular y recibió influencias del futurismo y del ultraísmo. Más tarde su poesía se entristece y refleja la añoranza de los seres queridos, la voluntad de resistir, la soledad, el dolor.
  • Carmen Conde: Primera académica de número de la RAE, publicó ensayo, poesía, teatro, relato, novela…

También son autoras muy importantes de esta generación Rosa Chacel y María Zambrano, aunque no son poetas sino novelista la primera y ensayista y filósofa la segunda.

Federico García Lorca

Federico García Lorca, asesinado en agosto de 1936, muestra una vitalidad desatada junto a un profundo sentimiento de frustración. Los grandes temas de su producción son el destino trágico, la muerte inevitable y el amor imposible.

En Romancero gitano suma la influencia de la poesía popular, del surrealismo y del modernismo, y convierte al pueblo gitano en el símbolo de las personas enfrentadas a su propio destino fatal. En Poeta en Nueva York muestra con técnicas surrealistas la conmoción que sufrió al visitar la ciudad: el progreso se había convertido en una cárcel para el ser humano, en la negación de la naturaleza, del instinto, de la comunicación y de la felicidad.

En su teatro aparecen las mismas obsesiones que configuran su poesía. Escribe farsas para guiñol y para actores de carne y hueso (Amor de don Pelimplín con Belisa en su jardín). El drama Doña Rosita la soltera o el lenguaje de las flores muestra la paulatina destrucción de una mujer abandonada por su novio, que se niega a reconocer su situación y se convierte en motivo de burla o compasión en su pueblo. Si en las tragedias clásicas el destino venía del exterior (un dios, el oráculo, la ley), en las suyas viene de las entrañas, del subconsciente.

Bodas de sangre muestra cómo, el mismo día de su boda, la novia escapa con su antiguo novio, Leonardo. El marido los encuentra y los dos hombres se matan a navajazos. Mezcla verso y prosa y elementos verosímiles con fantásticos, poniendo, por ejemplo, a la luna como personaje. Yerma presenta la angustia de una mujer casada que ansía sobre todas las cosas tener hijos y no puede. En La casa de Bernarda Alba, tras la muerte de su segundo marido, Bernarda impone a sus hijas un luto riguroso, que las aísla del mundo. El conflicto entre las mujeres por el amor de Pepe el Romano provoca la catástrofe. Los temas fundamentales son la opresión, la negación del derecho de una persona a luchar por sus deseos y la moral hipócrita. Fuera del ciclo de tragedias, en El público, desarrolla un teatro surrealista, de difícil comprensión para los espectadores.

La Generación del 14 y las Vanguardias

La Generación del 14

La Generación del 14 está formada por un grupo de intelectuales de principios de siglo, que se caracterizan por su voluntad de intervención en la política, su carácter reformista, su europeísmo, su elitismo y su racionalismo antirromántico.

En el ensayo destaca José Ortega y Gasset, el líder intelectual de esta generación, que plantea los grandes problemas de su tiempo desde una perspectiva que llama raciovitalista, que no renuncie a la tradición del pensamiento europeo pero que afronte las grandes transformaciones de principios de siglo teniendo en cuenta razón y vida: “la razón vital”. Su obra más importante es La rebelión de las masas. También es importante porque afronta las grandes transformaciones estéticas de su tiempo en La deshumanización del arte.

Otros ensayistas que pueden citarse son Gregorio Marañón, Salvador de Madariaga o Eugenio D’ors.

En novela destacan dos autores: Ramón Pérez de Ayala, con una novela muy intelectual, cercana al ensayo; destacan obras como Troteras y danzaderas y Tigre Juan, el curandero de su honra. El valenciano Gabriel Miró destaca por su prosa cuidada, sensual y descriptiva. Sus obras más importantes son El obispo leproso y Las cerezas del cementerio.

En poesía podemos situar en esta generación, aunque su figura no se puede reducir a ella, a Juan Ramón Jiménez, premio Nobel de literatura y uno de los poetas más influyentes del SXX.

Su obra, muy ambiciosa y exigente, está caracterizada por la búsqueda de la belleza absoluta. Se puede dividir en tres etapas:

  • La primera etapa, que él llama sensitiva, se caracteriza por la influencia del modernismo más intimista y de Gustavo Adolfo Bécquer. Destacan obras como Ninfeas o Arias tristes.
  • La segunda etapa, la de la poesía pura o intelectual, sobre todo a partir de su libro Diario de un poeta recién casado, se caracteriza por su esencialismo intelectual. Es una poesía desprovista de anécdota en que el poeta quiere nombrar lo que es esencial y permanentemente bello.
  • La última etapa, escrita ya en el exilio y denominada por él etapa suficiente, es una poesía casi mística en que el poeta alcanza una fusión de la conciencia con la totalidad con una sensación de plenitud. Destaca su poema Espacio y los libros La Estación total y Dios deseado y deseante.

Las Vanguardias

En las primeras décadas del SXX se produce una transformación radical en las artes. Esto es debido en parte a las grandes transformaciones sociales producidas por la segunda revolución industrial y la crisis de la sociedad burguesa que culmina en la primera guerra mundial. Los nuevos movimientos artísticos rompen radicalmente con la idea de arte como imitación de la naturaleza, quieren una transformación total del lenguaje artístico que no tiene nada que ver con la tradición, rompen con la distinción entre vida y arte y se caracterizan por su hermetismo formal y su irracionalismo.

En literatura destaca el futurismo de Marinetti, que quiere que el arte se adapte a las transformaciones tecnológicas; el dadaísmo de Tristan Tzara, caracterizado por su irracionalismo y su carácter performático; el cubismo de Apollinaire, con sus caligramas; y el surrealismo de Andre Breton, que, siguiendo las teorías de Sigmund Freud, quiere liberar el inconsciente oprimido por la razón y las normas sociales.

En España hay dos movimientos: el ultraísmo, influido por el futurismo y el cubismo de Apollinaire, con autores como Guillermo de la Torre; y el creacionismo, más influido por el chileno Vicente Huidobro.

Al margen de todo movimiento destaca Ramón Gómez de la Serna (también se le puede colocar en la Generación del 14) con sus “greguerías”, textos cortos que combinan metáfora más humor y que suponen una importante renovación del lenguaje. Posteriormente influiría mucho el surrealismo, pero esa influencia es ya de la Generación del 27.

En Hispanoamérica destaca Vicente Huidobro, creador del creacionismo: “poetas no pintéis la rosa, hacedla crecer en el poema”, que plantea una transformación radical del lenguaje. Su libro más importante es Altazor. El peruano César Vallejo escribe en Trilce uno de los mejores poemarios de su tiempo. Tiene en común con las vanguardias el carácter irracional de sus imágenes y la transformación del lenguaje hasta la pérdida de sentido, pero supera el formalismo con una poesía muy atormentada que expresa como nadie el dolor del poeta.

En definitiva, en este tema hemos afrontado un movimiento intelectual como la Generación del 14, que va a tener una gran importancia en la generación siguiente tanto por las transformaciones políticas que llevarán a la II República como por la influencia de autores como Ortega y Gasset y Juan Ramón Jiménez.

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