23 Feb
Literatura: Un Universo de Textos Diversos
Cuando se emprende la tarea de definir la literatura, uno se encuentra con una dificultad inicial: cómo nombrar una pluralidad de textos tan diversos. Encontrar rasgos comunes en un conjunto de elementos tan diferentes entre sí es un problema que para muchos aún no se ha resuelto.
La literatura, como discurso social, se distingue de otros discursos (histórico, político, científico) por el uso especial que los escritores hacen del lenguaje.
La literatura se diferencia por una serie de rasgos particulares y por la preeminencia de la función poética del lenguaje. Se considera literario a un texto cuando no tiene una finalidad utilitaria, sino estética. Para ello, el escritor presenta un discurso donde se evidencia de forma organizada el lenguaje ordinario y sus códigos.
Características del Discurso Literario
- Ficción: No copia ni imita la realidad tal cual es, sino que crea una realidad paralela por medio de las palabras. El mundo literario tiene personajes, historia y leyes propias que se presentan como creíbles para el lector. La palabra ficción no es sinónimo de mentira, pero tampoco de verdad.
- Uso Especial del Lenguaje: La literatura utiliza el lenguaje de una forma diferente, potenciando su belleza por medio del lenguaje poético. Predominan los significados connotativos, que hacen posibles las diferentes interpretaciones.
- El Lector: Al igual que el autor, el lector tiene la misma importancia o más dentro de la literatura; sin él, no tendría sentido. Es necesario y fundamental realizar un pacto o contrato tácito con la literatura, sino leerla no tendría sentido.
Clasificación de Obras Literarias
Todo conjunto amplio de elementos requiere, para su comprensión, una división y clasificación interna. Con los textos literarios sucede lo mismo. Desde la Grecia antigua hasta la actualidad, las personas interesadas en la literatura, es decir, los que producen y consumen, han intentado encontrar características y criterios que permitan clasificarla.
La primera clasificación de los textos literarios es la propuesta por Aristóteles en su libro La Poética. En esta obra, la primera que hace un estudio sobre la literatura, el filósofo griego plantea que la literatura es imitación y que la distribución en géneros se sustenta sobre los modos de imitación que propone cada texto.
Los Géneros Literarios
Escritores, lectores, editores y estudiosos coinciden en clasificar en general las obras literarias.
Según la edición clásica, los textos literarios se reúnen en tres géneros: narrativo, lírico y dramático. La pertenencia de una obra a un género está dada por una serie de rasgos que comparte con otros textos, por ejemplo, la estructura dialógica en los textos teatrales o la voz narradora en los cuentos y novelas.
- Género Narrativo: Las obras que conforman este tipo de género se caracterizan por la presencia de un narrador que cuenta hechos que les suceden a los personajes en un tiempo y espacio más o menos definido. Otra característica fundamental es que tienen que estar escritas en prosa. Las formas narrativas más comunes son el cuento y la novela, aunque también se incluyen las fábulas, mitos y leyendas.
- Género Lírico: Se caracteriza por la marcada presencia de la función emotiva o expresiva del lenguaje. El «yo lírico» es el encargado de expresar en el poema diferentes subjetividades (emociones, sentimientos, etc.). Una característica fundamental de este tipo de género es la escritura en versos, donde el ritmo cumple una función esencial.
- Género Dramático: Estas obras pertenecientes a los textos dramáticos están destinadas a la representación escénica de los mismos. La historia se da a conocer mediante los diálogos que mantienen los personajes entre sí. Los textos que se encuentran aquí son las obras de teatro.
Todas las obras transtextuales mantienen relaciones explícitas o implícitas con otras obras del mismo género o de otros géneros. El teórico francés Gérard Genette denominó transtextuales a estas relaciones y distinguió 5 tipos diferentes: paratextualidad, metatextualidad, architextualidad, hipertextualidad e intertextualidad.
La Intertextualidad
Es una relación de correspondencia entre dos o más textos. Su forma más explícita y literal es la cita, pero también se incluye en esta categoría el préstamo y la alusión (referencia al texto sin nombres).
Las obras literarias hacen permanente referencia a otros textos. Estos pueden ser de los más diversos autores, de cualquier tiempo y lugar. Debido a esto, se dice que los autores dialogan con otros, anteriores o contemporáneos. Es por esto que ningún texto literario resulta radicalmente original, siempre es la marca de una lectura y una apropiación generalizada de textos anteriores.
Las Oraciones Compuestas
A diferencia de la oración simple (unimembre y bimembre) que tiene sentido completo y autonomía sintáctica, la oración compuesta (OC) está formada por proposiciones con sentido completo, pero sin independencia sintáctica. Las proposiciones se encuentran al mismo nivel sintáctico y admiten el mismo análisis que una oración simple. Cada una tiene su propio sujeto y predicado verbal.
Coordinación y Yuxtaposición
Las proposiciones que integran una oración compuesta pueden relacionarse entre sí por medio de dos procedimientos: la coordinación y la yuxtaposición. Hay coordinación cuando las proposiciones están relacionadas por un nexo coordinante o conjunción. Por otro lado, hay yuxtaposición cuando las proposiciones se relacionan mediante un signo de puntuación (coma, dos puntos o punto y coma).
Nexos Coordinantes
- Conjunción: Son palabras que se usan para vincular oraciones y proposiciones.
- Proposición: Es parte de una estructura mayor llamada oración.
Según su significado se clasifican en:
- Copulativas: Expresan suma (y, e, ni).
- Disyuntivas: Señalan una opción (o, u).
- Adversativas: Expresan una oposición (pero, sin embargo, no obstante).
- Consecutivas: Marcan una consecuencia (así que, entonces, por eso).
La Figura del Héroe en la Literatura
El héroe es una de las figuras principales de la literatura y, en especial, de la época de los cantares de gesta. Sin embargo, no todos los héroes son iguales ni representan los mismos aspectos, aunque todos poseen características excepcionales que los destacan del resto de los hombres. Así, nos encontramos con héroes que se destacan por su fortaleza física o por su valentía, pero también hay otros cuyo rasgo distintivo es la astucia, la inteligencia o la mesura. Además de estas características, los héroes también se distinguen del resto de los humanos por sus acciones: son capaces de llevar adelante hazañas dignas de elogio y admiración. En los relatos sobre héroes, la patria es muy importante, cumple un rol, pues el honor y la gloria se constituyen en la lucha por ella. La patria es mucho más que la tierra en la que estos nacen; este concepto hace referencia también a la moral, la religión, las costumbres y la cultura a la que pertenecen o defienden. Desde la antigüedad y durante la Edad Media, la épica y los cantares de gesta fueron los géneros literarios a través de los que se contaron las historias de los héroes más populares.
El Héroe Medieval: Mio Cid
La composición del Cantar de Mio Cid se sitúa en la Edad Media de los siglos XI y XII. En esta sociedad, el principal modelo humano era el caballero, el héroe protector del pueblo que encarna los ideales de justicia.
El Cantar de Mio Cid es el poema nacional de Castilla (España) y exalta las proezas de Rodrigo Ruiz Díaz de Vivar (Mio Cid), que lucha contra los moros para recuperar territorios ocupados. Este poema es el monumento literario español que se conserva casi íntegro en lengua romance y narra la vida aventurera del Cid. Las cualidades que destacan al héroe español son la mesura, la prudencia, la inteligencia y el buen sentido para enfrentarse a las injusticias y adversidades.
La Temprana y Alta Edad Media
Luego de la desaparición del Imperio Romano de Occidente, en el centro de Europa se inició un período llamado Temprana Edad Media (del siglo V al VIII). En este tiempo se produjo la aceptación de la cultura germánica y la separación entre el occidente latino y el occidente griego. En el plano cultural, la Iglesia Cristiana actuó como salvaguarda de los restos de la cultura latina. A principios del siglo VIII, los árabes invadieron España y la isla de Sicilia, quisieron avanzar sobre toda Europa, pero fueron derrotados por un caudillo franco llamado Carlos Martel. Uno de los descendientes de este fue Carlo Magno, fundador de un imperio que aseguró las fronteras del occidente europeo.
Con Carlo Magno se inició la Alta Edad Media (desde el siglo IX al XI), conocido como Renacimiento Carolingio.
La Plena Edad Media
El renacimiento del siglo XII inició la Plena Edad Media (siglo IX al XII). En esta etapa surge el auge del feudalismo en lo político y en lo económico.
La Baja Edad Media
La crisis del feudalismo inaugura la última etapa, la Baja Edad Media (siglo XIV y XV). Además, surge la aparición del dinero como nueva fuente de riqueza y la burguesía como nuevo grupo social.
La Literatura Europea Medieval
En aquel tiempo no existía la imprenta, entonces leer un texto medieval en un libro impreso era una actividad absolutamente imposible. Toda obra literaria se originaba en la oralidad o en la escritura manuscrita. Además, la mayoría de la población era analfabeta.
La Composición de las Obras
El hecho de saber que la obra literaria que se compone no va a ser leída sino que va a ser escuchada, afecta el modo de componerla: se apela a diversos tipos de repeticiones, en fin, se usarán todos los recursos para dejar una impresión fuerte en la imaginación de la audiencia y para asegurar una correcta comprensión del sentido. Cada vez que un poema oral se recitaba, cada vez que una obra escrita se copiaba (a mano), inevitablemente se producían cambios y variaciones, involuntarias o premeditadas. En consecuencia, las obras literarias medievales eran muy inestables, estaban en un proceso de variación permanente. Por supuesto, esta inestabilidad era la misma para todos los géneros. Una última diferencia notable con los contenidos y la extensión de lo que se entendía por literatura.
Fenómenos Orales y Escritos
Oralidad y escritura NO son simples modalidades de expresión literarias.
- Constituyen tecnologías culturales para el servicio de la comunicación de una sociedad.
- La preminencia de estos tendrá inevitables consecuencias.
- Ahora se deja de lado la literatura escrita en latín durante la Edad Media, muy importante, para explicar la literatura de lenguas modernas.
La Actuación Juglaresca
Durante la Alta Edad Media y durante el siglo XII, en una sociedad casi completamente analfabeta, donde la oralidad era dominante, la figura más importante era la del juglar y su actividad. La actuación juglaresca fue la principal práctica literaria, apoyándose en el ejercicio adiestrado de la memoria y el dominio de la gestualidad y el espacio de actuación. El juglar componía poemas líricos y épicos. Precisamente, el poema épico, o cantar de gesta, era su realización más importante.
El Surgimiento del Verso Escrito
A lo largo del siglo XIII, la escritura siguió desarrollándose y encarando empresas literarias más ambiciosas, ya no solo en verso sino también en prosa: aparecieron las traducciones de la Biblia al francés y al castellano antiguo, crónicas universales y compilaciones de otras las aventuras del ciclo del Rey Arturo. Todas estas obras enormes fueron posibles gracias a una innovación tecnológica: la difusión del papel, soporte de la escritura, mucho más barato y disponible que el pergamino.
La Poesía Épica Medieval
Es un género que se destaca en la Edad Media, tiene sus raíces en la épica de la época germánica, pero solo floreció a fines del siglo XI en Francia y de allí se extendió por el resto de la Europa occidental. Las características de este tipo de poesía son:
- Es una poesía centrada en la figura de un héroe, a través del cual se exaltan las virtudes más apreciadas por una comunidad.
- Es poesía de acción, porque el héroe manifiesta sus virtudes en la acción, de eso resulta una poesía esencialmente narrativa que atrae el interés hacia su héroe mostrando lo que hace: buscar el honor a través del riesgo.
- Su narración es objetiva y de carácter realista, por lo tanto, no hay introspección psicológica de los personajes y sus acciones transcurren no en ámbitos fantásticos sino en ambientes cotidianos para el público.
- Posee linealidad y unidad de acción, es decir que el argumento relata las hazañas del héroe en forma continua sin distraerse en digresiones ni abordar argumentos secundarios.
- Su unidad de composición es el verso y no la estrofa; la versificación se organiza en tiradas de versos de extensión muy variada.
- Se trata de poesía de génesis oral, de allí su carácter lineal y su versificación estrófica, porque para hacerla comprensible y memorizable debe tener una estructura simple.
- Remite a una edad heroica, que está ligada a una función social que consiste en la exaltación de los valores de un pueblo o de los valores de un grupo social.
La Gesta del Cid
El Cantar de Mio Cid está basado en la vida de un personaje histórico: Ruy Díaz de Vivar, el Cid Campeador, famoso guerrero que vivió entre los años 1043 y 1099, sirvió al rey Alfonso VI de Castilla, fue desterrado en dos oportunidades y con un ejército propio conquistó la ciudad y reino de Valencia. Pero el poema no relata con fidelidad la vida del Cid, sino que selecciona algunos hechos de su vida e inventa otros de acuerdo con los patrones épicos comunes a todas las obras del género.
La Organización del Poema
Se organiza en tres cantares que la crítica ha llamado el «Cantar del Destierro», el «Cantar de las Bodas» y el «Cantar de la Afrenta de Corpes», pero en rigor su estructura argumental tiene dos partes: se narra un doble proceso de pérdida y recuperación de la honra.
Cantar de Mio Cid
El Cid se va al destierro: el Cid deja sus casas y sus tierras con sus ojos tan fuertemente llorando, volvía la cabeza, se las quedaba mirando: vio puertas abiertas, postigos sin candados, y las perchas vacías, sin pieles y sin mantos, y sin halcones, y sin azores mudados. Suspiro Mio Cid, que se sentía muy preocupado; hablo Mio Cid, bien y muy mesurado: «Gracias doy, señor padre, que estas en lo alto, esto me han urdido mis enemigos malos».
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