17 Abr

¿Qué es la ciencia?

La ciencia es un conjunto de conocimientos obtenidos mediante la observación y el razonamiento que se organizan de manera sistemática. A partir de este sistema se deducen leyes generales que tienen capacidad predictiva y que pueden ser comprobadas experimentalmente. Existen dos grandes tipos de ciencias:

  • Ciencias formales: como la lógica y las matemáticas, que no estudian hechos reales, sino relaciones abstractas entre símbolos. Estas no se basan en la experiencia ni en la observación, sino en la coherencia interna de los sistemas que construyen.
  • Ciencias empíricas: que sí se basan en la observación del mundo real. Estas se dividen a su vez en:
    • Ciencias naturales: como la física, la química y la biología.
    • Ciencias sociales o humanas: como la historia, la sociología o la psicología.

El problema de la inducción (David Hume)

Uno de los grandes problemas filosóficos de la ciencia es el de la inducción, planteado por David Hume. La inducción es el método por el cual generalizamos a partir de la experiencia. Por ejemplo, si todos los cisnes que hemos visto hasta ahora son blancos, deducimos que todos los cisnes son blancos. Sin embargo, este tipo de razonamiento no nos da certeza, ya que no podemos observar todos los casos posibles. Por tanto, las conclusiones inductivas siempre son probables, pero no seguras. Esto significa que una ley científica puede mantenerse hasta que aparezca un caso que la contradiga.

El problema de la demarcación: ¿qué es ciencia?

El problema de la demarcación se refiere a cómo distinguir lo que es ciencia de lo que no lo es. El verificacionismo, defendido por el Círculo de Viena, sostiene que solo son científicas aquellas proposiciones que pueden ser verificadas empíricamente, bien sea mediante experimentación directa o mediante razonamientos lógicos y pruebas acumuladas. Según esta postura, quedan fuera de la ciencia las afirmaciones filosóficas, religiosas o estéticas, por no poder verificarse.

Frente a esto, Karl Popper propuso el falsacionismo. Para él, ninguna teoría puede verificarse definitivamente, pero sí puede ser refutada si se encuentra un contraejemplo. Por tanto, una teoría es científica si puede ser falsada. La ciencia avanza no confirmando teorías, sino intentando refutarlas. Por ejemplo, la astrología no sería una ciencia, ya que no es posible refutar sus afirmaciones con claridad.

Thomas Kuhn introdujo la idea de que la ciencia no progresa acumulando conocimientos, sino mediante cambios de paradigma. Un paradigma es el modelo que una comunidad científica acepta en un momento determinado. Cuando este modelo deja de explicar las anomalías que surgen, se produce una revolución científica que da lugar a un nuevo paradigma, como ocurrió al pasar del modelo geocéntrico al heliocéntrico.

Por último, Paul Feyerabend defendió el anarquismo metodológico: Según él, no existe un único método válido en ciencia, y esta no es neutral, sino ideológica, como cualquier mito. Propone que en ciencia “todo vale”, incluso ideas alternativas o teorías que contradigan las reglas establecidas. Para él, incluso algunas pseudociencias podrían tener valor.


Metafísica u Ontología: ¿Qué es la metafísica?

La metafísica es la rama de la filosofía que se encarga del estudio del ser en general: sus posibilidades, sus límites y su estructura fundamental. También recibe el nombre de ontología, ya que reflexiona sobre todo lo que existe. La palabra “metafísica” significa “más allá de la física” y fue usada por primera vez para referirse a las obras de Aristóteles que trataban sobre temas que superaban el mundo físico y sensible.

Corrientes metafísicas

Dentro de la metafísica encontramos varias corrientes que intentan explicar qué es la realidad:

  • Realismo ingenuo: afirma que el mundo es tal como lo percibimos, aunque la ciencia ha demostrado que nuestros sentidos pueden engañarnos.
  • Realismo crítico: en cambio, defiende que el mundo existe independientemente de nosotros y que podemos conocerlo cada vez mejor gracias a la ciencia.
  • Realismo especulativo: va aún más allá y considera que la verdad no está solo en la ciencia, sino también en otras formas de conocimiento como el arte, la religión o la literatura.

Por otro lado, el subjetivismo, representado por David Hume, sostiene que no podemos conocer la realidad objetiva. Solo conocemos nuestras propias percepciones, ya que la mente pone filtros a todo lo que captamos. Así, la realidad tal como es en sí misma nos resulta inaccesible.

El problema de los universales

El problema de los universales se refiere a los conceptos generales que usamos para hablar de lo común en varios individuos, como “humanidad” o “animalidad”. En la Edad Media surgieron tres respuestas principales:

  • Realismo: inspirado en Platón, afirma que los universales existen realmente como ideas aparte de los objetos concretos.
  • Nominalismo: defendido por Guillermo de Ockham, niega que existan los universales y sostiene que solo existen los individuos particulares; los conceptos generales son simplemente nombres que usamos para comunicarnos.
  • Conceptualismo: representado por Pedro Abelardo, sostiene que los universales no existen fuera de la mente, sino que son construcciones mentales útiles para organizar nuestra experiencia.

Categorías y modos de ser

Tanto Aristóteles como Kant reflexionaron sobre las categorías y los modos de ser. Para Aristóteles, todo lo que existe se puede clasificar en sustancias y accidentes. La sustancia es aquello que un ser es esencialmente, como un caballo o un ser humano, mientras que los accidentes son las propiedades que pueden cambiar sin que el ser deje de ser lo que es, como el color o la altura. Además, propuso una clasificación de diez categorías: una sustancia y nueve accidentes.

Kant, por su parte, entendía las categorías como estructuras mentales a priori que permiten organizar la experiencia. Según él, no conocemos la realidad en sí misma (el noúmeno), sino solamente los fenómenos, es decir, cómo esa realidad aparece ante nosotros. Las categorías, entonces, no son propiedades del mundo, sino del sujeto que conoce.

Los determinismos

Dentro de la metafísica también se encuentra el debate sobre el determinismo. El determinismo sostiene que nuestros actos están causados por factores externos, por lo que no somos completamente libres. Existen varios tipos de determinismo:

  • Determinismo teológico: afirma que nuestro destino está escrito por una voluntad divina, como muestran las Moiras o las Parcas en la mitología.
  • Determinismo natural: puede ser físico, si entiende que todo en el universo obedece a leyes naturales, o genético, como plantea Richard Dawkins, quien afirma que nuestros genes determinan cómo somos.
  • Determinismo social: considera que el entorno condiciona nuestras acciones. Dentro de este último:
    • Conductismo: sostiene que somos el resultado de estímulos y respuestas.
    • Marxismo: defiende que la estructura económica y social condiciona nuestras decisiones y nuestro comportamiento.

La Libertad: Tipos de libertad

La libertad puede entenderse de diferentes formas:

  • Libertad interna: es la capacidad de decidir por uno mismo sin verse presionado o condicionado por factores externos.
  • Libertad externa: se refiere a la posibilidad de actuar sin obstáculos, como pueden ser leyes, normas o barreras sociales.

Isaiah Berlin propuso distinguir entre libertad negativa y libertad positiva:

  • Libertad negativa: consiste en la ausencia de interferencias: cuanto menos se nos impida hacer lo que queremos, más libres somos.
  • Libertad positiva: en cambio, se refiere a la autonomía, es decir, a la capacidad de tomar el control de nuestra propia vida y decidir con responsabilidad cómo queremos vivir. Esta última postura se opone al paternalismo, que es cuando el Estado impone ciertas decisiones “por nuestro bien”, aunque nosotros no las hayamos elegido.

Libertad como no dominación

Más allá de eliminar leyes injustas, la libertad como no dominación busca identificar y eliminar todas aquellas barreras sociales, mentales o económicas que impiden que las personas puedan ejercer plenamente sus derechos y libertades. Se trata de una concepción más profunda de la libertad, que pone el foco en las condiciones reales que permiten vivir de forma autónoma y sin sometimiento.


La Existencia de Dios: Posturas filosóficas sobre Dios

La pregunta sobre la existencia de Dios ha generado distintas posturas a lo largo de la historia del pensamiento:

  • Teísmo: defiende que Dios existe y que podemos conocerlo. Dentro del teísmo:
    • Fideísmo: considera que solo la fe permite acceder a Dios. Tertuliano afirmaba que la fe debía aceptarse incluso contra la razón, mientras que Lutero pensaba que la fe era más importante que la razón, aunque no la rechazaba por completo.
    • Teología natural: propuesta por Aristóteles, según la cual es posible conocer a Dios solo mediante el uso de la razón.
    • Teología revelada: defendida por san Agustín y santo Tomás de Aquino, sostiene que la razón y la fe se complementan. Agustín considera que la fe debe guiar a la razón, y Tomás de Aquino argumenta que es posible demostrar racionalmente la existencia de Dios mediante sus cinco vías.
  • Ateísmo: por el contrario, niega la existencia de Dios. Para Auguste Comte, la religión es una etapa superada por el desarrollo científico. Karl Marx sostiene que la religión es una herramienta para mantener la opresión, lo que él llama “el opio del pueblo”. Nietzsche proclama que “Dios ha muerto”, lo cual implica que los valores tradicionales han perdido su sentido y que el ser humano debe crear sus propios valores. Sartre, desde el existencialismo, afirma que si Dios no existe, entonces somos absolutamente libres, pero también completamente responsables de nuestras decisiones.
  • Agnosticismo: mantiene que no podemos saber si Dios existe o no. Es una postura de duda o de suspensión del juicio. Por ejemplo, Tierno Galván defendía que era posible vivir sin necesidad de plantearse la existencia de Dios.
  • Postura de la indiferencia: no niega ni afirma la existencia de Dios, sino que considera que el tema no tiene relevancia en la vida práctica.

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