15 Dic

Fábula, Sátira y Epigrama

La Fábula

Este género literario nace en Grecia como reacción ante la poesía de tono elevado y solemne, destinada a los sectores del pueblo sin grandes pretensiones literarias. En efecto, frente a la epopeya, que refleja el lado noble, aristocrático y heroico de la vida, los personajes de la fábula son hombres vulgares, insignificantes y, sobre todo, animales.

La leyenda cuenta que un esclavo frigio, llamado Esopo, imaginó en época remota unos pequeños cuentos morales, cuyos protagonistas eran los animales. Es posible que Esopo no haya existido nunca, pero las fábulas que se le atribuían circulaban de boca en boca por todo el mundo griego.

En Roma, el primer poeta que se enorgulleció de continuar la obra de Esopo fue Fedro.

Vida

De su vida, poco sabemos, salvo que nació en Macedonia y que llegó muy joven a Roma como esclavo de Augusto, quien lo manumitió en consideración a su cultura.

Obra

Escribió 5 libros de fábulas (El lobo y el cordero, Las ranas que pedían rey…).

Valoración

El tema de la opresión del débil por el fuerte es una idea obsesionante en Fedro. Cada fábula pretende mostrar una imagen plástica de gran contenido práctico y moral, que presenta a lo vivo escenas inolvidables de personas y animales.

Influencias

Fedro fue imitado, entre otros, por poetas españoles como Iriarte y Samaniego, y franceses como La Fontaine.

La Sátira

Los romanos, dotados de un espíritu mordaz y polémico extraordinario, desarrollaron en grado sumo este género literario, que consiste en un ataque, más o menos virulento o amable, contra personas, costumbres e instituciones.

El objetivo primordial de la sátira no es hacer reír, aunque frecuentemente lo consiga, sino dar lecciones morales, basándose en la crítica de los vicios sociales. Esta censura está envuelta en ironía, acritud e indignación, y se expresa en un estilo desenfadado.

Este género literario no tiene a Grecia como fuente, sino que nace en Roma, en el último tercio del siglo II a. C. Su creador fue Lucilio, a quien siguieron Horacio y Persio. No obstante, el máximo representante de la sátira romana fue Juvenal.

Juvenal

Vida

Nacido en el Lacio, la vida de Décimo Junio Juvenal transcurrió entre el 55?-135 d. C. Empezó a publicar sus obras ya en edad madura. Fue abogado y maestro de retórica.

Obra

Nos legó 16 sátiras, de extensión muy desigual. Todas ellas consisten en violentos ataques contra las costumbres de su tiempo y contra los abusos de los reinados precedentes, sobre todo el de Domiciano.

Valoración

Dejando a un lado los viejos tópicos de la filosofía moral, como son la avaricia o la ambición, aporta ciertas innovaciones: arremete contra el cosmopolitismo de Roma, contra la invasión de los literatos extranjeros, que hacen aún más dura para los autóctonos la competencia en la captación de generosos protectores; o contra la proliferación abusiva de religiones exóticas.

Es creador de sentencias tan famosas como mens sana in corpore sano o panem et circenses.

El Epigrama

Este género literario tuvo su origen en Grecia, de donde pasó a Roma. Designa una composición poética breve, escrita en dísticos elegíacos. Sus características, además de la concisión, son su tono, casi siempre festivo, y su agudeza, acentuada al final, a modo de aguijón, que lo capacitan para el ataque personal y la denuncia social.

El máximo representante de este género fue Marcial.

Marcial

Vida

Marco Valerio Marcial (45?-104 d. C.), nacido en Bílbilis (Calatayud), cursó sus estudios en Roma, donde fijó su residencia. Para sobrevivir, tuvo que ponerse al servicio de los poderosos, adularlos, divertirlos, soportar las humillaciones y desventuras inherentes a su condición de parásito.

Ya viejo y desengañado de la vida, aceptó una finca que le ofrecieron en su tierra natal, donde murió pronto, abrumado por la nostalgia de Roma.

Obra

Marcial nos ha dejado más de 500 epigramas. En el libro I (Liber Spectaculorum) celebra las maravillas del Anfiteatro Flavio o Coliseo. Los catorce libros restantes constituyen su obra más célebre: los Epigrammata (Epigramas). Los dos últimos de éstos están integrados por apophoretae, composiciones de dos versos cada una, consistentes en dedicatorias a los amigos o invitados en las fiestas Saturnales.

Valoración

Satírico nato, dotado prodigiosamente del don de la observación y del sentido de la comicidad, su natural pereza, unida a la necesidad de improvisación oportuna, le incitaron a elegir un género literario más breve y ágil que la sátira propiamente dicha. Compuso, pues, epigramas, poemitas cortos, que se convierten en este poeta en sinónimo de broma mordaz e ingeniosa.

Cuando su ataque es grosero y violento, tiene la delicadeza de designar a sus víctimas con pseudónimos, rasgo tan inconcebible en su época, que algunos críticos actuales sólo ven en él un simple truco literario, destinado a estimular la curiosidad del lector.

Su obra nos brinda una panorámica pintoresca de la vida cotidiana en la Roma de su tiempo: espectáculos públicos, banquetes lujosos, vida galante, gracias y desgracias de los parásitos, vida de las gentes humildes, ajetreo de la vida urbana, etc.

Marcial muestra un gran dominio de la composición poética, con una versificación de extraordinaria sencillez y naturalidad, a lo que se suma una vigorosa expresión.

Influencias

La influencia de este autor se hace manifiesta en autores españoles como Quevedo e Iriarte.

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