22 Nov
La Relación entre Fe y Razón
El problema de la fe y la razón ha sido un tema central en la filosofía y la teología. La frase de San Anselmo de Canterbury, «Creo para entender» (credo ut intelligam), resume la postura clásica de la primera Escolástica ante esta cuestión. Esta formulación, que da primacía a la fe, se complementa con otras que resaltan el papel de la razón como preparatoria o necesaria para la fe.
San Agustín, inicialmente, considera la razón como preparación para la fe, pero luego aboga por su complementariedad. Esta idea se resume en la expresión «Intellege ut credas, crede ut intelligas» (comprende para creer, cree para entender):
- La razón ayuda a la fe a formular sus dogmas de manera racional y creíble.
- La fe, a su vez, transforma moralmente al hombre, cambiando su perspectiva del mundo.
Para San Agustín, fe y razón colaboran en el esclarecimiento de la verdad cristiana. La razón nos acerca parcialmente a ella, mientras que la fe nos la revela en plenitud. Así, la verdadera religión es también la verdadera filosofía, ya que ambas buscan la verdad.
Esta colaboración se manifiesta de la siguiente manera:
- La fe ilumina a la razón y la precede, ya que es necesario creer para entender. La razón humana es limitada y solo la fe permite comprender las cuestiones relativas a Dios, el mundo y el hombre.
- La fe se vale de la razón, ya que la comprensión racional de la doctrina cristiana es la forma más elevada de fe. La fe no debe ser ciega, sino que debe buscar la comprensión racional de la revelación.
La Existencia de Dios según San Agustín
San Agustín argumenta que la razón puede demostrar la existencia de Dios a través de diversas pruebas:
- Argumento histórico: Todos los pueblos han creído en un Ser Supremo.
- Argumento psicológico: El ser humano descubre a Dios en su alma.
- Argumento cosmológico: El orden del universo es prueba de un creador.
- Argumento epistemológico: Las ideas eternas en el alma humana solo pueden provenir de un ser infinito y necesario.
Sobre la esencia de Dios, San Agustín afirma:
- Nunca podremos alcanzar un conocimiento pleno de Dios debido a su infinitud y nuestra finitud.
- Dios es el creador de todo, a partir de la nada, siguiendo las ideas presentes en su mente desde la eternidad.
La Ciudad de Dios
San Agustín escribió La Ciudad de Dios para defender al cristianismo de las acusaciones sobre la decadencia del Imperio Romano. La historia de la humanidad, según San Agustín, se desarrolla en el conflicto entre dos ciudades metafóricas:
- Ciudad Terrena: Basada en intereses mundanos y el amor propio, llegando al desprecio de Dios.
- Ciudad de Dios: Basada en intereses espirituales y el amor a Dios. Está representada por la Iglesia (visible e invisible) y, en última instancia, por el imperio cristiano.
El Origen del Alma
San Agustín rechazó la teoría platónica de la preexistencia y transmigración de las almas, y consideró dos alternativas:
- Traducianismo: El alma es engendrada por los padres junto con el cuerpo, transmitiéndose de padres a hijos. Explica el pecado original, pero no cómo se transmite el alma.
- Creacionismo: El alma es creada por Dios para cada nuevo ser humano. El problema es que Dios crearía almas con el pecado original.
Teoría del Conocimiento o Epistemología
Para San Agustín, el conocimiento pleno se alcanza a través de una dialéctica ascendente:
- Conocimiento sensible: Compartido con los animales, es el más bajo y menos fiable.
- Conocimiento racional inferior: Propio de las ciencias particulares, combina lo sensible y lo racional.
- Conocimiento racional superior: Puramente racional, trata sobre las esencias y verdades eternas.
La Demostración de la Existencia de Dios según Tomás de Aquino
El tema al que se enfrenta Tomás ahora es ver cómo se puede demostrar la existencia de Dios, y aunque no tenemos experiencia sensible de este ser, sí la tenemos de sus obras; es decir, de la creación del propio Dios. De esta manera aprecia que es posible su demostración y lo hace con cinco vías.
Tomás de Aquino propone cinco vías para demostrar la existencia de Dios, todas con una estructura común de cuatro pasos:
- Se parte de hechos observables en la experiencia.
- Se comprueba que estos hechos necesitan una explicación causal.
- Se niega una cadena infinita de causas.
- Se concluye la existencia de un ser trascendente, Dios, que explica la existencia de esos hechos.
Las cinco vías son:
1ª Vía del movimiento: parte del movimiento y alcanza la existencia de Dios como motor inmóvil (Dios). (inspirada en Aristóteles).
2ª Vía de las causas causadas: parte de que hay causas causadas y culmina en la existencia de Dios como causa incausada (Dios).
3ª Vía de los seres contingentes: parte de que existen seres contingentes y llega a la existencia de un ser necesario (Dios) (inspirada en Avicena).
4ª Vía de los grados de perfección: parte de la gradación de los seres y concluye que existe necesariamente un ser perfecto (Dios), (de inspiración platónica).
5ª Vía del orden: parte del orden del mundo y concluye que existe una inteligencia ordenadora.
Conclusión
De esta manera, Tomás de Aquino piensa que se llega a la demostración de la existencia de Dios, con lo que se aprecia la compatibilidad de la razón y la fe, de la teología natural y la teología dogmática o revelada. Ahora debe plantear qué es ese ser, cuál es su esencia, pues hasta ahora sólo nos ha demostrado su existencia.
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