01 May
CONOCIMIENTO EN MEDIEVAL:
Desarrollar el problema del conocimiento en Agustín. Para Agustín, el ser humano anhela alcanzar la felicidad y el goce del bien supremo, que identifica con Dios. El disfrute de la felicidad requiere conocer la verdad, la cual puede conocerse o bien por la razón o por la fe. No son compatibles, han de colaborar: la fe dirige nuestra inteligencia en la búsqueda de la verdad y la razón nos permite entender los contenidos de la fe. Nuestra búsqueda de la verdad está impulsada por el amor pero no por amor egoísta sino por el amor espiritual ordenado, caridad, que busca elevarse a la verdad única, inmutable y eterna.
La teoría de Agustín del conocimiento exterior al interior y de lo inferior a lo superior.
Parte del conocimiento sensible acaba en el escepticismo A no ser que encuentre una verdad indubitable.
Considera que esa verdad es la certeza interior que proporciona la autoconciencia: si el sujeto se engaña al razonar es evidente que piensa y si piensa existe por lo que es en el interior del hombre donde está la verdad. Seguidamente, adén prenderse un camino de ascensión espiritual que recorre dos grados: El conocimiento discursivo o ciencia y el conocimiento intuitivo de las verdades eternas que el hombre no puede alcanzar por sí solo sino apoyado en una acción directa ejercida por Dios sobre su mente: la iluminación intelectual.
SER HUMANO EN MEDIEVAL:
Paso a desarrollar el problema del hombre en Agustín. Agustín mantiene una visión dualista del ser humano de raíz platónica. El alma es un principio racional y espiritual que se sirve del cuerpo, sino superior independiente de él: por eso, puede aportarse del mundo exterior sensible para buscar el conocimiento y la uníón con Dios. Solo el alma permite al hombre conocer a Dios y unirse con él.El alma humana, es “la imagen de Dios“ en el hombre: es inmortal y simple, inmaterial. En el alma encontramos tres facultades: la memoria, la inteligencia y la voluntad. En cuanto al origen del alma, Sanagustín rechaza la idea platónica de preexistencia. Para él, el alma fue creada por Dios en el primer hombre, pero supone un problema para el determinar cómo se transmite.
Sus textos oscilan entre el creacionismo y traducianismo. Agustín quería hacer frente a la cuestión de la transmisión del pecado original porque si Dios crea en todo caso el alma individual, ¿cómo es que crea un alma pecadora? No llega a dar una solución adecuada pero acepta el traducianismo.
San Agustín también habla del problema de la libertad humana. Cicerón dice que si Dios es omnisciente y prevee todo lo que va a suceder, El hombre no puede ser libre, pero Agustín mantiene que la providencia divina no excluye la libertad humana. Dios ha dado al hombre libre albedrío para que pueda elegir entre el bien y el mal haciéndose digno de recompensa o castigo. La ciudad de Dios, basada en el amor eterno y la ciudad terrenal, construida sobre la ambición y el egoísmo personal.
ÉTICA EN MEDIEVAL:
Paso a desarrollar el problema de la ética en Agustín, el punto de partida de la ética de Agustín es el problema de la libertad humana. Cicerón decía que si Dios ha permitido todo lo que va a suceder, no parece que el hombre pueda ser libre. Agustín, defiende, aunque Dios conoce a nuestras decisiones y el uso que haremos de nuestra libertad, el hombre es libre para escoger el bien y el mal. Así, intenta resolver El problema del mal moral. El alma está hecho para dirigirse amorosamente hacia Dios. Prueba de ello es que en el alma se encuentra en la ley natural que es la copia de la ley eterna dictada por Dios. La existencia del mal en el mundo no prueba que Dios no existe, ni que sea el causante del mal.
Dios no crea el mal, el mal es privación del bien:
A) El mal metafísico no está en el universo se dan grados más o menos de ser todos los seres su propio sentido todos imperfectos referidos a Dios.
B) El mal metafísico. Dolor y muerte pertenecen a esencia humana. No podemos responsabilizar a Dios, desconocemos plan para creación.
C) El mal moral. Es el pecado, procede de nuestro mal uso del libre albedrío.El alma no puede salvarse por sí solo, necesita la gracia que permite que surja en el ser humano el impulso a amar y elegir bien. La virtud, conduce al hombre a respetar la ley eterna, que le conducirá a la paz con justicia y derecho (la ciudad de Dios).
POLÍTICA EN MEDIEVAL:
Paso a desarrollar el problema de la política en Agustín. San Agustín plantea en su obra la Ciudad de Dios, Que la historia humana es una historia de salvación. Representa el progreso desde la creación a la llegada del reino de Dios. No hay una separación entre la ética y la política la vida moral es inseparable de la vida comunitaria, porque el principio constitutivo de lo social es el sentimiento del amor. Las distintas comunidades se distinguen por el sistema de valores objetivos comunes que los guían.
Es el amor el que permite dividir la humanidad en dos ciudades que conviven en el mundo: la ciudad de Dios y la ciudad terrenal. La primera está formada por los individuos que aman a Dios hasta el desprecio de sí mismo; la forman todos los justos; y hacia ella camina la iglesia. La segunda está formada por los que solo se llaman así mismos hasta el desprecio de Dios, quieren vivir siguiendo los impulsos de la carne y buscan bienes mutables. La historia humana representa una lucha entre estas dos ciudades en el que tendrá lugar el triunfo de la ciudad de Dios.
Para que el Estado se encamine hacia la justicia, tiene que seguir los principios morales del cristianismo. Mantiene una posición provincialista: Dios ha previsto y garantiza la victoria final del bien sobre el mal. Divide el curso de la historia en seis épocas, los seis días de la creación.
El “agustinismo político” fue la norma de entender la relaciones Iglesia-Estado durante siglos.
Dios EN MEDIEVAL:
Paso a desarrollar el problema de Dios en medieval.
Tomás considera que podemos conocer la existencia de Dios en dos maneras: a través de la revelación o utilizando la razón, puesto que la proposición “Dios existe” es uno de los llamados “ preámbulos de la fe “, ámbito intermedio de las verdades pertenecientes a la teología natural, que pueden ser demostradas todas racionalmente.
Tomás considera que podemos conocer la existencia de Dios en dos maneras: a través de la revelación o utilizando la razón, puesto que la proposición “Dios existe” es uno de los llamados “ preámbulos de la fe “, ámbito intermedio de las verdades pertenecientes a la teología natural, que pueden ser demostradas todas racionalmente.
Tomás rechaza el argumento ontológico de Anselmo de la demostración de Dios, si ya se concibe como el mayor ser que existe, debe existir tanto en la mente como en la realidad. Tomás considera que esta demostración puede ser evidente en sí misma, pero no evidente para nosotros, que no conocemos bien la esencia de Dios. Así que propone una demostración a posteriori de la existencia de Dios ya que parte de los sentidos va de los efectos del mundo a la causa que los ha producido Dios. Tomás ofrece cinco demostraciones de la existencia de Dios, las “ cinco vías“ que parten de un hecho de la experiencia, se concluye que tiene que existir un ser que den lugar a toda la serie: Dios.
Las cinco vías son las siguientes:
1) por el movimiento, va desde el movimiento del mundo al primer motor inmóvil, todo lo que se mueve es movido por otro esa cadena no puede ser infinita, debe haber un primer motor (Dios).
2) por la casualidad eficiente.
3) por la contingencia, desde los seres contingentes hasta un primer ser necesario ya que no es posible la serie indefinida de seres necesarios.
4) Por los grados de perfección, va desde los de perfección hasta un ser Infinitamente perfecto.
5) por la finalidad y el orden cósmico. Tomás afirma que Dios es entre resistencia se identifican pero el resto de seres son contingentes.
Dios gobierna el mundo mediante la ley eterna, de la que participan las criaturas a través de la ley natural. Así se llega a un gobierno justo por lo que no contribuye Al orden del universo sino que instaura el verdadero “ reino de los cielos “ sobre la tierra.
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