31 Dic

Agustín de Hipona


En su pensamiento se unen las creencias de la fe y las ideas anteriores de Plotino para elaborar una filosofía que es al mismo tiempo platónica y cristiana. Para el, Dios es la realidad suprema y la primera verdad, el punto de partida de todas sus inquietudes y de todo su pensamiento. Pero también es platónico, razón por la que cree en la existencia de esencias transcendentes, eternas e inmutables. Este une en su pensamiento la filosofía neoplatónica y la fe cristiana. El ejemplarísimo es la palabra clave que define la teoría agustiniana, esta se inspira en el Timeo platónico y en su fe cristiana. La interpretación agustiniana considera que las esencias eternas e inmutables tienen existencia real, pero estas no ocupan ningún mundo de las Ideas, sino que se encuentran en el pensamiento de Dios. Estas esencias son modelos ejemplares. Según afirma Agustín, en la creación Dios produjo las razones seminales de todos los cosmos, que son como las semillas de las que, a su debido tiempo, surgirá toda la realidad..

GNOSEOLOGÍA

Agustín era consciente de que también hay defensores del escepticismo, por lo que consideró necesario hacer un esfuerzo para rechazarlo. La postura escéptica, según Agustín, es insostenible, puesto que quienes afirma que la verdad no se puede conocer consideran, que este enunciado es verdadero, cometiendo una clara contradicción. Además, Agustín señala que incluso la persona que más duda y más equivocada tiene al menos una certeza bien segura. Si yo dudo y me equivoco en mis juicios, es porque existo. Para Agustín, la autentica realidad no consiste en el mundo material que podemos captar con los sentidos. Por encima del mundo sensible existe una realidad superior, más autentica e importante, que está formada por las esencias. En correspondencia con esta visión de la realidad, Agustín distingue diferentes formas del conocimiento. Agustín distingue diferentes niveles de conocimiento. El más bajo es el conocimiento sensible. Por encima se encuentra el conocimiento racional inferior, que se corresponde con el saber científico. El grado superior de conocimiento es el racional superior, que consiste en alcanzar las verdades eternas e inmutables que constituyen la única realidad. Para conocer las verdades transcendentales, la teoría agustiniana de la iluminación trata de ofrecer una respuesta a este problema. Agustín cree que el verdadero conocimiento se produce cuando Dios ilumina el interior del hombre, permitiendo así que este alcance la sabiduría.Agustín, convencido de sus creencias cristianas, considera que la razón y la fe están unidas de forma eterna. La fe es la guía que indica las verdade que deben aceptarse, mientras que la razón puede darnos a comprender mejor el sentido de las creencias. Por eso este afirma que es preciso creer para entender. Las reflexiones acerca de la Trinidad ocupan un puesto importante en la filosofía agustiniana, vinculado a la razón y fe. La doctrina de la trinidad trata de establecer con claridad cuáles son exactamente las relaciones entre estas tres manifestaciones de la divinidad. En los primeros siglos de nuestra era surgieron múltiples interpretaciones acerca de esta cuestión. Uno de los problemas más controvertidos era el de aclarar si en Dios había una única naturaleza o bien tres naturalezas diferentes. La doctrina defendida por Agustín finalmente establecíó que en Dios había una única naturaleza, pero en tres personas (hypostasis) distintas.Antropología. El dualismo antropológico agustiniano distingue con claridad dos elementos distintos en el ser humano. El cuerpo, que es material e imperfecto, no es más que un instrumento del cual se sirve el alma, nuestra parte espiritual que aspira a la salvación eterna. Este rechaza la teoría de la reencarnación platónica, considera que el alma ha sido creada por Dios de forma individual.


Las diversas interpretaciones que existían acerca del pecado original derivaron como herejías. Una de estas, particularmente influyente en tiempos de Agustín, fue el pelagianismo. Los pelagianos consideraban que el pecado original solo había afectado a Adán y Eva, que fueron los únicos responsables de desobedecer a Dios en el jardín del Edén. Esto quiere decir que el pecado original no se transmite al resto de los seres humanos, por lo que no hay en nuestra alma ninguna mancha procedente de esta culpa. Agustín de Hipona, se opuso al pelagianismo, acercándose en ciertos pasajes de su obra en una teoría alternativa, llamada traducianismo. Esta defiende la idea de que en nuestra alma individual hay algo que proviene de nuestros padres. De este modo es posible explicar como el pecado original pasa de generación en generación.

Ética

La teoría de la ética agustiniana presta una especial atención al problema del pecado del ser humano . Este dispone de libre albedrío, porque es capaz de elegir entre el bien y el mal. Gracias al libre albedrío podemos optar voluntariamente por seguir las normas ordenadas por Dios para alcanzar la salvación. Pero el libre albedrío también hace posible el pecado, si decidimos usar nuestra capacidad de elegir para satisfascer nuestros intereses egoístas y materiales olvidando a Dios. Por eso, Agustín dice que es preciso distinguir entre el libre albedrío y la libertad, ya que lo primero que hemos mencionado es la posibilidad de elegir, mientras que la libertad es el resultado de haber hecho un buen uso de este libre albedrío.En cuanto el problema del mal, una de las posibles respuestas era la ofrecida por el maniqueísmo. Los maniqueos, creían en la existencia de dos fuerzas enfrentadas, que identificaban con el bien y el mal. Agustín, en su juventud, se sintió atraído por la aparente simplicidad con la que el maniqueísmo es capaz de explicar por que hay mal en el mundo.Sin embargo, tras su cambio al cristianismo, Agustín ataco duramente a los maniqueos, a los que acuso de caer en la herejía por defender la existencia de dos dioses distintos, cuando para los cristianos solo hay un Dios.Para explicar el problema del mal desde el punto de vista cristiano, Agustín recurrió a ideas procedentes de Plotino. Según este, existen dos clases distintas de mal que es preciso diferenciar. Por un lado, está el mal físico, consistente en el dolor, la enfermedad, la muerte o las catástrofes naturales. Y por otro lado, esta el mal moral, que es elque ejercen unos seres humanos sobre otros.

Política


En la filosofía de la historia, Agustín ocupa un destacado puesto entre los pensadores por haber sido el primer autor capaz de elaborar una interpretación filosófica de la historia. La historia de la humanidad es, según Agustín, el desarrollo en el tiempo del plan providente que Dios ha establecido para nosotros. Para entender en que consiste, este nos propone diferencias entre dos clases distintas de personas. Por un lado, esta la ciudad celeste, formada por todos aquellos que anteponen el amor de Dios a sus intereses personales y egoístas. Por otro lado, está la ciudad terrenal, donde se encuentran a los que solo les interesa satisfacer su bienestar material inividual sin ocuparse de Dios. Los miembros de la ciudad de Dios son humildes, y se caracterizan por su amor puro y sagrado hacia la divinidad. Por el contrario, quienes pertenecen a la ciudad terrenal, son orgullosos y solo aman de forma impura y egoísta.


El pensamiento moderno comienza con René Descartes.
El aspecto más relevante y novedoso del pensamiento cartesiano es la importancia que otorga al sujeto como punto de partida para la reflexión filosófica. Apartir de esto, el papel central de la subjetividad pasa a convertirse en la carácterística de la filosofía moderna. Ademas de ser filosofo, Descartes fue un destacado matemático y científico, esta precisión contrasta con las incertidumbres y controversias que caracterizan el pensamiento filosófico, puesto que los grandes pensadores parecen incapaces de ponerse de acuerdo, ya que siguen disputando temas de la filosofía de los tiempos de Platón. Tratando de superar esta incertidumbre, Descartes propuso descubrir un camino firme, para encontrar la verdad que nos permitiese avanzar e la filosofía con las mismas garantías que nos ofrecen las matemáticas. Para el, este camino no puede apoyarse en la autoridad de la tradición, sino en la luz de la razón. Descartes es un filosofo racionalista, ya que rechaza los argumentos de autoridad. La filosofía de este aspira a diseñar un método que nos permita lograr verdades firmes y seguras sobre las cuales construir nuestros conocimientos. Lo que propone Descartes es comenzar quitando todos los conocimientos que no sean absolutamente indudables. En esto consiste la duda metódica, que lleva a eliminar todos los saberes y creencias que tengan la más mínima posibilidad de ser falsos. Esto significa, que no podemos aceptar ningún conocimiento basado en el testimonio de los sentidos, ya que nuestros sentidos a menudo nos engañan y tampoco nos podemos fiar del mundo que nos rodea. Descartes cree que, si buscamos certezas absolutamente seguras, ni si quiera nos podemos fiar de los razonamientos, porque a menudo cometemos errores cuando razonamos, incluso cuando estamos convencidos de haber discurrido correctamente. Tras introducir la hipótesis del genio maligno, parece que la duda metódica cartesiana nos ha arrebatado todo aquello en lo que creíamos con la mayor firmeza. En un primer momento parece que no nos queda ninguna verdad, así que aparentemente hemos caído en un escepticismo radical y sin salilda.Pero justo en ese unto Descartes nos descubre que si hay una verdad auténticamente indudable y cierta. Si yo estoy dudando, al menos, puedo estar absolutamente seguro de que yo existo. Descartes formulo esta primera verdad “cogito, ergo sum” que significa “pienso, luego existo”. Por eso, esta primera verdad indudable se llama el cogito cartesiano. Según este, el cogito es una verdad que se capta directamente mediante la intuición. Se trata de una idea clara y distinta, lo cual significa que es totalmente nítida y que no es posible confundirla con ninguna otra idea diferente. Es indudable que yo existo, porque pienso, dudo,siento y me hago preguntas. Así pues, yo soy una cosa que piensa, una conciencia que tiene contenidos de diferente tipo.Descartes llama ideas a estos contenidos mentales, que pueden clasificarse en tres grupos.

Las ideas adventicias

son las representaciones mentales elaboradas a partir de lo que mis sentidos perciben de lo que creo que es el mundo exterior.

Ideas facticias

Son las que mi mente ha elaborado por sí misma. Por ejemplo, un centauro, una sirena… Yo nunca he visto semejante cosa, sino que las he fabricado en mi interior combinando en mi conciencia varios elementos procedentes de orígenes distintos.

Ideas innatas

Estas no pueden persibirse con los sentidos, y tampoco han sido elaboradas por si mismo. Estos contenidos mentales se encuentran en mi interior desde que nací. Se trata de ideas claras y distintas que pueden captarse de manera intuitiva, como sucede con la idea del cogito. Pero, además, cree que existe otra idea innata, que es la idea de Dios.Para demostrar la existencia de Dios, Descartes también empleó otros dos argumentos. El primero de ellos identifica a Dios como el ser todopoderoso que me ha creado. El segundo se basa en el argumento ontológico anselmiano. 

Metafísica


El elemento central de la metafísica cartesiana es el concepto de sustancia.
Este la define como “aquello que existe por si mismo y no necesita de nada mas para existir” Descartes identifico tres tipos de sustancias. Cada sustancia esta caracterizada por unos atributos y estos se manifiestan en modos. La primera sustancia es la sustancia infinita, que es Dios y el atributo que caracteriza a Dios como sustancia es su infinitud.
El segundo tipo es la sustancia pensante, que consiste en la actividad mental. También puede decirse que la sustancia pensante es la conciencia, el yo o el alma. El atributo que caracteriza a este tipo de sustancia es el pensamiento, que puede manifestarse en dos modos distintos: el entendimiento y la voluntad. Por ultimo el tercer tipo, es la sustancia extensa, que se identifica con la materia. El atributo que caracteriza este tipo de sustancia es la extensión.

Antropología

La distinción entre sustancia pensante y sustancia extensa es el principio que se apoya en la antropología cartesiana. Descartes era partidario del dualismo antropológico, porque consideraba que en el ser humano están presentes dos realidades completamente distintas, las cuales corresponden a las dos sustancias que están presentes en el ser humano, que está compuesto por la uncíón de cuerpo y alma.Por un lado, está el cuerpo, que es material y está sujeto al determinismo. Por otro lado, está el alma, que es inmaterial, libre e inmortal.

Deja un comentario