24 Abr
Introducción
La Generación del 27 fue un grupo brillante y numeroso de escritores que se dieron a conocer a partir de 1920. Aunque cultivaron diversos géneros como el teatro, el ensayo y la novela, destacaron principalmente por su poesía. El nombre «Generación del 27» hace referencia a un acto celebrado en Sevilla en 1927 para conmemorar el tercer centenario de la muerte de Góngora. Entre los poetas más relevantes de este grupo se encuentran Pedro Salinas, Jorge Guillén, Gerardo Diego, Federico García Lorca, Vicente Aleixandre, Rafael Alberti, Luis Cernuda y Dámaso Alonso.
La Generación del 27 coincidió en el tiempo con los escritores de fin de siglo, las vanguardias y Juan Ramón Jiménez, y con la obra de artistas como Picasso o Dalí, músicos como Falla y cineastas como Buñuel. El esplendor artístico y cultural de este periodo ha llevado a denominarlo la «Edad de Plata» de la cultura española.
Características de la Generación del 27
Cada uno de los integrantes de la Generación del 27 posee un estilo propio y experimentó una evolución particular, según sus vivencias. Sin embargo, todos ellos escribieron obras de tal calidad que se puede hablar de una nueva edad de oro de la poesía española.
Ideal estético: Tradición y Renovación
Todos los integrantes del grupo eran profundos conocedores de la cultura clásica española, pero al mismo tiempo, sintieron gran interés por las aportaciones de las vanguardias. En su esfuerzo por renovar la expresión poética, los poetas del 27 armonizaron de forma perfecta los hallazgos vanguardistas con la tradición literaria española, tanto en su vertiente culta como popular, conjugando lo clásico con lo moderno. En sus obras, las formas clásicas alternan con poemas visuales y con el verso libre. La metáfora es un recurso esencial.
Principales Poetas de la Generación del 27
Pedro Salinas
Tras la Guerra Civil, la Generación del 27 se deshizo. Lorca había muerto, algunos autores marcharon al exilio y otros permanecieron en España. Salinas se exilió a Estados Unidos, donde residió hasta su muerte. Sus obras maestras, La voz a ti debida y Razón de amor, cantan al amor y lo sitúan entre los mejores poetas amorosos de nuestra literatura.
Vicente Aleixandre
Es, junto a Salinas, el otro gran poeta del amor de la Generación del 27. El amor es para Aleixandre destrucción, sobrecogedor aniquilamiento de cada uno de los amantes que quieren ser el otro. No abandonó España. Influido por el surrealismo, escribió una poesía muy personal en la que el universo, el amor y la naturaleza son los protagonistas. Se sirve de imágenes oníricas, enumeraciones caóticas, metáforas atrevidas o símbolos y opta por el verso libre. Sus obras más destacadas son Espadas como labios (1932), La destrucción o el amor (1935) y Sombra del paraíso (1944), esta última alejada ya del surrealismo y que se acerca a una poesía más humana. Llega a igualar el hecho de amar con la muerte, con la destrucción de cuanto hay de humano en nosotros. Esto no significa el rechazo del amor, sino su exaltación, ya que para Aleixandre lo mineral y lo animal salvaje son las manifestaciones más puras de la existencia.
Jorge Guillén
La suya es una obra vitalista, que ofrece una visión del mundo y del universo como obra bien hecha. Para este poeta, ser, vivir, existir, es una dicha absoluta. Por eso busca hasta en los más pequeños detalles el reflejo de la armonía del mundo, la perfección. Su obra más importante es Cántico.
Gerardo Diego
Es un hombre clave en el panorama de las vanguardias. Su amplia producción poética alterna la poesía de corte vanguardista y la de tipo tradicional, como en Versos humanos.
Dámaso Alonso
Es justo reconocer su papel renovador en la poesía española de posguerra. Su obra más conocida es Hijos de la ira.
Luis Cernuda
Partió hacia el exilio en 1938 y murió en México. Por ser homosexual se sintió siempre marginado, aislado, en desacuerdo con el mundo y las leyes morales que se imponen. Su poesía gira en torno al choque entre el deseo y la realidad, que convierte ese mismo deseo en humo. Destacan sus obras La realidad y el deseo (1936), Los placeres prohibidos y Donde habita el olvido.
Rafael Alberti
Nació en Cádiz. Su obra poética recorre muchos caminos. La tendencia neopopular, como en Marinero en Tierra, dio paso a la influencia del surrealismo en Sobre los ángeles. Poco después se inclinó por una literatura comprometida, en la que volcó sus preocupaciones cívico-sociales, como en Poeta en la calle. En obras como Entre el clavel y la espada, Alberti se sirve de los versos como herramienta política, para protestar, dar sus ideas y comprometerse con la realidad.
Federico García Lorca
Nació en Fuente Vaqueros. Murió asesinado a comienzos de la Guerra Civil. Es el más conocido de los poetas de la Generación del 27. Su literatura es muy original, resultado de la mezcla del conocimiento del folclore andaluz y de sus lecturas literarias. No faltan en ella los procedimientos vanguardistas. En Llanto por la muerte de Ignacio Sánchez Mejías resuenan las coplas de Jorge Manrique, pero nos sorprenden sus originales metáforas. Destaca tanto en la poesía como en el teatro. Aborda un tema constante: la muerte, o en último caso el deseo amoroso que conduce a la frustración, al dolor y a la muerte. Sus obras más importantes son Poema del cante jondo, Romancero gitano y Poeta en Nueva York. Son poemas de difícil comprensión, que transmiten una tristeza y un dolor desgarradores. «Romancero gitano» reúne romances de gitanos. Se trata de seres dominados por la insatisfacción, el amor y la muerte.
Miguel Hernández
Es mucho más joven que el resto de los autores del 27. Algunos críticos lo consideran uno más del grupo, pero otros lo presentan como el enlace a los del 36 y la que sería propiamente la suya. Pasó, como todos los del 27, por las diferentes modas del momento hasta encontrar un estilo personal. Sus obras más destacadas son Perito en lunas, El rayo que no cesa (donde expresa el sufrimiento del amor no correspondido a través de imágenes surrealistas y de símbolos como el rayo y elementos como el cuchillo. Presenta el amor como una fuerza destructiva y vital al mismo tiempo) y Viento del pueblo. En la cárcel escribió Cancionero y romancero de ausencias, donde retoma el tema amoroso, pero desde el dolor por la ausencia de la mujer y del hijo, por la falta de libertad. La intensa emoción de esos poemas se expresa con recursos populares.
Conclusión
La Generación del 27 fue un movimiento literario único que dejó una huella imborrable en la historia de la poesía española. Su legado perdura hasta nuestros días, inspirando a nuevas generaciones de poetas y lectores.
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