22 Ene
COTEXTUALIZACIÓN
1. El texto en relación al diálogo platónico La República
El texto a comentar se encuentra al principio (capítulos I, II y III) del libro VII del diálogo La República, cuyo título original es Politeia, y corresponde al famoso relato del Mito de la Caverna, que viene a continuación de otro relato de carácter metafórico como es la Analogía de la Línea. En ambos Platón expone de forma metafórica el núcleo temático de su filosofía: la Teoría de las Ideas y la Educación platónica.
Ambos temas se encuentran interconectados, como toda la filosofía platónica en general (primer gran sistema filosófico, junto con el atomismo).
Trata sobre la naturaleza de la justicia y del gobierno justo.
Lo interesante es que para el Platón de la República esos temas de carácter eminentemente práctico, político y ético, van a obtener una respuesta en clave epistemológica y metafísica. La razón es clara: el filósofo debe gobernar porque ha sido capaz de alcanzar el objeto más elevado del saber, la Idea de Bien, fuente de toda verdad y justicia. Es la tesis que aparece al final del Mito de la Caverna.
En la obra tiene lugar el enfrentamiento dialéctico entre Trasímaco, Glaucón y Sócrates, acerca de la justicia y el convencionalismo.
La República consta de 10 libros escritos durante más de veinte años.
Los podemos dividir en 5 partes. Las más importantes son la 2ª (libros II-IV) en la que describe cómo sería el Estado ideal constituido por tres clases sociales a las que corresponde una virtud y una parte del alma, con sus respectivas funciones:
- La clase de los productores, trabajadores o artesanos. Su virtud es la templanza o moderación. Desarrollada por el alma concupiscible y su función es controlar las pasiones.
- Los guardianes o soldados del Estado. Su virtud característica es la valentía o fortaleza.
Corresponde al alma irascible.
Su función propia es la voluntad. - Los gobernantes.
Son los dirigentes políticos o reyes-filósofos. La virtud es la sabiduría y la prudencia, ya que todo aquel que es sabio es a la vez prudente; se trata del saber político. Corresponde al alma racional.
Su función es el conocimiento intelectivo y gobernar a las otras dos partes del alma
2. La República en el contexto de la obra filosófica de Platón
Platón es el primer filósofo griego cuya obra se ha conservado íntegramente.
Se trata de escritos que están elaborados en forma de diálogos imaginarios entre personajes conocidos de la época. Por las obras platónicas desfila toda la élite ateniense de su época.
Casi todos los diálogos tienen una estructura similar:
Al principio se presenta la cuestión fundamental a tratar. A continuación, normalmente a través de preguntas y respuestas, se ve la falsedad de ciertas opiniones manifestadas por interlocutores. Finalmente, mediante un proceso mayéutico (arte socrático que consiste en obtener conocimientos verdaderos mediante preguntas y respuestas), se nos lleva al descubrimiento de la Verdad.
Durante mucho tiempo fue extremadamente difícil ordenar la obra de Platón. Actualmente se ha conseguido establecer una serie de periodos sucesivos donde podemos enmarcar los Diálogos.
Diálogos de juventud (393-389 a.C.).
Corresponde a los diálogos socráticos:
Apología de Sócrates, Hipias Menor, Protágoras
Diálogos de transición (388-385 a.C.).
Esboza lo que será su teoría de las Ideas. Algunos de estos diálogos son:
Gorgias, Crátilo, Menon
Diálogos de madurez (385-370 a.C.).
A este tercer periodo corresponden las obras en las que desarrolla los grandes “mitos” de los que hemos hablado anteriormente y constituyen el núcleo fundamental de su filosofía. Son La República, Fedón, Fedro, y el Banquete.
Diálogos críticos (370-363 a.C.).
En éstos Platón critica gran parte del pensamiento anterior a él. En ellos abandona el recurso a los mitos, tan utilizados en otras obras.
Parménides, Teeteto, Sofista y el Político
3. Biografía, contexto histórico y trayectoria del pensamiento de Platón
Toda la obra de Platón tiene un marcado carácter político que recorre por completo su sistema filosófico.
Platón (427-347 a.C.) de nombre Aristocles (Platón era su apodo y significaba “el de anchas espaldas”) fue un hombre de irrenunciable vocación política, tanto por tradición familiar (su padre y su madre eran descendientes de reyes y legisladores), como por el ambiente que le rodeaba y la educación recibida (estudió con Crátilo, discípulo de Heráclito, que le enseñó su teoría sobre el eterno fluir de las cosas), parecía que estaba destinado a ejercer la política de modo activo, pero una serie de acontecimientos históricos y personales determinaron un cambio de rumbo hacia la filosofía y la educación.
En los acontecimientos políticos que van desde su infancia hasta la muerte de Sócrates (399 a.C.), no vio otra cosa que un torrente de pasiones desatadas al margen de toda moderación y toda racionalidad que impregnaba todos los regímenes políticos. Pero el acontecimiento más determinante fue la sentencia y posterior condena a muerte de su maestro y amigo Sócrates (bebió la cicuta, un veneno), Platón hizo responsables directos a los ciudadanos y a la democracia ateniense, e indirectamente, como autores intelectuales, al grupo de los sofistas que con su escepticismo, relativismo y convencionalismo habían convertido a los atenienses en malos ciudadanos y en políticos demagogos.
A partir de esto, Platón va a continuar la labor empezada por Sócrates de búsqueda de la verdad, de la moralidad y de la justicia como realidades objetivas. De esta experiencia generalizada extrajo Platón una consecuencia: que “los males del género humano no cesarán hasta que los filósofos gobiernen o los gobernantes se hagan filósofos”.
Así, movido por esa misión, Platón nunca abandonó su vocación política, que desarrolló a nivel teórico con su sistema filosófico y, también, a nivel práctico:
se desplazó a Siracusa, hasta en tres ocasiones, primero para asesorar políticamente al tirano Dionisio I y, posteriormente, a su hijo Dionisio II. En las tres ocasiones su intento se saldó con un tremendo fracaso.
Al volver a Atenas de su primer viaje a Siracusa, Platón fundó la Academia para formar a los jóvenes atenienses y futuros gobernantes.
4. Significado de la obra de Platón en la filosofía griega
Platón es, junto con su discípulo Aristóteles (384-322 a.C), el máximo representante del denominado periodo ontológico (siglo IV y III a.C.) de la filosofía griega.
5. Influencias en la filosofía de Platón
En los diálogos platónicos aparecen expuestas prácticamente todas las teorías filosóficas precedentes, lo cual indica la mayor o menor influencia de toda la filosofía anterior en el pensamiento platónico. Platón recibió de Heráclito la idea de que la realidad sensible está en constante cambio.
Por otra parte, Platón se apoya en la distinción entre apariencia y realidad propuesta por Parménides.
De tal forma que todas las cualidades que los filósofos eléatas atribuían al Ser, son las que Platón atribuye a las Ideas.
El movimiento sofista, al que, como ya hemos dicho anteriormente, criticará denodadamente, va, a pesar de ello, a influir en Platón y en su consideración del hombre como ciudadano de la polis.
Muy cercano a Sócrates (fue su discípulo y amigo), Platón continuó con su intelectualismo moral (doctrina que identifica la virtud con el saber) que extendió a todas las ideas y no solo a las morales. Por otra parte, la mayéutica socrática estará presente en todos sus escritos, un arte que consistía, no en trasmitir sabiduría, sino que, a base de preguntas y respuestas cortas hacía que sus interlocutores descubrieran ellos mismos la sabiduría que poseían en su interior, pero que desconocían tener. Antecedente de la teoría de la reminiscencia.
Del pitagorismo recogerá su concepción del cosmos (universo ordenado)
, su dualismo antropológico (cuerpo, material y perecedero, y alma, inmaterial y eterna) y, sobre todo, vio en las matemáticas un ejemplo claro de la capacidad de la mente humana para percibir relaciones entre universales.
El Demiurgo platónico tiene un claro antecedente en el Nous de Anaxágoras.
El Demiurgo es el recurso al que llega Platón para explicar la existencia del Mundo Sensible.
6. Repercusión e importancia de la filosofía de Platón
En el año 387 a.C. Platón funda en Atenas la Academia, uno de los centros educativos y de investigación más importantes y duraderos de la antigüedad, permaneció abierta más de VIII siglos y en ella se formó, entre otros muchos, Aristóteles, su discípulo más importante, que continuando con la tradición crítica iniciada por los presocráticos, consideró las Ideas, no como entidades trascendentes, sino inmanentes, siendo dichas entidades universales a las que se debe referir la ciencia.
En la Edad Moderna, aunque olvidado por el empirismo, tiene cierta presencia en el racionalismo, así por ejemplo, Descartes defendió una teoría innatista del conocimiento que guarda clara semejanza con la teoría de la reminiscencia, y comparte el entusiasmo de Platón por el ejercicio de la razón y la sospecha de la capacidad de los sentidos para captar la verdadera realidad, así como su dualismo antropológico.
La filosofía contemporánea tiende hacia el empirismo y al pensamiento antimetafísico.
En esta línea de pensamiento crítico a la filosofía tradicional se encuentran otros autores y corrientes de la filosofía contemporánea (basta recordar a Marx, Freud y el Neopositivismo), pero por el contrario debemos también destacar la huella platónica en algunas importantes corrientes, como la fenomenología de Husserl y de Scheller, quienes, al igual que Platón, creen en la existencia de entidades eternas, inmutables y universales (las esencias) y en la necesidad y posibilidad del conocimiento estricto, conocimiento referido a lo absoluto, a los objetos ideales.
7. Conclusión
Como nos dice Emilio Lledó, en su obra La memoria del logos la filosofía platónica es la suma del discurso de cada uno de sus interlocutores en sus diálogos. De ahí su inacabada riqueza, de ahí su modernidad. Nos continúa interesando no por las posibles soluciones que pudiera ofrecer a tantos problemas que aparecen en su obra, sino porque en ellos señaló la mayoría de las cuestiones que han continuado preocupando a la filosofía.
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