04 Oct
Arte Islámico
Arco mixtilíneo: Es un tipo de arco compuesto por una combinación de líneas rectas y curvas, generalmente alternando rectas y curvas.
Arco túmido: Es el arco de herradura árabe apuntado. Como en todos los arcos de herradura, hacia la mitad de su recorrido la luz es mayor que entre los puntos de arranque, pero lo que lo distingue es que sus dovelas convergen en la clave formando ángulo agudo.
Artesonado: Techo, bóveda o sistema de cubierta en madera, formada por casetones o artesones. Muy utilizado por los musulmanes en sus construcciones andalusíes, como la reproducción de los siete cielos islámicos en el Salón de Embajadores de La Alhambra de Granada, del Período Nazarí del Arte Musulmán en España, del siglo XIV.
Ataurique: Labor de ornamentación vegetal hecha con yeso o estuco cuya forma se inspira en la del acanto clásico. Es característica de la arquitectura califal cordobesa.
Mocárabe: Decoración propia del arte islámico formada por prismas o troncos de pirámides, yuxtapuestos y dirigidos hacia abajo, que acaban en un estrechamiento y cuya superficie inferior es cóncava. Su forma recuerda a las estalactitas o racimos de estalactitas. También se le llama mucarna. Un ejemplo de esta decoración en Al-Andalus se puede apreciar en numerosas salas de la Alhambra (Granada) como en el Palacio de Comares (s. XIV).
Mezquita: Sala de oración de los musulmanes. Consta de una sala con columnas, al final de ella está el muro de la quibla y en él un nicho (mihrab), orientado hacia La Meca. También consta de un patio (sahn) y una torre para llamar a la oración (alminar).
Arte Gótico
Arco apuntado u ojival: Consta de dos porciones de curva que forman ángulo en la clave y cuyo intradós es cóncavo. Característico del Gótico.
Arbotante: Arco que descarga el empuje de las bóvedas sobre un contrafuerte exterior al edificio. Es típico de la arquitectura gótica. También se le denomina botarel.
Bóveda de crucería: Es aquella cuya estructura está compuesta por arcos que se cruzan diagonalmente, también llamados nervios. A diferencia de la bóveda de arista, la de crucería se caracteriza por estar reforzada por dos o más nervios diagonales que se cruzan en la clave, generalmente.
Claristorio: Conjunto de ventanales que iluminan el interior de un templo, normalmente situado en los laterales de la nave central y en su parte más alta.
Pilar fasciculado: Propio de los estilos románico y gótico, con base polilobulada. Monta ordinariamente sobre una basa redonda o cuadrangular y se compone de un fuste interno rodeado de pilastras.
Pintura al óleo: Técnica pictórica donde los pigmentos de color se diluyen en aceites vegetales, que son los que aglutinan y permiten su fijación al soporte. El óleo amplía la gama de colores, aumenta el contraste de los tonos claros y oscuros y, sobre todo, permite la superposición de varias capas transparentes, llamadas veladuras. Además, puede controlarse la velocidad de secado de la pintura.
Pináculo: Elemento vertical típico del arte gótico (s. XII-XV) que se coloca sobre el contrafuerte, reforzando su función y ayudando a enviar el peso hacia el suelo. Además, es utilizado como elemento decorativo. Es uno más de los elementos que permitieron liberar el peso que recae sobre los muros y abrir en ellos vanos donde se colocaron vidrieras. Ejemplos de ellos se pueden apreciar en los exteriores de cualquier catedral gótica como Notre Dame de París o León.
Renacimiento
Línea serpentinata: Postura sinuosa que adoptan los cuerpos en las representaciones plásticas del período manierista, propia de muchas figuras humanas del período manierista que se caracteriza por el movimiento giratorio de las caderas, los hombros y la cabeza que se contrabalancean.
Manierismo: Estilo de transición entre el Renacimiento y el Barroco. Cronológicamente abarcaría desde 1530, entre las últimas obras de Rafael y las primeras de Miguel Ángel que suponen una ruptura personal con el clasicismo del renacimiento, hasta el s. XVII. Se trata de un término acuñado recientemente, y que alude a la maniera, forma personal y espiritual de entender el arte. Se caracteriza por ser un estilo en el que abunda la tensión frente al equilibrio clásico, el agobio espacial, la luz tremolante, un cromatismo intenso, volumetría en las figuras, expresividad y la inquietud y sorpresa. Entre los artistas más importantes del manierismo destaca el ya mencionado Miguel Ángel, Juan de Bolonia, Cellini, Tiziano, Giorgione o Tintoretto. Edificio conmemorativo.
Estofado: Técnica utilizada en las tallas de madera que requiere una base de oro sobre la que luego se pinta y seguidamente se raspa, para que salgan a la luz junto al color irisaciones brillantes y luminosas de oro. Recurso muy utilizado por la imaginería o escultura barroca española (s. XVII-XVIII) como las Inmaculadas de Gregorio Fernández en Castilla o la Inmaculada de la Catedral de Sevilla de Martínez Montañés.
Grutesco: Motivo decorativo a base de seres fantásticos, vegetales y animales complejamente enlazados y combinados formando un todo. Este tema es propio del renacimiento, formado normalmente por una cabeza o torso humano o animal que se acaba en un juego de plantas o vegetales, imitando la decoración encontrada en algunos edificios romanos como en la Domus Aurea de Nerón. Es muy utilizado por el estilo plateresco del renacimiento español (primer tercio s. XVI) en edificios como la fachada de la Universidad de Salamanca (s. XVI).
Perspectiva lineal: Modo de representar en una superficie los objetos, de manera que aparezcan en la forma y disposición en que se muestran a la vista en la realidad. En la perspectiva geométrica se intenta representar las líneas de las figuras de forma convergente hacia el fondo. Disminuyen de acuerdo con las llamadas líneas de fuga que convergen hacia el punto de fuga. Se puede aplicar matemáticamente.
Perspectiva aérea: Modo de representar en una superficie los objetos, de manera que aparezcan en la forma y disposición en que se muestran a la vista en la realidad. En la perspectiva aérea se intenta representar la atmósfera que envuelve a los objetos.
Plateresco: Estilo propio del renacimiento español, surgido bajo el reinado de los Reyes Católicos hasta Carlos V (primer tercio s. XVI). Toma su nombre por el recuerdo del trabajo de los orfebres sobre la plata que tenían en apariencia estos edificios debido a su abundante decoración en las fachadas tratada con gran detalle y finura, y formada por medallones y orlas entre otros. Se caracteriza por la fusión de elementos góticos, musulmanes y del quattrocento italiano, y por identificarse y ser propaganda de la monarquía española, de ahí que reciba otros nombres como estilo Reyes Católicos, Isabelino o Cisneros. Uno de los edificios más representativos de este estilo es la fachada de la Universidad de Salamanca (s. XVI).
Sfumato: Italianismo que se denomina el sfumato, técnica pictórica ideada por Leonardo Da Vinci (s. XVI) y continuada por sus seguidores y que se caracteriza por ser una pintura de contornos vagos y difuminados, ya que tiene en cuenta la bifocalidad de la vista humana y la existencia de aire entre los objetos y el espectador, resultando una pintura de aire misterioso y aparentemente inacabada. Se puede apreciar en obras de Leonardo como la Gioconda o La Virgen de las Rocas.
Barroco
Estípite: Elemento en forma de tronco invertido de pirámide, que puede tener funciones de soporte o como decoración.
Claroscuro: Arte de disponer en una pintura el contraste de luces y sombras. Aplicado concretamente para destacar las figuras iluminadas sobre un fondo oscuro, logrando aparentar la tercera dimensión.
Columna salomónica: Columna con fuste retorcido en forma de espiral ascendente, muy característica de la arquitectura barroca. Reciben este nombre ya que se pensó que las columnas que sustentaban el Templo de Salomón tenían esta misma forma. Un ejemplo son las columnas del Baldaquino de San Pedro, realizadas por Bernini.
Tenebrismo: Técnica pictórica propia del barroco (s. XVII) que usa el claroscuro, utilizando grandes contrastes acusados de luz y de sombra, de modo que las partes iluminadas se destacan violentamente sobre las que no lo están. El principal representante del tenebrismo fue Caravaggio siendo buenos ejemplos de ello sus obras como La conversión de San Pablo, La vocación de San Mateo o La dormición de la Virgen. También otros autores españoles trabajaron el tenebrismo como Ribera o Velázquez en sus primeros trabajos en Sevilla en cuadros como El aguador de Sevilla o La vieja friendo huevos.
Rococó
El rococó: Fue un estilo artístico y arquitectónico que surgió en Europa durante los siglos XVII y XVIII, especialmente en Francia. Se caracterizó por su elegancia, extravagancia y ornamentación excesiva, inspirada en la naturaleza y elementos curvilíneos. Presentaba colores pastel, formas asimétricas y motivos florales, con énfasis en la delicadeza y la gracia. El rococó se reflejó en la arquitectura, el mobiliario, la pintura y la decoración interior, destacando por su opulencia y refinamiento. Sin embargo, con el tiempo fue eclipsado por el neoclasicismo y posteriormente criticado por su frivolidad y superficialidad.
Diego Velázquez
Características generales y evolución de su pintura
En su etapa de formación sevillana, Velázquez realizó obras religiosas como Cristo en casa de Marta y María o La Adoración de los Reyes, y temas populares, con Vieja friendo huevos y El aguador. Se trata de composiciones realistas, en la que Velázquez se limita al uso de colores pardos y rojizos e imita las texturas de los objetos.
Cuando su fama comenzó a extenderse a lo largo del reino, el conde duque de Olivares lo llamó a la Corte para que trabajara para el rey Felipe IV. En la Corte conoció las pinturas venecianas de Tiziano, de quien cogió los colores, y de Rubens, de quien aprendió los efectos de la luz y las composiciones llenas de dinamismo. De esta época es su obra El triunfo de Baco, en la que acaba haciendo una obra realista de un pasaje mitológico.
Años más tarde, obtuvo el permiso del monarca para poder realizar un viaje a Italia en el que aprender de las ruinas de la Antigüedad y de los grandes maestros renacentistas y barrocos. Aquí fue donde aprendió la técnica de aplicar los colores directamente sobre el lienzo. Durante esta estancia, pintó algunas obras mitológicas, como La fragua de Vulcano, en la que también incorpora el estudio anatómico y los efectos del claroscuro.
En su vuelta a España, el monarca le encargó la decoración a través de cuadros del Salón de Reinos del Palacio del Buen Retiro, donde presenta las victorias de la Monarquía Hispánica (La rendición de Breda) y también retratos de la realeza tales como Retrato ecuestre de Felipe IV.
Durante un segundo viaje a Italia, a Velázquez se le encargó el retrato del Papa llegando así a pintar la obra Inocencio X, en la que plasma con una realidad perfecta el mal carácter del personaje retratado.
Obras más significativas
En su obra más célebre «Las Meninas» recoge una escena palaciega en la que la infanta Margarita es atendida por sus Meninas. Completan el cuadro algunos bufones, el aposentador en la puerta, y en el espejo los monarcas. Además, Velázquez se autorretrata en el margen izquierdo. Todas las figuras se encuentran en un espacio cerrado y profundo, definido por los planos luminosos que penetran por las ventanas laterales. La obra fue pintada en numerosas fases, ya que una de las ventajas del óleo es que permite corregir errores.
En La Venus del espejo, parece que va a retratar a una diosa atractiva, pero en realidad pinta a una mujer corriente frente al espejo. Por su parte, en El mito de Aracne, pinta el episodio mitológico de una forma muy teatral y aporta a las figuras y objetos gran movimiento mediante una pincelada muy suelta. Por último, en El dios Marte, retrata no a un dios fornido y guerrero, sino más bien a un Marte reflexivo, alegoría de la decadencia de la Monarquía Hispánica durante el Siglo de Oro español.
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