28 Ene

Conceptos Clave en la Filosofía de Nietzsche

ARIO: El origen de este término nos lleva al sánscrito. Su significado era «noble», «aristocrático», «honorable». El término designa hoy en día en un sentido étnico a los primitivos pueblos indo-iraníes. En lingüística se refiere a una variante de las lenguas indo-iraníes o indo-arias. En el s. XIX, por extensión, se aplicó a todos los pueblos indoeuropeos originarios, los arios primitivos. Nietzsche utiliza el término en el primer sentido citado: no como un concepto racial sino referido a un «origen noble o aristocrático». Representa, pues, a aquellos pueblos poderosos, nobles, superiores, cuyos valores son la fuerza vital, la afirmación de la vida, la vida ascendente.

CASTRADISMO: Es una de las estrategias de conservación de una comunidad para hacer frente al desorden de los sentidos que amenaza con la degeneración, la decadencia y la monstruosidad del alma. Fue la estrategia, la «práctica médica», la «cura», de Sócrates y de Platón y, sobre todo, del cristianismo y de su Iglesia. Consiste en la lucha contra esas pasiones e instintos mediante la ecuación RAZÓN = VIRTUD = FELICIDAD, o mediante su extirpación, su aniquilación, su exterminio. Es «expulsar a la naturaleza fuera de la moral». Para ello se apela a Dios, a la culpa, al castigo, al remordimiento. La consecuencia es que los instintos más fuertes de la vida no serán sentidos como placenteros sino como causa de sufrimiento.

Representa un ataque a la vida en su raíz.

CRÍA: En ganadería la cría consiste en seleccionar los mejores ejemplares de una especie con el fin de preservar sus naturalezas superiores, en ellos y en sus descendientes. En «Los «mejoradores» de la humanidad» la cría es otra de las estrategias de «MEJORA» que siguen algunas morales, como la india mediante la LEY DE MANÚ. Esta sociedad establece un sistema de castas herméticas, cada una con sus privilegios, y unas normas morales que llegan a ser crueles con aquellos individuos que están fuera del sistema de castas, los CHANDALAS, y amenazan los privilegios «naturales» de las demás castas.

DEVENIR: Lo que nunca está fijo, lo que es siempre temporal, continuo fluir y acontecer, siempre en movimiento, no tiene ni sustancia ni esencia. Una sucesión de instantes sin finalidad, un infinito llegar a ser, convertirse en, donde cada instante es ya un punto de llegada: «El sentido del devenir ha de estar en todo instante realizado, logrado, consumado». Lo contrario es el ser, el ente.


DECADENTES: Son todos aquellos individuos incapaces de asumir la realidad del devenir. Algunos no pueden ser dueños de sus instintos y son arrastrados al caos y a la autodestrucción. Otros muchos son ENFERMOS, débiles, domesticados, que han optado por negar, por reprimir la vida y sus manifestaciones, por aniquilar los instintos más primordiales y por inventar transmundos imaginarios consoladores (los grandes conceptos de la metafísica occidental: razón, moral, lógica, más allá…). Hay a la base un déficit fisiológico, una voluntad de poder debilitada que sólo sabe conservar la vida mediante la negación de los valores superiores. Esa decadencia se ha propagado por Occidente y el resultado final es el NIHILISMO.

DOMA: La doma de un animal salvaje consiste en cambiar su comportamiento instintivo haciéndolo manso y obediente, debilitándolo por medio del castigo físico, del dolor, de la enfermedad, del miedo. Aplicada a los seres humanos a través de la moral, y bajo la etiqueta engañadora de «MEJORA», es el medio que ha usado, entre otros, el cristianismo para debilitar a los hombres que aman la vida y la viven plenamente, a los que ponen en juego sus INSTINTOS y sus pasiones sin importarles nada más que afrontar el devenir siendo dueños de su vida. Les ha inculcado unas creencias y una moral, unos sentimientos autodestructivos, que les han convertido en enemigos de la vida. Ha sido, quizá, la única solución para que los débiles y cobardes, incapaces de afrontar ese DEVENIR, les ganasen la partida.

CRISTIANISMO: Una de las religiones de «MEJORA» según el modelo de la DOMA. Heredera de la filosofía de Sócrates y Platón se pone al lado del rebaño de individuos débiles, enfermizos y mediocres, la grey, para poder conservarse frente a los nobles y poderosos. Para ello inventa un transmundo (semejante al platónico) que se erige como el único verdadero, y enfrente del cual se halla lo sensible, lo material, el cuerpo. Construyen una moral alejada de lo natural, represora de las pasiones y los instintos. El cristianismo ha CASTRADO a los individuos superiores inoculando conceptos como el de pecado, culpa, castigo divino, humildad, sumisión, esperanza en el más allá, etc.

DIALÉCTICA: Uno de los productos del logos, de la razón. En Sócrates es el arte del diálogo, de argumentar, de presentar pruebas a favor de la idea defendida. Una vez contrastadas las posturas se llega a una definición esencial, única, universal, inmutable, de la realidad. En Platón es la última disciplina de la educación del filósofo gobernante, a través de la cual llegará a contemplar el mundo de las Ideas. Para Nietzsche es una de las armas de los débiles, de los plebeyos, de los que carecen de autoridad y de fuerza para imponerse. El derecho se obtiene por la fuerza y no por discursos persuasivos.


ENFERMOS: Aquellos cuya fisiología no es capaz de afrontar las manifestaciones de sobreabundancia y de poder de la vida, y, por miedo, las reprimen. Una actitud de negación de la vida que indica debilidad. Se desprecia este mundo y se sacrifica la vida por un más allá al que nunca accederemos. Se desconfía de los sentidos y de los impulsos humanos, de la energía de la vida. Se limita a creer en la realidad que inventa porque no tiene la fuerza suficiente para aceptar la vida como es y luchar por crearla según sus aspiraciones.

GRIEGOS: En «Lo que yo debo a los antiguos» (en Crepúsculo de los ídolos), Nietzsche reconoce que no puede juzgar a los griegos en bloque. Algunos de ellos son los iniciadores de la enfermedad que ha recorrido la historia de nuestra cultura. Otros, sin embargo, merecen su admiración y reconoce su influencia. Entre los primeros se hallan Platón y Sócrates, dos pensadores que rechazaron los instintos, dos cobardes que huyeron de la realidad y se refugiaron en un mundo ideal falso el cual, además, impusieron como el único verdadero y bueno. Entre los segundos se hallan por ejemplo, Tucídides y los sofistas (calificados de realistas, que se opusieron a la patraña de la moral de las escuelas socráticas). Pero lo que Nietzsche admira profundamente en «lo griego» es, sobre todo, el fuerte instinto vital, la voluntad de poder, una «materia explosiva interior» que desencadenó luchas violentas e hizo, finalmente, brotar las instituciones para evitar autodestruirse. Ese instinto agonal (de lucha) de los antiguos aristócratas se plasmó en enemistades terribles y brutales, en la necesidad de ser fuerte y ágil, en un temerario realismo y en un inmoralismo. Pero también en sus fiestas y en sus artes con las que se sentían superiores.

INMORALISTA: Frente al moralista -que pretende imponer un modelo de ser humano mojigato que niega la vida- Nietzsche se autocalifica como «inmoralista», se sitúa «más allá del bien y del mal». El inmoralista admite la pluralidad de tipos humanos, la «exuberancia» y el «cambio de formas derrochadoras», la riqueza del devenir. Tiene una visión abierta en la que caben diversas perspectivas sobre el mundo y lo humano y, sobre todo, no intenta imponer ninguna a los demás. No se dedica a reprimir, a negar, a castrar aquello que no coincide con su ideal. Por el contrario, es declaradamente afirmativo. Sabe comprender y reivindicar cada una de las diferentes manifestaciones de la vida.


NIHILISMO: La cultura occidental está enferma y esa enfermedad es el nihilismo. La causa es el descubrimiento de que sus adorados ídolos los grandes conceptos: «verdad», «bien», «RAZÓN», «ser», etc.— eran fetiches falsos. Ahora no puede creer en nada y camina sin rumbo hacia el vacío de sentido. Se ha dado cuenta de que estaba edificada sobre una ficción y ahora se desintegra, los grandes valores tradicionales pierden todo su valor y el pesimismo lo invade todo. Es el momento del «crepúsculo de todos esos ídolos» que nos han engañado y dominado.

Frente al nihilismo pasivo, ya instalado en la cultura europea, reacciona Nietzsche con un nihilismo activo. Habrá que acabar de derribar los viejos valores y luego superar todo nihilismo con la creación de otros nuevos desde el cuerpo y el instinto, para alcanzar un nuevo ser diferente al humano actual.

RAZÓN: Uno de los principales ídolos de nuestra cultura occidental, cuyo crepúsculo se adivina. Es la responsable del falseamiento del conocimiento, la principal manipuladora de nuestra experiencia de la realidad, la promotora de la gran mentira en la que se instaló nuestra filosofía, la gran enemiga de los instintos. Ha sido la creadora del transmundo metafísico y de sus categorías, la que desterró el saber narrativo de los mitos para imponer su discurso LÓGICO y conceptual, supuestamente la única vía de acceso a la verdad. Todo ello a cambio de reprimir la experiencia más original de la realidad, la que viene a través de nuestros sentidos, el cambio, el devenir. Y la que propuso un concepto de bien enfrentado a la vida.

SÍNTOMA: La creencia en entidades metafísicas como Dios, el Bien o la Justicia, o el establecimiento de juicios de valor sobre esos entes, son inventos humanos, absurdos, sinsentidos que no designan nada real, ficciones útiles, que pretenden ser impuestos por algunos individuos para tener ventajas en la lucha por la vida. No obstante son muy interesantes para un observador, para un psicólogo de nuestra cultura, pues son síntomas reveladores de la ENFERMEDAD de aquellos individuos y pueblos que los mantienen. Por ejemplo, los juicios de valor contrarios a la vida son un síntoma de una determinada condición fisiológica enfermiza, de DECADENCIA, de debilidad, de cansancio vital, de impotencia ante el DEVENIR, de una VOLUNTAD DE PODER que no es capaz de crear por sí misma sus propios valores y de seguir sus INSTINTOS. De todo esto es síntoma la moral platónico-cristiana, enemiga de la vida, CASTRADORA y aniquiladora de los instintos humanos.

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