18 Mar

El Gobierno de Diego Colón (1508-1514): Reclamaciones y Conflictos

Tras la muerte de Cristóbal Colón en 1506, su hijo, Diego Colón, reclamó al Consejo de Castilla los títulos de gobierno (virrey, gobernador y salarios) y la capacidad de ejercer justicia en América, derechos que su padre había obtenido en las Capitulaciones de Santa Fe. La Corona, considerando las Capitulaciones como una merced y no un contrato, se negó a conceder estas demandas.

Diego Colón inició entonces los pleitos colombinos por la vía judicial. Su matrimonio con María de Toledo, sobrina del duque de Alba, le permitió obtener el gobierno de la isla de La Española, más como una concesión que como un reconocimiento de sus derechos contractuales.

Incapacidad para Gobernar y División en La Española

En 1509, Diego Colón llegó a La Española, donde pronto se hizo evidente su incapacidad para gobernar. Incumplió las instrucciones de la Corona, que buscaba separar lo político de lo económico. Esto generó una división entre los españoles de la isla, formándose dos bandos: uno que apoyaba a Diego Colón y otro a Pasamonte, el funcionario encargado de los asuntos económicos. El enfrentamiento escaló hasta que la Corona le retiró a Diego Colón el poder sobre la justicia, estableciendo la primera Audiencia (tribunal de justicia) en América.

Durante este periodo, se continuó con la ocupación de otras islas, como Cuba, Puerto Rico y Jamaica.

La Lucha por la Justicia y la Defensa de los Indígenas

El gobierno de Diego Colón se caracterizó por un movimiento conocido como «la lucha por la justicia«, que se preocupaba por la alarmante disminución de la población indígena. Los franciscanos, presentes desde los primeros asentamientos, fueron testigos de esta situación. En 1509, la llegada de los dominicos marcó un punto de inflexión. Al encontrarse en desventaja frente a los franciscanos, que ya tenían influencia sobre los españoles, los dominicos se enfocaron en la precaria situación de los indígenas.

Fray Antonio de Montesinos, un dominico, pronunció sermones revolucionarios denunciando los abusos de los españoles contra los indígenas, generando una conciencia crítica entre algunos religiosos.

Las Leyes de Burgos (1512)

La Corona, alarmada por la situación, convocó la Junta de Burgos en 1512. Esta junta reconoció la libertad de los indios y su derecho a ser evangelizados, pero también estableció que podían trabajar por un salario.

De esta junta emanaron leyes que buscaban limitar el abuso sobre los indios. Se establecieron normas laborales, como un régimen de 5 meses de trabajo y 40 días de descanso, y un salario. Se intentó demostrar que los indios no eran esclavos. Dos visitadores fueron designados para inspeccionar el cumplimiento de estas leyes, que no fueron bien recibidas por los españoles en América.

Bartolomé de las Casas y la Intervención de los Jerónimos

En este contexto, surgió la figura de Bartolomé de las Casas (1515), inicialmente laico, que se unió a los dominicos en la defensa de los indígenas. De las Casas acudió a la Corona, y tras una Nueva Junta convocada por el Cardenal Cisneros (regente), se reafirmaron las ideas de libertad y mejora de la situación de los indios.

Para implementar este proyecto, se eligió a la orden religiosa de los Jerónimos, considerada neutral y sin experiencia previa en América, en lugar de los laicos (principales beneficiarios de la explotación), Bartolomé de las Casas (considerado demasiado apasionado) o los dominicos y franciscanos.

Los Frailes Jerónimos (1515-1519) y las Reducciones

Tres frailes jerónimos recibieron instrucciones inspiradas por Las Casas. Se les encargó investigar la población indígena mediante un censo, fundar ciudades para españoles y concentrar a los indios en pueblos llamados Reducciones. Estas Reducciones serían gobernadas por caciques indígenas, un sacerdote y un administrador, y contarían con tierras comunales e instituciones como hospitales y carnicerías.

Los jerónimos comenzaron a implementar las Reducciones, pero algunas desaparecieron debido a epidemias. El sistema resultó inaplicable. Además, los españoles se mostraron descontentos, generando problemas como agitación, emigración, despoblación y decadencia económica. Una encuesta realizada a los españoles reveló su oposición a que los indios vivieran separados. A pesar de las instrucciones, los jerónimos mantuvieron la Encomienda, sistema que el Cardenal Cisneros no se atrevió a abolir.

Fin de la Etapa Antillana y Segundo Gobierno de Diego Colón

En 1517, murió el Cardenal Cisneros y Juan Rodríguez de Fonseca, y se suspendió a los jerónimos. Los descubrimientos geográficos, como la conquista de México, relegaron a las Antillas a un segundo plano, trasladando el centro de la presencia española al continente.

Diego Colón regresó y gobernó entre 1520 y 1523, enfrentando nuevamente problemas debido a sus poderes limitados y conflictos con la Audiencia y los oficiales reales.

En 1522, en La Española, prosperó la economía del azúcar y el comercio de esclavos negros.

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