17 Jun

1.1. Gonzalo de Berceo

Es la figura más destacada del mester de clerecía durante el siglo XIII. Fue clérigo en el monasterio de San Millán de la Cogolla.

Su obra tenía una intención propagandística, ya que pretendía convertir su monasterio, ubicado en la ruta del camino de Santiago, en lugar de peregrinación. Destaca en sus obras la intención didáctica. Pretendía en primer lugar, educar al bajo clero ignorante, reivindicar la figura de la Virgen María y, por último, defender el orden establecido.

En su producción destacan vidas de santos (Vida de San Millán, Vida de Santo Domingo de Silos) y obras marianas. A este tipo pertenece su obra más conocida: Milagros de Nuestra Señora.

Los Milagros de Nuestra Señora son una colección de veinticinco relatos, muchos de ellos inspirados en otros que en la época gozaban de gran popularidad en Europa, en los que la Virgen aparece como intercesora de los humanos con arreglo al nuevo papel de María en la sociedad medieval.

Por otro lado, las obras de Gonzalo de Berceo ofrecen preciosa información sobre la religiosidad popular. Estos escritos presentan dos caras: están escritos por la élite cultivada y reflejan, al mismo tiempo, la mentalidad popular.

Esto explica algunos rasgos del estilo de Berceo: presencia constante de Berceo como narrador de los relatos que lo aproxima a su auditorio; tono afectivo, con frecuentes rasgos de humor; lenguaje coloquial, próximo al pueblo junto a rasgos cultos; abundan las figuras de repetición y la sintaxis sencilla para asegurarse de ser comprendido por su público.

1.2. Juan Ruiz, arcipreste de Hita

1.2.1. Libro de buen amor: texto, autor, fecha y título.

El libro se ha conservado en tres copias manuscritas y varios fragmentos. En él su autor confiesa llamarse Juan Ruiz y ser arcipreste de Hita. Se saben pocos datos más del autor.

En los manuscritos aparecen dos fechas de composición: 1330 y 1343. Esto ha hecho suponer que hubo dos redacciones sucesivas del texto. Ninguno de los manuscritos aparece titulado. Modernamente, se propuso el título de Libro de buen amor, que ha sido generalmente aceptado.

1.2.2. Métrica, lengua y estilo.

El Libro de buen amor es un extenso poema de más de mil setecientas estrofas (unos siete mil versos), la mayor parte de ellas escritas en cuaderna vía. Incluso en la cuaderna vía abundan los hemistiquios de ocho sílabas, más próximos al ritmo del romance, frente a los preceptivos versos de siete sílabas. Esto demuestra que Juan Ruiz tiene un consumado dominio de la métrica.

En su lengua y estilo abundan tanto los recursos de la tradición culta como los de la popular. De la tradición culta destacamos un extraordinario repertorio léxico y sintáctico y un gran uso de figuras literarias: enumeraciones, sinónimos, anáforas, interrogaciones retóricas, juegos de palabras.

De la tradición popular cabe señalar el uso de diminutivo con valor afectivo, el abundante empleo de refranes, uso de modismos y exclamaciones.

Destacan por otra parte los diálogos frecuentes que dramatizan el relato, y de ahí la sintaxis desordenada de la oración, típica del lenguaje familiar, el ritmo cambiante de la entonación, el humor y el chiste. El aire festivo y burlón es característico de una obra en la que la ironía, la parodia y la caricatura serán rasgos básicos de un autor que no expresa en ella una visión complaciente del mundo.

1.2.3. Estructura y contenido

El Libro está compuesto de numerosos materiales muy heterogéneos, hilvanados por el hilo narrativo de la primera persona:

  • Un prólogo en prosa donde declara la intención de la obra.
  • Una serie de aventuras amorosas con diversas mujeres.
  • Una colección de treinta y dos fábulas y cuentos con intención didáctica.
  • Episodios adaptados de textos latinos medievales (el relato de don Melón y doña Endrina).
  • Un conjunto de digresiones morales o satíricas (la del poder del dinero o la censura del clero libertino).
  • Sátiras y parodias.
  • Pasajes alegóricos como la pelea de don Carnal y doña Cuaresma.
  • Un grupo de composiciones líricas y juglarescas.

El uso de la primera persona narrativa y por el tema común del amor y los engaños. La influencia de la literatura oriental. Los temas recurrentes son el amor, la muerte y el destino:

  • El amor: Presentado como una fuerza imperiosa natural. El libro expresa una arrolladora fuerza vitalista donde el erotismo y la concepción placentera y sensual de seres y cosas se encarnan en los personajes.
  • La muerte: Es la fuerza opuesta al amor y la vida. Frente a la creencia cristiana, se considera la muerte como destructora y no liberadora. La muerte destruye la belleza, el placer y todas la relaciones humanas y afectivas.
  • El destino: El destino está marcado por las estrellas y los hombres no pueden escapar a él.

En el entrecruzamiento de la todopoderosa trinidad ¾amor, destino, muerte¾, el ser humano queda en conflictiva angustia y soledad en un mundo en el que las relaciones sociales están cambiando y en el que todo lo puede el dinero.

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