14 Oct
2. LA ARQUITECTURA GÓTICA
ARQUITECTURA GÓTICA EN ESPAÑA
La transición al gótico en España viene dado por los monasterios
cistercienses de Santes Creus y Las Huelgas. Las primeras influencias francesas
se detectan en Castilla en la catedral de Ávila. Sin embargo, será en Cuenca
donde, a finales del siglo XII, se construya la primera de nuestras catedrales
góticas, obra con bóvedas sixpartitas y notables influencias anglonormandas.
Siglo XIII. Es en el siglo XIII cuando se construyen las tres joyas del gótico
español: Burgos, Toledo y León que se inspiran en modelos franceses clásicos,
de ahí que tengan todas bóvedas de 4 plementos y pilares acantonados. La
catedral de Burgos la comentamos más adelante. La Catedral de Toledo fue
iniciada en 1226 por el maestro Martín sobre una antigua mezquita
musulmana, es la más española de nuestras catedrales como manifiestan
algunos elementos de tradición árabe, dispone de cinco naves y girola. La
catedral de León iniciada en 1254 parece inspirarse en la de Reims, consta de
tres naves, girola, tres pisos y el mejor repertorio de vidrieras de todo el gótico
español, sin embargo, su exterior presenta un aspecto anómalo debido a una
restauración del siglo XIX.
Siglo XIV. El siglo XIV supone la primacía del gótico catalán, que a
diferencia del castellano apuesta por la austeridad decorativa y adquiere gran
importancia la arquitectura civil que se materializa en la construcción de lonjas
(Lonja de Mallorca de Guillem Sagrera). En las catedrales catalanas, como
Barcelona, Gerona y Palma de Mallorca, existe una tendencia hacia la
unificación de la altura de las naves (no hay triforio), cuentan con bóvedas
sencillas de 4 plementos y delgados pilares octogonales cuyo origen se sitúa en
Santa María del Mar de Berenguer de Montagut, en ellas se realiza un a
provechamiento exhaustivo del espacio situado entre los contrafuertes, lo que
unido a los arbotantes del exterior dotan a estas obras de aspecto de fortaleza.
Siglo XV. El gótico tardío del siglo XV apunta a la complicación en las bóvedas y
la multiplicación de las naves que anulan la verticalidad del siglo XIII, ello se
manifiesta en catedrales como las de Sevilla (en cuyo exterior puede apreciarse
el escalonamiento de altura de sus cinco naves, que junto a sus arbotantes y
pináculos la dotan de un aspecto de fortaleza) y Segovia
CARACTERÍSTICAS
Elementos sustentantes y cubiertas. Este estilo se caracteriza por el
empleo del arco apuntado u ojival, se trata de un arco de dos centros cortados
en ángulo curvo, su uso aporta esbeltez y verticalidad, evolucionan desde los
equilatados del siglo XIII (con poca flecha) al lanceotado del XIV (muy
puntiagudo), en el XIV se utiliza, además, el arco carpanel (arco de medio punto
rebajado con tres centros), en el siglo XV aparece el arco conopial (de cuatro
centros) propio del gótico flamígero, así como el entrelazado de tracería
flamígera que cierra varios arcos apuntados. Estos arcos utilizan como soporte
la columna y el pilar, los pilares evolucionan desde los que tienen columnas
adosadas (pilar acantonado) propios del siglo XIII, a los pilares de haces (que no
son sino el resultado de la prolongación de los nervios llamados baquetones)
en el XIV. En el exterior, para contrarrestar los empujes de las bóvedas
aparecen arbotantes que transmiten los empujes a los contrafuertes. La
bóveda de crucería es característica del gótico como la de cañón lo es del
románico, está formada por dos arcos llamados nervios (originariamente de
medio punto y más tarde apuntados) que se cruzan en el centro (clave),
permite concentrar las fuerzas del tramo en los cuatro puntos donde si sitúan
los pilares, su origen se encuentra en el mundo árabe y en el románico de
Normandía e Inglaterra, la primera se usó en la catedral románica de Durham
(1094), en la segunda mitad del siglo XII se utiliza la bóveda sixpartita,
caracterizada por un arco transversal que divide en seis partes la bóveda, en el
XIII la bóveda es de cuatro plementos, en el XIV aparecen las bóvedas de
terceletes (son nervios secundarios que van desde los ángulos a la clave
produciendo un efecto estrellado), en el siglo XV encontramos bóvedas
estrelladas de abanico y de plementería calada recubierta de vidrieras. El muro
se articula a base de arcos y dos registros superiores, el triforio (corredor que
circunda el templo y que evoca las tribunas románicas) y los ventanales que se
cubren con bellas vidrieras.
Materiales. La riqueza de la época debida al renacimiento urbano
permite una mayor abundancia de piedra sobre el resto de materiales.
Ornamentación. La arquitectura gótica se despreocupará por los elementos
decorativos, sobrevalorando los aspectos constructivos que permiten eliminar
el muro e iluminar el templo con vidrieras que están formadas por varios
elementos: en su base inferior tracerías de piedra decoradas con temática
geométrica y vegetal; armazones de hierro unidos a las tracerías, de ellos
parten unos alambres que sirven para fijar el emplomado; las guías de plomo
marcan la silueta de las figuras y contienen los fragmentos de vidrios
coloreados. La fachada gótica se estructura en varios registros, en el primero se
sitúan la portada, en el segundo los ventanales, y en el tercero el rosetón que
cumple una doble función, por un lado posibilita la iluminación del interior del
templo y por otro aligera el peso del muro situado sobre la portada. Dos torres
gemelas flanquean la entrada dando aspecto al templo de fortaleza de la fe
cristiana, suelen estar rematadas con chapiteles que culminan con flechas. El
románico creó un modelo de portada de amplia difusión continuado por el
gótico, tiene una estructura abocinada, está compuesta por arquivoltas que
rodean la parte central donde se sitúa el tímpano. Las arquivoltas se prolongan
por medio de unas columnitas delimitadas por jambas. El parteluz divide en dos
al vano que se remata por un dintel, encima del cual se sitúa el tímpano. El
conjunto se llena de esculturas que responden a un programa iconográfico
concreto. Plantas. Las catedrales góticas se alejan del clásico esquema de cruz
latina, la nave central es más alta y más ancha que las dos o cuatro naves
laterales, es frecuente que incluyan una girola o deambulatorio que permite
deambular en derredor del altar mayor, posibilitando el trasiego de los fieles y
la disposición de capillas absidiales. A veces el conjunto catedralicio se
completa con un claustro y una sala capitular.
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