18 Ene
6) DIMENSIONES NUEVAS EN LA GUERRA
La guerra del 14 se significa por su duración; desde las guerras napoleónicas solo los conflictos coloniales o las guerras civiles se habían sostenido durante un periodo tan largo, pero el enfrentamiento entre naciones europeas había sido mucho más breve. Su extensión geográfica señala una novedad mayor; es una guerra continental, que termina siendo mundial; las metrópolis arrasan al esfuerzo bélico a las colonias. La movilización alcanza grados hasta entonces desconocidos; millones de hombres combaten en frentes de centenares de kilómetros de longitud. Aparte de la grandeza de sus dimensiones otros dos aspectos sobresalen: la guerra económica y la movilización psicológica. La guerra obliga a los beligerantes a movilizar todas sus fuerzas económicas. En principio se había calculado una guerra corta y ningún país estaba preparado para un esfuerzo sostenido. Luego la realidad de la prolongación del conflicto obliga a los gobiernos a improvisar una organización en gran escala para la fabricación de municiones y material de guerra. Después a preocuparse de las necesidades de la población civil–
Alimentos, combustible, ropas, reparación de viviendas-. De esta forma los Estados comenzaron a controlar, a dirigir la vida económica en un grado hasta entonces desconocido: no solo eran los responsables de la marcha de las operaciones militares, sino también los planificadores de la producción industrial y los organizadores d el abastecimiento de las ciudades y los campos. Y en otro aspecto los estrategas suenan con perturbar esta estructura del adversario preparando y asestando golpes en sus comunicaciones y en sus sistemas de producción. Una investigación iniciada por la Fundación Carnegie en 1919 demostró que cada uno de los Estados beligerantes había planificado las producciones industrial y agrícola, el comercio. Los transportes terrestres y marítimos, el reclutamiento de mano de obra, la organización del trabajo, la legislación social el avituallamiento de alimentos y materias primas, la política demográfica y financiera, la reparación de las destrucciones, las cuestiones de higiene, incluso el género de vida en las zonas industriales esenciales. Este intervencionismo estatal fue iniciado por Alemania, amenazada por el bloqueo, en Agosto de 1914. Con el Plan Rathenau de control de la vida económica, el gobierno monta oficinas encargadas del aprovisionamiento de las materias primas, del reparto de los alimentos y la distribución de mano de obra. Para Rusia supuso una tragedia desde el punto de vista económico el estallido del conflicto. Sus máquinas y repuestos procedían de Alemania y otras importaciones de Francia e Inglaterra; con la carencia de repuestos muchas máquinas dejan de trabajar, el cierre de los Dardanelos y el Bósforo convierte en una aventura la recepción de productos ingleses y franceses; en la primavera de 1915 el enemigo ocupa los yacimientos polacos de hulla y mineral de hierro; la insuficiencia de su red ferroviaria es tal que, en un país agrícola, la ciudades carecen de alimentos. El bloqueo, o interrupción de los suministros perjudicó de manera especial a los imperios centrales. Aunque hubo fisuras. En los años explica la escasez de alimentos en Alemania lĺego a ser muy grave, lo que explica la insistencia germana en obtener de Rusia, las cosechas de Ucrania. La réplica alemana al bloque la guerra submarina o a fue creciendo en intensidad: en 1915 Alemania solo dispónía de 30 submarinos, en Enero de 1917 tenía 154. Cuando el frente se estabiliza se procura minar la moral del adversario; los bombardeos de ciudades tienen esta finalidad. La prensa desempeña también una misión, exagerando los éxitos propios y minimizando el valor del enemigo. Para soportar los sufrimientos es imprescindible mantener elevada la moral de la población. Esta guerra de tinta fue creciendo en intensidad a medida que la de las armas se prolongaba. No existía otro procedimiento que la exacerbación del patriotismo para que los civiles aceptaran estoicamente el hundimiento de sus casas y la reducción de su dieta. Los gobiernos se vieron obligados a establecer el racionamiento. En Alemania se decretó de la mezcla de harina y fécula de patata para fabricar el llamado pan de guerra; en 1918 la ración diaria pasó de 220 gramos a 116; de la misma forma se redujo la ración de carne, se reservó la leche para ciertas categorías de consumidores, se buscaron sucedáneos para el aceite En Francia se establecieron raciones en el azúcar, carbón, leche, aceite, y se restringe el consumo de gas y electricidad. El hambre y la falta de jabón y provocaron un aumento de las enfermedades epidémicas y la antisépticos mortalidad. Estos mismos problemas afectaron en mayor medida a los sol dados en el frente. En las trincheras el frio y las lluvias se añadían a la amenaza de los bombardeos; «los hombres que he visto regresar esta mañana eran solo montones de barro” escribe el general Maistre. En los años 1917 y 1918 se generalizan las protestas de soldados y civiles por los sufrimientos de la guerra; las invocaciones a la uníón sagrada no son escuchadas.
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