20 Oct

Psicofármacos

Definición

La psicofarmacología es una disciplina científica centrada en el estudio de los fármacos que modifican el comportamiento y la función mental a través de su acción sobre el sistema neuroendocrino. También se define como el estudio de las interacciones entre los fármacos psicotrópicos, el sistema nervioso y el comportamiento normal y patológico. En esencia, se refiere a toda droga empleada con el propósito de influir sobre la conducta anormal y restaurar el equilibrio emocional y físico desde el punto de vista médico.

Los psicofármacos han permitido el tratamiento exitoso de cuadros clínicos severos. Por ejemplo, las personas con esquizofrenia ya no esperan el fin de sus vidas en instituciones y pueden recibir tratamiento ambulatorio. El pronóstico de los trastornos del humor ha mejorado notablemente con el uso de sales de litio, controlando las recurrencias.

Según sus propiedades terapéuticas, los psicofármacos se clasifican en:

  • Antipsicóticos
  • Antidepresivos
  • Ansiolíticos
  • Hipnóticos
  • Estabilizadores del humor
  • Anticonvulsivantes
  • Psicoestimulantes/Nootrópicos (drogas inteligentes, estimulantes de la memoria y potenciadores cognitivos)
  • Fármacos para dependencias

Antidepresivos

Tipos

  • Tricíclicos y tetracíclicos (ADT)
  • Inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS)
  • Inhibidores de la recaptación de serotonina y noradrenalina (IRSN)
  • Inhibidores de la monoaminoxidasa irreversibles (IMAO) y reversibles (RIMA)
  • Noradrenérgicos y selectivamente serotonérgico (NaSSA)
  • Inhibidores selectivos de la recaptación de Noradrenalina (ISRN)
  • Inhibidores selectivos de la recaptación de Dopamina (ISRD)

Efectos Secundarios

ADT: Anticolinérgicos (sequedad de boca, estreñimiento, dificultades para la acomodación visual, dificultades en la micción, confusión, agravamiento del glaucoma), debidos al bloqueo alfa-adrenérgico (somnolencia, hipotensión postural, disfunción sexual), cardiovasculares (taquicardia, hipotensión, alteraciones en la conducción miocárdica, arritmias cardíacas), disminución del umbral para las convulsiones y aumento de peso.

ISRS: Gastrointestinales (náuseas, flatulencia, diarrea), SNC (insomnio, inquietud, irritabilidad, agitación, temblores, cefaleas) y sexuales (eyaculación retardada, anorgasmia).

IRSN: Hipertensión, SNC (insomnio, sedación, nerviosismo, cefalea, piernas inquietas), anticolinérgicos (sequedad de boca, retención urinaria, estreñimiento, sudoración).

Tratamiento

El 65% de las personas con un episodio depresivo mayor mejoran con antidepresivos (frente al 35% con placebo). Los cuadros depresivos suelen recurrir, necesitando terapia de mantenimiento. Aproximadamente el 75% de quienes han tenido un episodio depresivo mayor presentan alguna recurrencia. Algunos autores recomiendan terapia de mantenimiento indefinida con antidepresivos después de tres episodios.

Antipsicóticos

También llamados «neurolépticos» (por sus efectos extrapiramidales) y «tranquilizantes mayores» (por su poder sedante), su principal función es reducir alucinaciones y delirios en psicosis. Se clasifican en:

  • Típicos o convencionales: Actúan sobre síntomas psicóticos positivos (alucinaciones, delirios, etc.), pero no modifican los negativos. Presentan efectos secundarios extrapiramidales.
  • Atípicos: Efectivos contra síntomas psicóticos positivos y con alguna acción sobre los negativos (apatía, empobrecimiento del lenguaje, etc.), sin efectos extrapiramidales.

Mecanismo de acción

Bloquean los receptores dopaminérgicos centrales (D2, D3 y D4). Los típicos antagonizan los receptores D2 a nivel mesolímbico y nigroestriatal. También bloquean receptores noradrenérgicos (hipotensión), colinérgicos (sequedad de boca, visión borrosa), histaminérgicos (sedación) y serotoninérgicos (ligado al efecto antipsicótico de los atípicos).

Efectos secundarios

  • Anticolinérgicos: Sequedad de boca, constipación, visión borrosa, retención urinaria. Molestos, pero raramente requieren interrumpir el tratamiento.
  • Extrapiramidales: Distonía aguda, discinesia, acatisia, parkinsonismo. Son molestos, pero se resuelven ajustando la dosis o con trihexifenidilo. La discinesia tardía es severa y de mal pronóstico, por lo que se debe prevenir.
  • Hipotalámicos: Amenorrea, galactorrea, trastornos de la libido, alteraciones en el apetito y peso.
  • Varios: Baja capacidad letal en sobredosis, pero se han descrito muertes súbitas. Otros efectos: hipotensión ortostática, cambios en la conducción cardíaca, disminución del umbral para convulsiones, reacciones de hipersensibilidad. La clozapina aumenta el riesgo de granulocitopenia o agranulocitosis (1-2%), necesitando seguimiento hematológico. El síndrome neuroléptico maligno (fiebre, delirio, diaforesis, mutismo, rigidez) es peligroso y requiere suspender el antipsicótico y medidas correctivas inmediatas.

Ansiolíticos e Hipnóticos

Las benzodiacepinas (BZD) tienen efectos ansiolíticos, hipnóticos, miorrelajantes y anticonvulsivantes.

Efectos secundarios

Generalmente leves y desaparecen ajustando la dosis. Muchos se relacionan con la cantidad administrada. Efectos comunes en el SNC relacionados con la sedación. Posibles reacciones paradójicas e intoxicación con dosis altas. Tolerancia y dependencia son efectos adversos importantes.

Estabilizadores del Humor

El litio ha sido un gran avance en el tratamiento de manías y trastornos afectivos bipolares. Los controles de niveles de litio en sangre ayudan a evitar la toxicidad. Existen tres grupos:

  • Litio: Primera elección, con múltiples acciones en el SNC.
  • Anticonvulsivantes: Valproato, carbamacepina, gabapentina, clonazepam, lamotrigina. Actúan sobre neurotransmisores inhibidores (GABA) o excitadores (aspartato y glutamato). Se usan como primera elección o tras el fracaso del litio, solos o combinados.
  • Bloqueadores de canales de calcio: Verapamil, nimodipino. Su acción estabilizadora no está clara; se usan como coadyuvantes en cicladores rápidos.

Efectos secundarios

LITIO: Sed, poliuria, molestias gastrointestinales, temblor, acné, diarrea, diabetes insípida, debilidad muscular, arritmias cardíacas, aumento de peso, hipotiroidismo, quejas de pérdida de concentración y memoria, fatiga, disminución del impulso sexual.

VALPROATO: Náuseas, vómitos, sedación, cambios en el apetito, trastornos menstruales; raramente ataxia, cefalea, ansiedad, caída del cabello, disfunción plaquetaria y trombocitopenia.

CARBAMACEPINA: Somnolencia, ataxia, diplopia, náuseas, agranulocitosis, anemia aplástica, leucopenias transitorias, hepatitis, rash cutáneo.

GABAPENTINA: Somnolencia, náuseas, vómitos.

LAMOTRIGINA: Rash cutáneo, ataxia, diplopia, cefalea, vómitos.

CLONAZEPAM: Somnolencia, fatiga, vértigo, hipotonía muscular.

Psicoestimulantes

Su uso se ha asociado a problemas por uso ilegal (anorexígenos, reducción del sueño). Recientemente, se han autorizado formas menos adictivas (metilfenidato) para el trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH).

Fármacos Antidemencia

El donepezilo y la rivastigmina retrasan el deterioro cognitivo en pacientes con Alzheimer.

Fármacos para el Tratamiento de las Dependencias

Se han desarrollado fármacos para la dependencia de alcohol y opiáceos. No existen fármacos específicos para cocaína, cannabis o anfetaminas; se usan antidepresivos, antipsicóticos o benzodiacepinas para tratar los síntomas. Se ha pasado de la abstinencia («libres de droga») a la «reducción de daño».

Efectos secundarios

Dependencia de alcohol (Disulfiram): Bien tolerado sin alcohol. Ocasionalmente somnolencia, astenia, dermatitis, acné, cefalea. Con alcohol: enrojecimiento facial, arritmias, insuficiencia cardíaca, infarto de miocardio, depresión respiratoria, inconsciencia, convulsiones.

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