Su finalidad es el desarrollo de la coordinación dinámica general, la óculo-manual y la lateralidad. Los lanzamientos prestan atención a la coordinación ojo-mano, de ella depende la destreza manual indispensable para el aprendizaje de ciertas tareas escolares y un sin número de prácticas necesarias en la vida corriente. Los ejercicios de coordinación óculo-manual y de destreza segmentaria con estímulo visual permiten que la mano, dependiente del tronco y del cuerpo, no esté soldada a él. La independencia brazo-tronco es el factor más importante de la precisión en la coordinación óculo-manual, la cual se buscará globalmente y también con ejercicios más localizados. En todo lo que atañe a la coordinación entre espacio cinestésico y espacio visual, el lanzar y tomar al vuelo constituyen actividades de gran valor y alcance educativo. Como se ha mencionado, lanzar y tomar un objeto en el aire es un excelente medio para permitir que el niño ejercite su sentido del espacio, su destreza y la sensación de su «propio cuerpo» en función de un objeto concreto y atrayente. Gracias a la habilidad de lanzamientos y recepciones también se consolida la lateralidad: «El fortalecimiento de la lateralidad es importante para el niño por cuanto la misma constituye la base de la orientación. Este fortalecimiento sólo puede lograrse merced a ejercicios de lanzar-tomar».

Jean Le Boulch, en su libro La Educación por el Movimiento en la Edad Escolar, dice que «el lanzamiento posee considerable importancia educativa para el desarrollo global de la coordinación, sobre todo en los grados preparatorio y elemental, teniendo en cuenta la función que puede llegar a cumplir con respecto al enlace entre el campo visual y la delicada motricidad de mano y dedos, o sea en el campo de la coordinación óculo-manual, debemos trabajarlos porque, tal y como vemos en el libro La Actividad Motriz en el Niño de 6 a 8 Años, de Emilio Ortega y Domingo Blázquez, «la motricidad constituye, en las edades tempranas, la piedra angular sobre la que se puede basar, en gran medida, el proceso educativo».

Mejora del equilibrio estático y dinámico, de las habilidades en las actividades locomotrices y manipulativas, así como de los enlaces de movimientos simples. Se observa un mejoramiento de la coordinación óculo-manual y una disminución del tiempo de reacción. El niño es capaz de proyectar las nociones de izquierda y derecha. En el libro Educación Motriz y Educación Psicomotriz en Preescolar y Primaria, escrito por Robert Rigal, se habla del periodo de operaciones concretas, donde el niño es consciente de su acción y su cerebro separa el pensamiento de la acción.

Lanzamientos: es la manipulación de un objeto con la finalidad de ser lanzado o arrojado. Es considerada una habilidad fundamental, conveniente de ser educada en edad infantil (Sánchez Bañuelos, 1986). Sánchez Bañuelos los clasifica según su funcionalidad en:

• Velocidad
• Precisión
• Distancia
• Fuerza y Flexibilidad

Recepciones: acción de atrapar o recoger un móvil, parado o en movimiento. Unido al lanzamiento. (De la Torre, E. (1995). Apuntes sobre “Elementos Estructurales de las Actividades y Juegos de Iniciación Deportiva”).

Adquisición, aplicación, ejecución, experimentación, exploración, manipulación, práctica, actitud, aceptación, colaboración, comportamiento, confianza, cooperación, solidaridad, tolerancia, valoración.