13 Sep

Al-Andalus

En el año 711 d.C., los musulmanes, bajo el mando de Tarik, llegaron a la Península Ibérica, dando inicio a una presencia política que se extendería por casi 800 años. Su influencia religiosa, sin embargo, perduraría hasta principios del siglo XVII con su expulsión definitiva. La conquista comenzó con la victoria de Tarik sobre el rey visigodo Don Rodrigo en la Batalla de Guadalete, y continuó rápidamente hacia el valle del Ebro y la submeseta norte. En tan solo 8 años, los musulmanes lograron conquistar casi la totalidad de Hispania. Su expansión se vio frenada en la Batalla de Poitiers, donde fueron derrotados por Carlos Martel.

El Califato de Córdoba

Al-Andalus se convirtió en una provincia más del califato, estableciéndose la capital en Córdoba, bajo el mando de un gobernador. A mediados del siglo VIII, la sublevación abasí en Damasco puso fin al Califato Omeya. Abderramán I, uno de los miembros de la familia Omeya, logró escapar y refugiarse en el norte de África. Desde allí, organizó una expedición y se apoderó del gobierno de Al-Andalus en el año 756. Durante su reinado, Abderramán I mejoró la administración e inició la construcción de la Mezquita de Córdoba.

Emirato Independiente y Califato de Córdoba

El Emirato Independiente, que duró hasta comienzos del siglo X, estuvo marcado por problemas internos y sublevaciones. Abderramán III logró poner fin a la inestabilidad, sometiendo a los rebeldes y proclamándose Califa en el año 929. Con esto, rompió la dependencia con el califa de Bagdad. Su hijo y sucesor, Al-Hakam II, llevó a Al-Andalus a su máximo esplendor, convirtiéndola en la sociedad más avanzada de su época.

Declive y Fragmentación

Tras la muerte de Al-Hakam II, su hijo Hisham II, aún niño, heredó el trono. Almanzor, un hábil militar, tomó el control del gobierno como regente, actuando como un dictador de facto. Reforzó el ejército y dirigió campañas contra los reinos cristianos del norte. A la muerte de Almanzor, en 1002, Al-Andalus se sumió en un periodo de inestabilidad y luchas internas que culminaron con la desaparición del Califato en 1031. El territorio se fragmentó en pequeños reinos independientes conocidos como Taifas.

Reconquista y Fin de Al-Andalus

La debilidad de las Taifas fue aprovechada por los reinos cristianos del norte para avanzar en la Reconquista. Alfonso VI de Castilla y León conquistó Toledo en 1085. Ante la amenaza cristiana, los reyes de las Taifas pidieron ayuda a los almorávides del norte de África. Los almorávides, liderados por Yusuf ibn Tashfin, cruzaron el estrecho de Gibraltar y derrotaron a Alfonso VI en la batalla de Sagrajas (1086). Sin embargo, la presión cristiana continuó. En 1118, Alfonso I el Batallador conquistó Zaragoza. A mediados del siglo XII, con la llegada de los almohades, Al-Andalus experimentó un breve periodo de reunificación. Sin embargo, la derrota almohade en la batalla de las Navas de Tolosa (1212) marcó el declive definitivo del poder musulmán en la península. A partir de entonces, solo el Reino Nazarí de Granada logró sobrevivir hasta 1492, cuando fue conquistado por los Reyes Católicos.

Sociedad, Economía y Cultura

Al-Andalus se caracterizó por una gran diversidad étnica y religiosa. Convivieron musulmanes, cristianos (mozárabes) y judíos, cada uno con sus propias leyes y costumbres. La economía se basaba en una agricultura intensiva, destacando la producción de frutas, hortalizas y plantas industriales. La artesanía, especialmente la textil, alcanzó un gran desarrollo. El comercio, tanto interior como exterior, fue muy activo, con una abundante circulación monetaria basada en el bimetalismo (oro y plata).

La Crisis de la Monarquía de los Austrias

Durante el siglo XVII, la Monarquía Hispánica, bajo el reinado de los últimos Austrias (Felipe III, Felipe IV y Carlos II), experimentó una profunda crisis que se manifestó en los ámbitos político, económico y social.

Crisis Económica

La economía española, ya debilitada por la expulsión de los moriscos en 1609, sufrió un fuerte declive durante el siglo XVII. Las continuas guerras, la competencia de las colonias europeas en América, la inflación y la corrupción administrativa contribuyeron a agravar la situación. La producción agrícola se vio afectada por las malas cosechas, mientras que la industria y el comercio entraron en decadencia. La llegada de plata y oro de América disminuyó considerablemente, lo que provocó una crisis financiera.

Crisis Social

La crisis económica tuvo un fuerte impacto en la sociedad española. La nobleza y el clero, que mantenían sus privilegios, vieron mermados sus ingresos. La burguesía, en cambio, sufrió las consecuencias de la crisis económica y el aumento de los impuestos. Las clases populares, por su parte, se vieron afectadas por la pobreza, el hambre y las epidemias.

Crisis Política

La Monarquía Hispánica, bajo el reinado de los últimos Austrias, se caracterizó por un gobierno absolutista y centralista. Sin embargo, la debilidad de los monarcas, la corrupción de la corte y la influencia de los validos (favoritos del rey) contribuyeron a la crisis política. Durante el reinado de Felipe IV, estallaron rebeliones en Cataluña y Portugal (1640). La independencia de Portugal supuso un duro golpe para la Monarquía Hispánica.

Política Exterior

En el ámbito internacional, la Monarquía Hispánica se vio envuelta en numerosas guerras durante el siglo XVII. La Guerra de los Treinta Años (1618-1648) enfrentó a las potencias europeas por cuestiones religiosas y territoriales. España, bajo el reinado de Felipe IV, apoyó al bando católico. La Paz de Westfalia (1648) puso fin a la guerra, pero supuso una pérdida de influencia para la Monarquía Hispánica. La Paz de los Pirineos (1659), firmada con Francia, confirmó la decadencia española.

Decadencia y Fin de la Dinastía

El reinado de Carlos II (1665-1700), último rey de la dinastía de los Austrias en España, estuvo marcado por la enfermedad del monarca, la inestabilidad política y la pérdida de territorios. A su muerte sin descendencia, se desató la Guerra de Sucesión Española (1701-1714), que enfrentó a las principales potencias europeas por el control del trono español.

Las Indias en el Siglo XVII

España prosigue con la colonización de america central y del sur, y donde los francese, ingleses y holandeses comienzan su interés por la del norte, la estructura política-administrativa sigue igual y continua la importancion de negros pero baja en importancia de metales preciosos debido al descenso de la producción minera, al aumento del consumo en america.

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